Zarautz, la victoria más codiciada

Es lo que hace que todos los triatletas, los mejores, quieran ganarlo alguna vez en su carrera deportiva. En esta ocasión es el tricampeón del mundo de distancia olímpica Mario Mola el que no ha podido resistirse a la tentación. El balear, una estrella de este deporte, sería el principal candidato a ganar en Zarautz si no fuera porque hoy debuta en triatlones de media distancia como éste –1,9 kilómetros de natación, 80 en bicicleta y 21 kilómetros de carrera a pie–, porque el elenco de rivales que va a tener es de órdago, como pocas veces o nunca en la rica historia de este triatlón. Y porque nunca es fácil para quien está habituado a competir en lagos o estanques amoldarse a las aguas abiertas del Cantábrico en una jornada en la que además se espera oleaje.

Después de dos años de parón debido a la pandemia, estarán en la salida muchos de los triatletas de élite que vienen siendo protagonistas en los últimos años y los que lo serán más pronto que tarde. La lista de candidatos a pelear por los puestos de cabeza es interminable: Eneko Llanos (once veces ganador en Zarautz), Cesc Godoy, Antonio Benito, Albert Moreno, el francés Chavalier (reciente vencedor en Mallorca), Kevin Tarek o el escocés David MacNamee, compañero de entrenamiento de Mola y dos veces medalla de bronce en la Ironman de Hawai... De los nuestros, Pello Osoro, Peru Alfaro, Gonzalo Fuentes y Mikel Mugica por citar algunos. No participará por lesión el último ganador, el catalán Nan Oliveras.

En categoría femenina, más de lo mismo. Se espera un emocionante duelo entre la vigente campeona de Zarautz y campeona de España de larga distancia y la actual campeona de España de media distancia. Judith Corachán y Helene Alberdi volverán a medir fuerzas tras su paso por Pamplona el mes pasado. Ambas llegan como principales favoritas, aunque hay que tener presente también a Emma Bilham, ganadora de 140.6INN el año pasado y Justine Guerard.

La novedad radica en esta edición en el segmento ciclista. Zarautz deja a un lado el ascenso a Aia, seña y santo de este triatlón, para llevar su recorrido más cerca del casco urbano, en concreto al barrio de Salbide, donde una vez pasada la ermita está el conocido como muro de San Blas, de 2,84 kilómetros, con un porcentaje medio de 7,9% y con tramos de hasta el 20%. Sí o sí será uno de los puntos calientes de la prueba.

El otro estará en la carrera a pie por las calles principales de Zarautz en las que público lleva en volandas a los triatleta, en esta ocasión 750, de las que 109 serán féminas.

El nivel deportivo de la prueba es tan alto que no es descabellada la posibilidad de que la carrera se resuelva en los últimos metros, quizás al sprint.