La crisis de Cuba no disminuye el interés de las empresas guipuzcoanas que exportan a la isla

No obstante, Cuba no es un país esencial para las exportaciones guipuzcoanas. El ICEX indica en su último informe, correspondiente al periodo de enero a mayo de este año, que la isla ocupa el puesto 38 en la lista de países clientes de Gipuzkoa.

Ahora bien, todo suma. Desde 2011 las ventas en aquel país superaron los 40 millones de euros anuales, con picos de 64,5 millones en 2015 y 59,3 en 2019. En 2020, pandemia mediante, se desplomó hasta los 37 millones. Cantidades en todo caso no despreciables y que, como señala Ernesto Arberas, jefe de Producto de Unceta, siguen haciendo que al isla sea un «mercado interesante».

Arberas recuerda que la relación con Cuba comenzó en 1995. La firma de Elgoibar mantiene allí una delegación comercial formada por tres personas. Venden principalmente herramienta de corte para las empresas metalmecánicas e instrumentos de medición industrial, es decir, calibres y micrómetros. «Nuestro catálogo es prácticamente el libro de consulta de la industria cubana. Lo que sí hacemos –resalta Arberas– es tener muy claro cómo hacemos las operaciones y con quién. Funcionamos perfectamente con cartas de crédito, no hemos tenido ningún problema grave de impagos». Una vez ganada esta posición, Unceta mantiene la apuesta por la isla. «Nuestra intención es continuar y de hecho, seguimos haciendo operaciones. Es verdad que han bajado, igual que aquí, pero se sostienen en unos niveles aceptables y conservamos a los clientes. La labor de tantos años se nota».

Arberas, al igual que los otros directivos consultados, aboga por que EE UU levante el embargo. «Cualquier medida destinada a eliminarlo será positiva. Uno de los factores que inciden con fuerza en la crisis cubana es que no pueden realizar transacciones en el exterior en dólares. Aparte del turismo, tienen una industria farmacéutica bastante potente. Si pudieran entrar en el mercado mundial –resalta Arberas– favorecería la disponibilidad de remanentes para realizar compras».

Que Cuba es un país especial también queda de manifiesto en el hecho de que los dos siguientes directivos consultados aceptaron participar en esta información, pero a condición de no publicar ni su nombre ni el de la compañía para la que trabajan. Este es el caso del director de Marketing de una potente empresa guipuzcoana especializada en componentes para hoteles. Esta compañía no pasa por su mejor momento en aquel país. «El mercado caribeño ha sido para nosotros relevante, pero trabajar con Cuba tiene muchísimas trabas burocráticas y judiciales, así que siempre tienes que andar con abogados. De hecho –reconoce el directivo– este año no vamos a realizar ventas allí, porque la situación es complicada. Eso no quiere decir que no necesiten nuestro producto, pero no lo pueden comprar. En consecuencia, es un mercado que va a menos».

Pese a ello, las relaciones comerciales se mantendrán. «No nos hemos retirado de Cuba, pero también es verdad que no hacemos una labor proactiva. En su día realizábamos visitas comerciales con la persona asignada por el Gobierno. Ahora estamos a la espera de lo que necesiten. Es un mercado inestable en el que cuenta incluso la temporada de huracanes, porque de ellos depende que necesiten más o menos repuestos. Pero no nos hemos retirado».

La actual crisis no genera especial inquietud en esta compañía. Como explica su director de Marketing, «estamos presentes en muchos mercados, incluido todo el Caribe. La ventas en Cuba nos vienen muy bien, pero no dependemos de la isla, porque nuestra facturación allí comparada con la del resto es muy baja».

Al igual que Ernesto Arberas, este directivo aboga por el levantamiento del embargo. «El impacto económico es enorme y quien acaba sufriéndolo es el pueblo. Resulta lamentable».

En la misma línea se expresa el directivo de una consultora de un importante grupo del Alto Deba. «Las expectativas con Obama eran buenas, especialmente en el turismo, pero luego todo se paró con Trump. Ahora se está a la espera de las decisiones que tome Biden, con una sensación positiva respecto a que favorecerá un incremento del turismo, los servicios y las exportaciones del sector primario».

Ante esta situación, esta consultora no duda en que mantendrá su actividad en la isla. «Ahora, al igual que en Colombia, se está atravesando un momento de crisis propiciado por el Covid. La pandemia ha desencadenado una agitación social, al tratarse de un país muy dependiente del turismo y de una economía informal. Cuando pase la pandemia, tanto Cuba como Colombia y otros mercados de América Latina presentarán buenas oportunidades».