Quizás no soy la persona adecuada para escribir de él porque no le conocí, pero sí siento que Kawa ha dejado huella en el pueblo ... y en el club. Eso es innegable y es por lo que me gustaría ensalzar su figura como presidente del Ordidizia. Él se hizo querer, estaba totalmente integrado y el recuerdo está muy presente. Nuestro objetivo cuando incorporamos jugadores de fuera es que se integren en el club y en Ordizia y él fue un ejemplo en ese sentido. Todos los recuerdos que tenemos de él son con una sonrisa.
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Hoy, por ejemplo, nuestro equipo tiene la costumbre de hacer un cántico, un grito de guerra en su honor, el mili mili. También le tenemos presente en una pancarta con su imagen que desplegamos en uno de los fondos de Altamira en cada uno de nuestros partidos. Y el miércoles conmemoramos el año de su fallecimiento con un homenaje interno con presencia de todos los equipos, desde el sub-10 hasta los veteranos. Nos juntamos todos, organizamos unos juegos y celebramos el tercer tiempo, todo en su honor. Esa jornada de recuerdo, de unión, ha venido para quedarse como el día el club. Es la semilla que también nos ha dejado su figura. Kawa está muy presente y seguro que nos va a dar alas a la nueva junta del club y a todos los estamentos del mismo. Siempre estará entre nosotros.
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