La leyenda del guipuzcoano de las 3.000 victorias

«Cuando me lo decís, lo siento como si fuese irreal» reconoce a este periódico un Mendizabal que admite que «nunca llegas a imaginar que puedes lograr algo así». Y eso que desde que empezó en este mundillo, solo con 15 años, ha caminado siempre por la senda del éxito. Desde que ganó su primera carrera en 1990, ha trazado una trayectoria espectacular, imponiéndose en cuatro estadísticas y logrando 73 victorias en pruebas de Grupo.

Sin embargo, si algo ha caracterizado a Ioritz durante este tiempo ha sido la constancia y la longevidad. Sirva como dato que lleva 24 años consecutivos ganando al menos 50 carreras anuales. Más de dos décadas instalado en la élite. Aunque inicialmente duda, reconoce que «probablemente tiene bastante más mérito estar durante tantos años ganando, que el hecho de tener cuatro estadísticas. Es difícil llegar pero mucho más difícil mantenerse durante tanto tiempo».

Más de tres décadas como profesional suponen un tobogán de emociones, incluso para un hombre tan sólido como Mendizabal. Las caídas son parte ineludible de esta profesión, igual que en la del ciclista. Son inevitables y suponen un importante reto físico y mental. «He sufrido muchas y sin duda mis peores momentos como profesional los he vivido a consecuencia de las caídas». Añade que «es muy complicado parar uno o varios meses. Cuando vuelves empiezas de cero y cuesta mucho volver a coger la forma y la confianza».

Es en esos momentos difíciles donde se hace la diferencia. Son muy pocos los jinetes que han sobrevivido a las batallas y las cicatrices acumuladas durante tantos años. Hace falta una base muy sólida y unas profundas convicciones para aguantar todas las embestidas. El oiartzuarra tiene claro que «lo que más me ha ayudado en la vida es la educación que he recibido de mis padres. Ellos me han enseñado siempre a no dudar, a tener claro que no debo desviarme del camino si es bueno. Me han inculcado una manera de hacer las cosas y eso me ha permitido alcanzar todas estas metas».

Mendizabal ha logrado victorias de todo tipo durante todos estos años, de las que doce han sido de categoría máxima. Cuando le cuestionamos sobre sus mejores momentos como jinete se traslada inmediatamente a Chicago, donde ganó la Arlington Million con 'Spirit One'. «Los triunfos en Grupos tienen un sabor especial. Aquella de Estados Unidos, estando allí solo... significó mucho para mi».

Curiosamente, sus mayores éxitos en Francia han llegado recientemente, una vez superado el cénit de su carrera como jockey. Tal vez por ello, aún no descarta poder ganar algún día el Arco del Triunfo, la más grande entre las grandes «Es un sueño, es el campeonato del mundo, pero no me obsesiona. Hay carreras todos los días y me centro en eso. Siempre sueñas con encontrar a ese caballo que te permita ganarlo, pero no me quita el sueño. Si me llegan a decir hace cinco años que iba a ganar tres Grupos1 para O'Brien, tampoco lo hubiese creído, así que no me pongo límites».

Y razón no le falta. Tras ganar el Derby francés en 2008 con 'Vision d'Etat', resultaba difícil pensar que Mendizabal encontraría ya montas de semejante nivel, sobre todo tras dejar la cuadra de Jean Claude Rouget. Sin embargo, los británicos John Gosden y Aidan O'Brian confiaron en su experiencia y buenas manos. Pudiendo haber desplazado a Paris a Ryan Moore, «el mejor jockey del mundo» para Mendizabal, decidieron confiar a 'Mishriff' y 'St Mark's Basilica' al jinete vasco, dos cracks con los que volvió a lo más alto en 2020 y 2021. De hecho, «son los dos mejores caballos que he montado nunca, sin ningún género de dudas» afirma el jockey oiartzuarra.

A lo largo de su trayectoria no han sido muchas las ocasiones en las que Mendizabal ha montado en el hipódromo de casa. Reconoce que de pequeño su sueño era «ganar la Copa de Oro», pero lo cierto es que su carrera profesional se ha desarrollado prácticamente de forma íntegra en Francia. «Me gustaría poder ir a montar cada año a los grandes premios de agosto, pero coinciden con el mitin de Deauville y me resulta imposible eludir mis compromisos allí», apunta.

Tras una década sin montar en Zubieta, para el recuerdo queda el triunfo logrado en el Critérium Internacional de 2011 con 'Albret', montando para su amigo Guillermo Arizkorreta. Tal vez a partir de ahora, inmerso en una etapa profesional en la que su agenda no alberga tantas obligaciones, podamos disfrutar más de su presencia en la temporada estival, lo que sería una magnífica noticia.

Lo que parece seguro es que tenemos Ioritz Mendizabal para rato, a pesar de que el 5 de mayo cumplirá 49 años. «Vivo día a día» apunta, «solo cuando empiece a pensar en mi retirada estaré acabado. El día en el que el despertador suene a las cuatro o cinco de la mañana y piense qué mierda, entonces tendré que parar. Pero de momento eso nunca me ha pasado», señala con rotundidad. Aunque reconoce que el turf ha cambiado mucho durante estos años, «ahora solo se piensa en rentabilidad a toda costa. Antes se tenían caballos con otro concepto», su pasión sigue siendo la misma. Tiene claro que nunca se hará entrenador cuando cuelgue la fusta, pero su futuro seguirá siempre ligado al turf.