Aspe y Baiko se plantean recuperar los torneos de Donostia, Vitoria y Bilbao

Las restricciones y los obstáculos con los que debieron lidiar los empresarios como consecuencia de la pandemia provocaron que ni Vitoria, ni Bilbao, ni San Sebastián dispusieran durante dos agostos de unas competiciones con renombre, dos de ellas con una larga historia.

La alternativa fue un Masters que conservará su espacio estival por tercera edición consecutiva. De hecho, el propio Kepa Badiola, director de la zona Norte de CaixaBank, anunció el día de la presentación del Manomanista que habría Masters este verano bajo el patrocinio de la entidad bancaria a la que representa.

Por contra, donde está descartado que haya torneos estivales en 2022 es en Zarautz y en Lekeitio, así como en Labastida. Baiko y Aspe quieren concentrar esfuerzos en las capitales y presentarán otras alternativas para sus posibles visitas al Aritzbatalde a mediados de agosto y al Santi Brouard a primeros de septiembre.

Trabajan las empresas para encajar los cinco torneos de verano con el Masters, cuya final recalará seguramente en el Navarra Arena, y los festivales de los pueblos, otro de los puntos fuertes entre julio y septiembre. Consideran que espaciar las fechas puede proporcionar mayor rango a esos compromisos. Los últimos años había ocasiones en las que prácticamente se solapaban unos con otros.

También está sobre la mesa un nuevo modelo para el Masters Caixabank, más selecto y reducido que el empleado en sus dos primeras ediciones. En 2020 se disputó bajo una liguilla de ocho parejas a doble vuelta. En 2021 mantuvieron la cifra de participantes y redujeron la extensión a una sola vuelta.

Opinan algunas voces que disminuir el número de parejas y concentrar a los mejores delanteros con los mejores zagueros puede suponer mayor atractivo deportivo para la competición y ayudar a la posible venta de los partidos en diversos escenarios. De hecho, pueblos como Errenteria y Ordizia, fijos durante décadas en el calendario de las grandes empresas, ya han mostrado su interés para recuperar citas que contaban con el beneplácito de los pelotazales durante las fiestas patronales de esas localidades. Sus frontones y sus espectadores están habituados a ver lo mejor del momento.

Por ahora, los responsables de las dos empresas siguen con la elaboración de una agenda estival clave para comprobar la respuesta del público una vez aparcados el uso de la mascarilla y las limitaciones de aforo. El panorama vuelve a parecerse al anterior a marzo de 2020, lo cual no significa que los problemas propios de la disciplina hayan desaparecido. Ya existían antes.