«Ni estaba acabado cuando perdí ante Jaka ni voy a jugar diez finales ahora»
A las puertas de su tercera final en busca de la primera txapela en la distancia, el de Zenotz subraya la importancia «de confiar en mí mismo»
Bilbao
Viernes, 7 de noviembre 2025, 01:00
Peio Etxeberria (Zenotz, 27 años) calienta motores para la final del Campeonato del Cuatro y Medio que le medirá a Javier Zabala el domingo 16 ... en Bilbao, donde pasó ayer todo el día. Entrenamiento en el Bizkaia por la mañana, ronda con los medios de comunicación al mediodía y grabación del programa previo con Euskal Telebista por la tarde. La semana próxima tiene previsto volver a la capital vizcaína el martes para una sesión fuerte de frontón, el miércoles a la elección de material y de nuevo el viernes para afinar la puesta a punto.
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– Con tanto viaje, ¿cuántos kilómetros le hace al automóvil a lo largo del año?
– Según cuánto nos toque jugar. Todos los pelotaris hacemos muchos. Calculo que serán entre 35.000 y 40.000 kilómetros.
– En su caso aumentarán con su dedicación a la ganadería.
– Tengo ese extra. De momento lo llevo bien, lo gestiono bien. Poder marcar yo mismo los tiempos me permite compaginarlo.
– Es su tercera final en el Campeonato del Cuatro y Medio.
– Ojalá haya una cuarta. Tal y como empecé, con la derrota frente a Jaka, estar en el Bizkaia con periodistas y a las puertas de una final es un premio grande. Voy con la misma ilusión que a las anteriores. Tras perder en Villava me quedé con cuatro balas, he acertado con las tres primeras y me queda una. Voy a por ella.
– Tras ganar la semifinal a Altuna III señaló que no disfrutó la primera final, que quiso y no pudo en la segunda y ahora ya le toca en la tercera.
– Suelen decir que las finales no son para disfrutarlas, sino para ganarlas. Pero es verdad que en en la primera los quince días previos se me pasaron sin darme cuenta de dónde estaba ni cómo estaba. No conoces esa sensación y todo te queda grande. Llegué al Bizkaia y Jokin Altuna me pasó por encima. No sentí aquella final. El año pasado contra Laso pude competir y sacar mi juego. Perdí pero dignamente un partido que pudo ganar cualquiera y en el que Unai venció con todo merecimiento. La tercera vez ya no es fruto de la casualidad.
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– Llegó a la final y repite.
– Podemos dar un año la campanada y desaparecer. Tres años seguidos no es casualidad, pero tampoco le doy más vueltas. Mantengo el proceso de siempre. Ni estaba acabado cuando perdí contra Jaka, ni voy a jugar diez finales a partir de ahora. Hay que ir día a día.
– ¿Se aprende a jugar finales?
– Como todo. Unos se ahogan en un vaso de agua y para otros la final no es problema alguno. Consiste principalmente en confiar en uno mismo. No hay otra clave. Estoy madurando y le doy valor.
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– ¿Hay cambios en el juego entre el Peio de 2023 y el actual?
– Todos progresamos. Son dos años más, muchos partidos, aprendizajes, numerosas vivencias... Nos tomamos el triunfo como si fuera lo normal y perder es motivo de duelo. Aprendes más de las derrotas que de las victorias. Algo se me habrá quedado. La pelota es redonda. Estamos a un nivel en el que todos nos podemos ganar el uno al otro. Hay poca diferencia, son detalles. Sin quitar que Jokin Altuna es el mejor. Posee unos números difíciles de superar.
– ¿Entiende su trayectoria en la pelota como una reivindicación continua?
– Me preparo para cada partido, pero no dejamos de ser humanos. Tenemos altibajos, como cualquier persona en su puesto de trabajo. Influyen situaciones familiares y estados de ánimo que igual te impiden dar el cien por cien. Creo en mi trabajo, confío en mí. El día que me vaya lo haré con la conciencia tranquila de que he puesto todo de mi parte. De lo que no está en mi mano poco puedo decir.
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– Primera final para Zabala.
– Ha sido campeón del mundo –logró el título en aficionados en 2018–. Ha pasado por situaciones complicadas y lleva tiempo jugando bien. Es un pelotari muy bueno, completo. Tengo por delante un partido dificilísimo.
– ¿Prefería otro rival?
– No he dado ninguna vuelta al hecho de quién me iba a tocar. Todo el mundo quiere evitar a Altuna. No tuvo su día y le gané. Ahora bien, si en la presentación me preguntan a quién quiero evitar, seguramente habría respondido que a Jokin. Pero lo que verdaderamente me importa es estar ahí un año más, ya sea en semifinales o en la final.
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– ¿Superar a Altuna III es un chute de confianza?
– El Cuatro y Medio presenta tres etapas: la liguilla, la semifinal y la final en caso de clasificarte. Estoy en la última. He ganado a Jokin, pero ya no vale para nada.
– Jugó contra Zabala en semifinales del Torneo San Fermín, en el Atano III. Ganó el riojano.
– Revisé ese partido hace poco porque iba a disputar la semifinal contra Altuna III en el propio Atano III. Dio una demostración. Pude estar algo mejor, pero no voy a restarle ningún mérito porque hizo todo bien. Espero un rival durísimo.
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– ¿Qué le infunde más respeto de Javier Zabala?
– Lo que más respeto me da soy yo mismo. En la semifinal no pensé en ningún momento en el rival. Doy mayor valor a cómo estoy yo que a quien tengo enfrente. Pienso que es como devaluarte a ti mismo. Prefiero centrarme en lo que está en mis manos. Si hago bien mis cosas, tengo opciones.
– ¿Cómo lleva el sambenito de que retrasa el saque y pasa mucho tiempo entre tanto y tanto?
– Si lo llevara mal, ya estaría de vuelta en el campo aficionado. Está demostrado que hay gente que pierde más tiempo que yo. Estoy tranquilo. Intento bajar las pulsaciones y centrarme en la respiración. Lo trabajo y me ha ido bien. No voy a cambiar por lo que digan.
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– ¿Su madre y su hermana siguen yendo a sus partidos o le hahan abandonado?
– El abuelo vive ahora con nosotros en Zenotz y la ama suele quedarse en casa con él. Pero seguro que no fallan en la final. El abuelo, que tiene 84 años, ya nos ha dicho que se animará a ir a la cena del día de la final. Seguramente será en Gorraiz.
– Quien no falla nunca es Paco Caballero.
– Siempre vamos juntos a los partidos. Es mi persona de confianza, un segundo padre. Me transmite tranquilidad y hablamos de todo menos de pelota. Andoni Gaskue, el botillero, fue por su lado a Amorebieta. Tanto Elizondo como a Donostia fuimos los tres en el automóvil.
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– Carlos Chocarro, uno de sus preparadores físicos, jugaba a balonmano. Acude regularmente al frontón. ¿Iba usted a sus partidos?
– Le he visto jugar alguna vez, sí, y todavía sigo yendo a los partidos del Anaitasuna. No me gusta el balonmano como deporte, pero al tener gente conocida quiero conservar la relación con ellos.
– ¿Le gusta algún otro deporte al margen de la pelota?
– Nada, ninguno. Lo mío son vacas y terneros.
– ¿Cuántas cabezas de ganado tiene?
– En casa tenemos una explotación de 50 madres. Pertenecen a la raza pirenaica. Antes llevaba los animales a concursos, pero lo dejé hace un par de años porque exige dedicar tiempo a la doma de los animales. Así estamos más tranquilos. Nosotros y las vacas.
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– ¿Afecta a su exploración la cuestión de la dermatosis nodular?
– Es un tema serio. Si te toca, estás obligado a sacrificar a todos los animales, lo que puede hacerte polvo.
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