Un saltador, en los Juegos Olímpicos de Garmisch-Partenkirchen, en 1936.

En alemán, salto se dice sprung

El Torneo de los Cuatro Trampolines, expresión romántica del mundo germánico, arranca este sábado en Oberstdorf convertido en un evento internacional

Sábado, 28 de diciembre 2024, 00:28

Estas montañas tienen algo de intimidante. El Torneo de los Cuatro Trampolines comienza este sábado (Eurosport 1-16.15 horas) en Oberstdorf y se prolongará ... hasta el día de Reyes, en Bischofshofen, previo paso por Garmisch-Partenkirchen en la clásica cita del 1 de enero después de los valses en Viena e Innsbruck (4). Hoy es un evento internacional, pero su magia radica en que sigue siendo una expresión romántica del mundo germánico.

Publicidad

Como casi todo en Europa, el Torneo surgió de las ruinas de 1945. Los saltadores alemanes tenían prohibido competir a nivel internacional pero, gracias a los lazos personales, los miembros del club de saltos de esquí de Partenkirchen alternaban con los de Innsbruck en el trampolín Seegrube, el único disponible en la capital tirolesa ya que el de Bergisel (donde se saltará el día 4) quedó destruido en la II Guerra Mundial. El veto acabó pronto, ya que la federación alemana volvió a ser aceptada en 1948 y el 1 de enero de 1949 el club de Partenkirchen recuperó su tradicional concurso internacional de saltos de Año Nuevo. Entre 1946 y 1948 había sido una cita exclusivamente alemana.

Las colosales instalaciones de Garmisch habían acogido los Juegos Olímpicos de 1936, en plena efervescencia nazi. La guerra acabó con todo en la estación bávara y no fue hasta 1952 cuando en Seegrube se perfiló el 'Torneo germano-austriaco de saltos de esquí', precursor del Cuatro Trampolines. En principio eran tres sedes, Partenkirchen en Alemania e Innsbruck y Bischofshofen en Austria. Se buscó otro saltadero alemán y se barajaron las opciones –todas en Baviera– de Füssen, Oberammergau y Berchtesgaden, nombre de reminiscencias terribles, ya que allí se encontraba el Berghof, la residencia de descanso de Hitler en los Alpes. Finalmente se eligió Oberstdorf, por sus grandes instalaciones.

La primera edición, en 1952

En la primera edición, entre 1952 y 1953, participaron saltadores de seis países (cuatro suecos, tres noruegos, tres suizos y cinco eslovenos, además de los mejores alemanes y austriacos) y la victoria fue para el austriaco Sepp Bradl. Aún eran tiempos difíciles, de novela desesperada de Stefan Zweig. Se requería visado para entrar en Alemania y en Austria. También influían otros factores. Los saltadores de la RDA no podían acudir ni a Garmisch ni a Oberstdorf, por lo que solo competían en Innsbruck y Bischofshofen. Se puede aprender historia con solo ser un fanático del deporte.

Publicidad

La cita más famosa del torneo es la de Año Nuevo. Los trampolines olímpicos, Olympiaschanze, de Garmisch-Partenkirchen se reconstruyeron y hoy en día son considerados monumento. Hoy la cita es en Oberstdorf, en el trampolín de Schattenbergschanz, de 137 metros y que cuenta con el récord más antiguo del torneo: se cumplen 20 años del mejor salto de la historia de esta instalación, los 143,5 metros que voló el noruego Sigurd Pettersen. 144 saltó en Garmisch en 2021 el polaco Dawid Kubacki, que se fue a los 145 en Bischofshofen. Más cortos suelen ser los saltos en Innsbruck, pero las vistas, con los saltadores volando hacia el 'tejadillo dorado (Goldenes Dachl)' de la parte vieja de la ciudad son una maravilla.

El alemán Paschke, favorito

El Cuatro Trampolines reúne a los 50 mejores saltadores del mundo. El alemán Pius Paschke, líder de la Copa del Mundo, se mide al potente equipo austriaco. Muniqués de 34 años, encabeza la competición por delante de los austriacos Daniel Tschofenig y Jan Hörl. La segunda baza alemana será Andreas Wellinger. Los siempre siempre valientes saltadores japoneses jugarán sus bazas.

Publicidad

El entendido público austriaco estará muy pendiente de Stefan Kraft, doble ganador de la Copa del Mundo, en la que sus 43 victorias le convierten en el tercero más laureado de todos los tiempos, por detrás de su compatriota Gregor Schlierenzauer (53) y del mítico finlandés, ya fallecido, Matti Nykänen (46). Kraft no ha ganado aún este año.

La competición sigue manteniendo su aroma germánico a montaña mágica, Der Zauberberg, pero ya es un evento internacional. Global. En 1956 la televisión bávara retransmitió por primera vez el concurso de saltos de Año Nuevo junto con la ARD austriaca. Actualmente, son más de 25 canales los que difunden las imágenes por el mundo. El premio al ganador es un águila dorada. Un animal mitológico en todas las culturas. Al lado del Berghof se eleva también el Nido del Águila. Unas montañas que intimidan.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad