CAF y Renfe subrayan que el concurso para la fabricación de cercanías «sigue abierto»
Ambos eluden cualquier comentario, después de que una senadora del PNV diera por excluida de la pugna a la beasaindarra
Silencio ayer tanto en Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) como en Renfe, después de que -la víspera- la senadora del grupo jeltzale Mertxe Garmendia ... afirmara, tajante, en la Cámara Alta que la firma beasaindarra había sido «excluida» de un importante contrato para la fabricación de trenes de Cercanías que el operador público está a punto de adjudicar y que está valorado en unos 2.700 millones de euros.
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Tanto CAF como Renfe tiraron de manual y señalaron que «el concurso sigue abierto», sin aclarar la posición de la senadora, cuyo equipo confirmó a este diario después de la intervención de Garmendia en la sesión de sontrol al Gobierno el mensaje de que la compañía presidida por Andrés Arizkorreta había quedado fuera de la pelea por cuestiones «técnicas».
La noticia no sentó bien en Bolsa a CAF, que perdió ayer un 1,49% hasta los 29,8 euros por acción, después de que los analistas que siguen a la firma recogieran el hecho. Y es que la empresa necesita un empujón a su cartera, que este año no ha crecido como en 2019. De todos modos, aún sentó peor a Talgo, cuyas acciones cayeron casi un 3%.
El castigo a los dos fabricantes españoles pudiera deberse a la explicación que Garmendia ofreció en sede parlamentaria. Y es que la senadora jeltzale, quien defendió que la «capacidad y la solvencia técnica de CAF» están fuera de toda duda, insinuó que las grandes beneficiadas del descarrilamiento de la beasaindarra pudieran ser dos empresas extranjeras.
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Las claves
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Plazos: El concurso, dividido en dos lotes y con un valor global de 2.700 millones, se fallará a finales de año.
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Necesidad: CAF podría enfrentar una situación incómoda si no lograra hacerse con al menos parte del pedido.
Al concurso, el más importante de Renfe en años, se presentan también Alstom y Stadler, que fabricarían los citados mercancías (en caso de resultar adjudicatarios) en la Barcelona castigada por la huída de Nissan y en Valencia, respectivamente.
«Resulta inaudito que en esta época, de coyuntura económica difícil, no se apueste por el mantenimiento de puestos de trabajo», lamentó Garmendia, quien criticó la «falta de compromiso del Gobierno central con las empresas estatales».
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