Euskadi se apoyará en una recaudación récord para impulsar la inversión en la salida de la crisis

Los datos definitivos de la recaudación fiscal en Euskadi durante el pasado ejercicio ofrecen sin ningún género de duda el soporte suficiente para proclamar que la recuperación tras la crisis económica provocada por el Covid es real e intensa. Eso, sin olvidar que una parte de esa mejora (al menos en el puro apartado de los ingresos tributarios) se debe a la recuperación por parte de las haciendas forales de ingresos cuyo cobro aplazaron en lo peor de la pandemia para facilitar el trago a particulares y empresas. Esa fortaleza tiene números concretos, como los 15.963,2 millones recaudados en los tres territorios históricos en 2021, una cifra un 14,4% superior a la de un año antes y también por encima de la prevista el pasado mes de octubre, que es cuando tradicionalmente se actualiza ese cálculo para poder hacer los respectivos presupuestos. De hecho, una cifra récord.

Así lo revelaron ayer los protagonistas del Consejo Vasco de Finanzas Públicas, el foro en el que se trata el flujo de los ingresos fiscales en Euskadi y en el que participan el Gobierno Vasco, las tres diputaciones y Eudel. El consejero de Economía, Pedro Azpiazu, acompañado de los diputados generales (Markel Olano por Gipuzkoa; Unai Rementeria, por Bizkaia; y Ramiro González por Álava) y de Gorka Urtaran como representante de los ayuntamientos vascos, puso en valor que esos más de 15.900 millones suponen también 493,6 millones más que en 2019 (un 3,2% más).

Todos los integrantes del conocido como CVFP resaltaron que las cifras invitan sin duda al optimismo. «Esto es la confirmación (de la remontada) tras dos años durísimos de una crisis de las de pantalón largo», señaló Markel Olano. «Misión cumplida», dijo Rementeria. «2021 ha sido el año de la recuperación», dijo Remiro. «Es un momento de inversión», apostilló Urtaran.

Fue en ese último aspecto, el de la inversión como el mejor camino para apuntalar la recuperación económica, en el que todos, al unísono, pusieron el foco al recordar el impulso adicional proporcionado por una mayor recaudación fiscal.

En el caso de Gipuzkoa, Markel Olano recordó que el territorio trabaja bajo dos premisas principales: «Impulsar la cohesión social y apuntalar la competitividad de las empresas y el tejido productivo».

En este sentido, el diputado general de Gipuzkoa subrayó que junto a las grandes infraestructuras y «la lucha contra las desigualdades sociales que suelen crecer en las crisis», los esfuerzos se van a focalizar en los grandes proyectos estratégicos del territorio, entre los que citó iniciativas como Adinberri, Ziur, Mubil o Naturklima.

Según fuentes forales, el aumento de la recaudación hará que -cumplidos los compromisos habituales con el Gobierno Vasco y el resto de instituciones- Gipuzkoa dispondrá de 77 millones adicionales gracias a esa recaudación por encima de lo estimado en octubre. Un dinero que habrá después que repartir entre el Gobierno foral y los ayuntamientos del territorio.

Pedro Azpiazu hizo un repaso del comportamiento de los distintos impuestos en 2021, y resaltó el buen comportamiento tanto de la imposición directa como de la indirecta. En ambos casos, fiel reflejo de la fortaleza de la economía vasca.

En el primer apartado resaltó que los ingresos derivados del IRPF repuntaron un 8,2%, mientras que los obtenidos por el Impuesto de Sociedades avanzaron un 10,8%. En el caso del Impuesto sobre la Renta, además, los ingresos por retenciones de rendimientos de trabajo mostraron un «sólido avance, gracias a la positiva evolución del mercado de trabajo», afirmó.

En la imposición indirecta, añadió, la recaudación por el IVA mejoró un nada despreciable 21,2% interanual, fruto de la fortaleza del consumo de los hogares.

El consejero no ocultó que parte de esa potencia recaudatoria se debió a «la recuperación de la economía» pero también a «cuestiones extraordinarias»; sobre todo al ingreso a la Diputación Foral de Bizkaia de un importe en litigio desde hacía mucho tiempo por una controversia en materia de IVA. Y también a la concertación con el Estado del llamado IVA MOSS/OSS (o del comercio electrónico y sobre servicios digitales) y a «la entrada de ingresos aplazados por medidas de ayuda para dar liquidez a las empresas en la pandemia».

Una vez conocido el cierre definitivo de la recaudación de 2021 y los pagos al Estado (el Cupo), los técnicos de Hacienda calculan que las aportaciones de los territorios históricos al Gobierno Vasco ascienden a 10.830 millones, 1.210 millones más que un año antes. De esa cantidad, Gipuzkoa se hará cargo del 33,49% (el llamado coeficiente horizontal) o, lo que es lo mismo, 3.626 millones de euros.

Pedro Azpiazu dejó claro que es el momento de apostar por la inversión. «Estos datos de recaudación abren la puerta a seguir reforzando la apuesta inequívoca del Gobierno Vasco por la transformación y reactivación económica», señaló. Y es que, cabe recordar, la Comisión Europea mantiene 'congelado' el Pacto de Estabilidad. Aunque no será por mucho tiempo, con lo que habrá que darse prisa. «Este año y en 2023 contamos con una oportunidad de estimular la inversión pública antes de que volvamos a la normativa de estabilidad presupuestaria, que nos obligue a respetar unos límites de deuda y déficit establecidos por Europa», advirtió el consejero vasco.

«Espero que en esta ocasión las instituciones europeas tengan la altura de miras suficiente para no establecer restricciones a la inversión pública que detengan la recuperación económica, tan necesaria para recuperarnos de esta pandemia», sentenció.

Unai Rementeria advirtió sobre el impacto de una eventual subida de tipos. «¡Ojo!», dijo el diputado vizcaíno. Sin embargo, Pedro Azpiazu quitó hierro al asunto de inmediato y explicó que la deuda pública vasca tiene un coste medio del 1,24% y un plazo de 8,5 años, con más de la mitad del pasivo a tipo fijo. «No hay alarma por eso, no supone una tensión adicional», zanjó.

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