Ver fotos
«El remonte ha sido mi vida, me ha dado todo lo que soy»
Koteto Ezkurra, el genio de Doneztebe, cuelga el remonte el sábado en Galarreta tras 28 temporadas como profesional con once txapelas individuales y cinco de parejas
Koteto Ezkurra apura sus últimas horas como remontista. A sus 45 años y después de 28 temporadas como profesional, el doneztebarra tiene ya asumido que después del sábado, cuando concluya su despedida en Galarreta, emprenderá una nueva vida. Pasará de ser el mejor remontista de la historia a un anonimato deseado.
- ¿Cómo lleva los días previos a una fecha tan señalada?
- Estoy abrumado, no esperaba tanto revuelo. No sabía que la gente me quería tanto. Voy de homenaje en homenaje. El último fue el domingo en Zubiri. Me llena de orgullo, pero me estoy poniendo un poco nervioso. Todo el mundo me habla en la calle de lo mismo.
- ¿Se arrepiente de haber tomado la decisión de retirarse?
- En absoluto, me siento muy a gusto. He hecho lo que tenía que hacer, voy a despedirme como quería. No ha sido nada forzado, me lo pedía la cabeza.
- En su anuncio del adiós dijo que lo hacía porque encadenaba una lesión tras otra en los últimos años.
- Creo que se le ha dado demasiada importancia a las lesiones en mi carrera. Nunca son bienvenidas, pero he sido un afortunado y no he tenido muchas. Soy muy competitivo y quizás forzaba más de la cuenta.
«Estoy plenamente satisfecho de lo que he conseguido, ha sido una carrera maravillosa»
- ¿Está satisfecho con lo que ha conseguido?
- Plenamente, tanto a nivel deportivo como humano. Ha sido una carrera maravillosa. He vivido momentos increíbles, he conocido a mucha gente, he hecho grandes amigos. No puedo quejarme, he sido un privilegiado.
- ¿Quién ha sido Koteto Ezkurra en el remonte?
- He sido una persona muy exclusiva, no solo a nivel deportivo. A mis jefes les he oído decir muchas veces que conmigo llegó la transformación en el remonte. Se rompieron las barreras que había entre categorías de pelotaris. Quizás fue por mi forma de ser. Para mí todos mis compañeros eran iguales y todos merecían mi apoyo.
- ¿ Y qué ha sido el remonte para usted?
- Mi vida. Desde los 16 años he vivido alrededor del remonte y me lo ha dado todo.
- ¿Cuándo empezó a jugar?
- Con quince años, pero mi aita me regaló un remonte cuando tenía doce. Pero antes jugaba a guante.
- Él había sido manista...
- Sí, pero más que manista era un hombre de la pelota. Iba mucho a Galarreta, vivía en el frontón. Yo no valía para jugar a mano. Era delantero, pero muy malo. En cambio, a guante jugaba de maravilla.
- ¿Se acuerda del día del debut?
- Perfectamente. Era la víspera de San Fermín. El Euskal estaba a reventar. Vino mucha gente de Doneztebe. A la gente le caía bien. Era un chaval pequeñito, con un físico gracioso, regordete, con rizos, que andaba en la cancha de puntillas. Jugué con Ekiza y perdimos ante Zeberio I y Zandio por 35-18.
- ¿Cómo era entrar en aquel vestuario por primera vez?
- Los cuatro éramos debutantes, pero allí estaban las figuras. Les mirabas de reojo. Eran tus ídolos; Agerre, Imanol Mujika, Elizalde.
- ¿Podía haber ganado más txapelas de las que tiene?
- Sí, y perderlas también.
- ¿Con cuál de las once del Individual se queda?
- Con la primera y la décima. La primera porque nunca piensas que vas a ser capaz. Encima me planté en el mano a mano de rebote. Le gané a Aizpuru. Y la décima a San Miguel con 37 años. Llevaba tres años sin poder conseguirlo. Salí de tapado y di la campanada.
- ¿Y de las cinco del Parejas?
- La primera fue con Eizagirre, él era el gallo de la pareja. Pero me hizo mucha ilusión la que gané con Imaz. Me quité la espina. Pero la gente no se acuerda que perdí siete.
- ¿El mejor compañero?
- No puedo decir uno, sería algo injusto. He compartido vestuario con muchos remontistas y todos merecen mi respeto.
- ¿El peor rival?
- El primero fue Elizalde, luego llegó Eizagirre y después Lizaso. El último ha sido Patxi Zeberio.
- ¿Su mejor partido?
- Era un día de la Virgen de 1995. Ezkurra-Auzmendi contra Elizalde- Aizpuru. Era como si jugasen dos chavales contra Aimar y Beloki en sus mejores tiempos. Les ganamos con la boina 40-29.
- El que salió casi a la carrera...
- De esos he hecho unos cuantos. En Galarreta me he llevado grandes pitadas.
«Ábrego fue una leyenda, una referencia, no puede haber nada más grande que te comparen con él»
- Hábleme de Jesús Ábrego...
- Fue una leyenda, una referencia en su época. Recuerdo que un día me llamó para aconsejarme antes de jugar por primera vez contra un trío. Me dijo que tenía que jugar dos metros más hacia adentro para que corriese a favor de la pelota. Tuvimos mucha relación. De hecho, murió la víspera de mi boda. No puede haber nada más grande que te comparen con él.
- De José Mari Salsamendi...
- Fue un sabio. Era duro como intendente, tenía sus cosas. Había que ganarse su confianza en la cancha.
Test personal
- ¿Qué ha cambiado en el remonte desde que empezó?
- He visto todo tipo de cambios. Comenzando por el material, las cestas, que al principio eran de paja, la manera de jugar, pero la mayor está de la red hacia afuera. He conocido un público completamente diferente al de ahora, que es más folclórico. Antes había 55 pelotaris en el cuadro y ahora somos 25 o 30. En los buenos tiempos he llegado a jugar entre 150 y 180 partidos al año.
«Solía cambiar de cesta cada mes y habré roto unas 250 a lo largode mi carrera»
- ¿Cuántas cestas ha roto?
- Un montón. Solía cambiar de cesta cada mes. Calcula. Doce cestas por 24 años. Salen unas 288. Los pelotaris pagábamos una parte, el resto la empresa.
- ¿Cuántos pelotazos le han dado?
- Unos cuantos, sobre todo en las espinillas. No tenía miedo al saque. Importantes, tres. Uno que recibí en el pecho, otro en la nuca y el último que me destrozó el pómulo.
«Etxeberria III será mi zaguero en la despediday los rivales serán amigos como Patxi Zeberio y Ion»
- ¿Con quién jugará el sábado?
- José Javier Etxeberria será mi zaguero. Nos conocemos de toda la vida en Doneztebe, somos quintos. Y enfrente Patxi Zeberio y Ion, otros dos grandes amigos.
- ¿A quién le dedicará el último pelotazo?
- A mí mismo.
Las rosas con espinas del inolvidable José Mari Salsamendi
«Perdí los tres primeros partidos, incluido el del debut. Hice unos Sanfermines pletóricos. No pasé de veinte tantos en ninguno. Estaba preocupado por lo que podía pensar la gente y también por la opinión de la empresa. Al día siguiente le dije a mi hermana que me llevase al Euskal a entrenar. Y allí estaba José Mari Salsamendi, el intendente. Se sorprendió al vernos. Eran las diez de la mañana. '¿Qué hacéis aquí' nos preguntó. Mi hermana le comentó que yo estaba muy apurado por haber perdido todos los partidos que había jugado hasta el momento. Y le respondió. 'Estáte tranquila. Lo importante es que se clave primero las espinas, luego ya llegarán las rosas. Es algo que no se me olvidará en la vida».