Albisu, con mando en plaza y en el play-off

Iniciado a partir del 4-4, un parcial de 1-10 favorable a Laso y Albisu colocó un 5-14 en el marcador y estableció una ventaja de nueve tantos. «Luego han jugado con el marcador», señaló Jokin Altuna tras la derrota, dolorosa para un pelotari que soñaba con el Campeonato de Parejas para compensar el disgusto que le supuso perder la final del Cuatro y Medio. No ha podido ser en esta ocasión. Llegarán nuevas oportunidades. El deporte en general y la pelota en particular son generosas desde ese punto de vista. Aprovecharlas es cuestión de los protagonistas.

Albisu suma nueve participaciones como titular en esta competición. A sus 29 años, a falta de dos meses para cruzar la barrera de los 30, tiene galones. Y se le notan. Pide, manda desde atrás, dirige. Toma incluso el papel de solista si la situación lo requiere. Laso y el ataundarra comenzaron con dudas, pero su rendimiento ha subido como la espuma en la segunda vuelta bajo el impulso regular y constante de un zaguero que esta vez no se ha amilanado ante los de Aspe.

Ni siquiera en la eliminatoria del play-off de este domingo. Sin perder la cautela que le distingue, sin aspavientos, sin gestos para la galería. Demostró mando en plaza y contagió esa seriedad tan suya a su compañero, un Unai Laso que cambió sus momentos de locura por dosis altas de sensatez.

Entre el 4-4 y el 5-14, los de Baiko pasaron por encima de Altuna y Ladis Galarza. El delantero amezketarra explicó que «han dispuesto de una pelota tranquila y de más bote. Yo no la metía bien en la mano. He tenido la sensación de que no les hacíamos nada de daño. Ellos, en cambio, han jugado muy bien en esa fase».

El propio Albisu subrayó que «esa tacada ha sido clave. Laso ha acertado a la hora del remate y eso nos ha dado confianza. Hemos cogido nueve tantos de diferencia y a partir de ese momento gestionamos la ventaja». El delantero de Bizkarreta castigó atrás y culminó con acierto las entregadas de un Ladis Galarza que después de un inicio esperanzador comenzó a entregar demasiado. Laso, paciente, esperó las buenas y resolvió.

Un dato confirma la templanza del brazo Unai Laso en el Astelena de Eibar. Perdió su primera pelota... en el 11-17, con el choque muy avanzado y el tanteador de su lado. Entró de aire con la zurda a la altura del cuatro para ayudar a su compañero y no llevó a buena la pelota. Terminó con dos fallos. Pocos.

Los cinco errores de Albisu son una anécdota en medio de un trabajo intenso y juicioso. Atrasó con la derecha, empleó la volea para frenar las acometidas de Altuna III, llegó al txoko con piernas, encontró altura en el frontis para dificultar los remates del delantero rival... Hizo bien muchas cosas.

Jokin Altuna no estuvo fino. Le faltó chispa en la derecha, termómetro de su juego. No parece que esas manos estén al cien por cien. Obligado a no dejar escapar las contadas ocasiones de remate que se le presentaban y muy pendiente de un Ladis Galarza que ha dado menos razones para la confianza desde el inicio de la segunda vuelta, el amezketarra tampoco encontró la inspiración rematadora que le distingue. Ha podido pasarle factura la sucesión de esfuerzos titánicos durante la primera fase para equilibrar duelos casi imposibles.

Mejoró Ladis Galarza y se equilibró el juego. Pero cada vez que se acercaron fallaron: gancho fuera con el 7-14, falta de saque con el 12-17 y tres pelotazos abajo del zaguero de Baraibar tras el 15-19. La suerte estaba echada.