Eduardo González, junto con jugadores del Trintxerpe en el campo de Trintxer. ARIZMENDI

«A todos nos gusta ganar, pero no a cualquier precio»

Veterano. Eduardo González lleva ocho años como presidente del Txintxerpe, en cuyo campo se produjo una agresión a un árbitro asistente en diciembre de 2022

Enrique Echavarren

San Sebastián

Sábado, 18 de noviembre 2023, 01:00

El Trintxerpe acaparó toda la información del fútbol guipuzcoano por culpa de una agresión a un árbitro asistente cometida por el padre de un jugador ... del equipo de Preferente juvenil en el campo de Trintxer. Sucedió en diciembre de 2022. «No estaba en el campo, me llamó el coordinador del equipo y acudí de inmediato. Vivo enfrente. y oí. El padre de un jugador saltó al campo porque le estaban pegando a su hijo y empujó al linier. Su actitud fue denigrante. Lo que hizo no se puede hacer. Esa imagen que se da a los hijos no es la idónea», recuerda Eduardo González, presidente del club pasaitarra. «En su día le pedimos disculpas al linier, nos pusimos a su disposición como club. Estábamos abochornados, sentimos mucha vergüenza por lo que pasó. A la siguiente jornada realizamos un acto de desagravio junto al equipo rival. Ambos equipos le hicimos un pasillo al árbitro antes de empezar el partido en señal de respeto».

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A punto de cumplirse un año de ese amargo incidente, contactamos de nuevo con él. El club parasitaria cuenta con cerca de 300 jugadores, distribuidos en distintas categorías, desde la escuela hasta el equipo que milita en Regional. Es de Trintxerpe, tiene 55 años y trabaja en la empresa Indar de Beasain. Lleva ocho años al frente del club pasaitarra, que cuenta con 270 jugadores distribuidos en las diferentes categorías, desde la escuela hasta el equipo que milita en Regional Preferente. Cuentan cuenta con 150 socios y a sus partidos acuden habitualmente un centenar de personas. Sus hijos, Xabier y Aritz, jugaron en su día en el Trintxerpe y también fueron entrenadores de los distintos equipos del club en diversas categorías.

La pregunta era obligada. ¿Ha vuelto el agresor a Trintxer? No, no ha vuelto, pero los partidos pueden verse desde la carretera y ahí nosotros no tenemos potestad alguna. No hemos vuelto a tener relación con él. En su día le conminamos a que no volviera más. Él fue a defender a su hijo, se equivocó y la lío. El campo de fútbol es sagrado y no puedes entrar a él para nada. Lo malo es que noticias como esta salgan en los medios de comunicación y no se dé importancia a la labor social que está haciendo el club desde hace muchos años. Tratamos de educar a los chavales, y también a los padres, para que respeten al rival y también a los árbitros. Si no te respetas a ti mismo, difícilmente lo harás con los demás».

«Aquí no hay 'Messis' ni 'Maradonas', pero al menos tendrán experiencias que podrán comentar en el futuro»

«Es triste que aparezcas en los medios de comunicación por motivos extradeportivos –añade–. La noticia hay que darla, no hay que callarse, estas conductas hay que denunciarlas siempre, pero creemos que fue excesivo el tratamiento que se le dio en su día».

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González considera que «la violencia es una lacra y, desgraciadamente, lo malo se contagia. Parece que ahora está en auge ir al campo a pegarse y si no lo haces no vas a la moda. Lo normal sería ir al campo a disfrutar. No entiendo lo que está pasando. Tratas de inculcar valores a los jugadores, que respeten al contrario, también al árbitro. A todos nos gusta ganar, pero no a cualquier precio. En el club es muy importante la labor de formación. Tenemos jugadores que vienen de Zumarraga, magrebíes, guineanos, ucranianos, rumanos, rusos y sudamericanos. Les abrimos las puertas para que se integren en la sociedad. Habrá temporadas en las que tengamos mejores jugadores, otras peores, pero lo importante es que tengan la opción de jugar. Luego, el nivel deportivo pondrá a cada uno en su lugar».

Actitudes violentas

González entiende que «las actitudes violentas son complicadas de erradicar. Me preocupa lo que estoy viendo en los campos. Ahora se visibiliza más por medio de las redes sociales. El fútbol debería volver a ser un deporte para disfrutar. Hay contactos, faltas y también 'calentones', pero entre todos tenemos que conseguir que únicamente sea algo puntual, no algo reiterativo casa semana. A los padres les decimos que representan a sus hijos, y también al club. Ellos son los que tienen que dar ejemplo, antes incluso que el club. La educación empieza en casa, los valores se aprenden en casa y se trasladan luego a la calle».

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«Todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, la violencia no tiene cabida en ningún campo de fútbol»

En su opinión, «los chavales se fijan en lo malo en vez de los bueno y adquieren hábitos negativos. En el fútbol profesional los ejemplos no son loables que digamos. Quizás los clubes les metemos demasiada presión con la obligación de ganar o de luchar por el ascenso de categoría. En el Trintxerpe no hay 'Messis' ni 'Maradonas', pero al menos tendrán experiencias que podrán comentar en el futuro».

Entiende que «se trata de un problema social. El ambiente crispado que se vive en la sociedad repercute luego en el fútbol. Los clubes no somos una burbuja. La violencia hay que tratar de minimizarla y que se traslade en la menor medida posible al deporte. Voluntad hay, pero también hay que tener herramientas para erradicarla y en ese aspecto los clubes estamos muy limitados. A nadie le gusta ser protagonista de lo malo».

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Es partidario de que «existan más campañas como Errespetuz. Todos tenemos que aportar nuestro granito de arena, la violencia no tiene cabida en ningún campo de fútbol. Es un problema que hay que tomárselo muy en serio».

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