Loli, tu última ascensión

«Imanol, estoy en la rígola; voy a cruzarla», le decías a tu marido y compañero de cuerda en tus andanzas montañeras cuando en verano de 1963 por primera vez intentaba una mujer vasca el famosísimo couloir de Gaube, en Vignemale, en los Pirineos franceses, y además ibas de primera, algo absolutamente novedoso, ya que generalmente, en cordadas mixtas, eran ellos los que iban de primero. Loli, con ello demostraste ser una gran emprendedora en la montaña, un ejemplo a seguir, y una gran impulsora del alpinismo femenino.

Hicisteis otras en Pirineos como en 1960 la norte del Touron de Ger, en 1961 el Espolón noroeste a la Aguja de los Glaciares, también en Vignemale; la mítica ascensión a la Cara Norte del Perdido, de la que dijiste, bromeando, en una entrevista en el año 2000 que te hacía Errimaia, la revista de tu club, el Vasco de Camping de Donostia: «es imposible que la hayan realizado los grandes alpinistas de las últimas generaciones y menos aún los actuales: la Norte del Perdido, en agosto y con nieve»; el Dedo de Pombie (1965), en 1966 la cara Oeste del Petit Pic d'Ossau, etc.

Pero antes de esto, los Alpes. Corría el año 1958 cuando Imanol y tú os embarcasteis en la aventura de ir a las grandes montañas alpinas. El 3 de agosto te convertiste en la primera mujer vasca en ascender, junto a Imanol, el Mont Blanc y el Cervino sin duda una gran proeza por aquél entonces… En el 61 regresasteis a los Alpes, escalando la vía Mayer-Divona al Dent du Requin, que también recordabas con énfasis en esa entrevista. Después os esperaba el Ártico, realizando algunas ascensiones a las montañas de Spitzbergen…

Loli, con ilusión e ilusionada, formabas una cordada inseparable con tu marido, Imanol Goikoetxea, quien ha permanecido siempre a tu lado hasta tu último suspiro del domingo. A partir de ahí comenzaste en solitario la ascensión a tu última montaña, aquella ascensión, a quién sabe dónde, de la que no se regresa nunca. Descansa en paz amiga Loli.

Con el fin de dar a conocer el Museo del Montañismo Vasco, su fundación, EMMOA, abrió el pasado jueves sus puertas para que todo el mundo que lo quisiera conociese de primera mano el proyecto de este recién nacido museo.

Los numerosos asistentes pudieron ver las instalaciones y diferentes objetos que ya posee EMMOA en el Polideportivo Zuhaizti del barrio donostiarra de Gros.