Sousa hace de Oro a 'Il Decamerone'

Hay energías imperceptibles pero que parecen flotar en el ambiente. El año del trainer sudamericano estaba siendo tan soberbio, que la presencia de su caballo en la prueba fue asumido como un órdago con poco de farol. Y es que el «mago de Junin», como se le conoce en el mundillo, está firmando el mejor año de su carrera, discutiéndole la estadística al intocable Arizkorreta y convirtiéndose en el preparador con más victorias en el año.

Con un ojo único para fichar en las subastas inglesas, 'Great Prospector' era su mayor obra de arte. Hasta ayer. Pues lo que ha hecho con 'Il Decamerone' es una barbaridad. Aunque ganador en otoño del André Baboin (Listed) en Burdeos batiendo a 'Star of Bengal', este curso no había pasado de sexto. Y nunca había corrido en 2400 metros. Dos meses en los boxes de Anaya le han servido para ganar una Quinté y la Copa de Oro. Una obra de arte.

Los halagos tras la carrera tuvieron otro claro destinatario: Ricardo Sousa Ferreira. Ganador ocho días antes del María Cristina, ayer volvió a dar una masterclass para ganar su segunda Copa de Oro. Cuando en 2016 triunfó con 'Flanders Flame' era un chavalín que apuntaba alto. Ahora con 28 años es el mejor jockey de España. Su interpretación de la carrera fue sobresaliente y el recorrido que le dio a 'Il Decamerone', idílico.

La carrera fue complicadísima por el alto número de participantes. Nadie regaló nada y la llegada a Bugatti pareció un partido de polo. Golpes, maniobras arriesgadas, apreturas... de las que escapó Sousa indemne. En la recta final se encontró de par en par con una alfombra roja hacia el Oro. Algunos considerarán que tuvo la suerte de encontrar libres los palos. Pero no es menos cierto que lo consiguió gracias a estar ahí en el momento preciso.

El cambio de ritmo de 'Il Decamerone' fue un hachazo a la yugular de sus adversarios. No hubo respuesta. Desde el fondo del pelotón vino 'Philau', último tras salir del codo. Borja Fayos lo hizo de lujo para que el caballo de Olave volviese a superarse y a punto estuvo de obtener matrícula de honor. Lo que ha conseguido el preparador bilbaíno con un caballo que parecía desahuciado es asímismo para quitarse el sombrero.

Completó el podio 'The Way of Bonnie', favorito y ganador de la pasada edición. El de la Yeguada Rocío, un caballazo, demostró lo difícil que es repetir triunfo el 15 de agosto. Hace falta que se alineen los astros para que todo te vuelva a salir igual. El campeón empezó a perder desde que se abrieron los cajones, quedando bastante rezagado y por lo tanto obligado a ir a cola de pelotón.

Con una pista menos blanda que el pasado curso, viéndole a tantos cuerpos de la cabeza, su remontada se antojaba ya imposible mediada la carrera. Janácek tuvo que arriesgar para intentar evitar tráfico y tanto en la recta de enfrente como en la definitiva abrió a su caballo regalando metros. Peaje a pagar para evitar problemas, pero un concesión inasumible ayer. Tuvo mérito su remontada, pero seguro que a los suyos les supo a poco.

Peor le fue al otro gran favorito de la carrera, el galo 'Ninth Titan', que fue desapareciendo con el paso de los metros. Salió bien, pero el pelotón lo engulló a mil metros del poste y para cuando quiso ponerse en marcha estaba batido. Un fracaso rotundo. Por otra parte, la generación clásica volvió a estar lejos de ser protagonista, a pesar de la buena carrera de 'Lovely Diamond', mejor tres años y sexta en el disco tras dejar un amago a media recta.

Después de dos años desoladores con las gradas a medio llenar por las restricciones, el hipódromo recuperó ayer la imagen de sus mejores días. El parking se quedó pequeño y no fue sencillo encontrar un hueco en la grada.