Silvente deja al Real Unión con la miel en los labios y sin triunfo

Los txuribeltz presentaron un once que, un día más, estuvo condicionado por las bajas y los numerosos jugadores recién salidos de lesión. En ausencia de Beobide, Zulaika tuvo que volver a improvisar la pareja de Rivero en el mediocentro, adelantando a Montoro a la medular. Ese movimiento generó un hueco en la zaga que ocupó el joven Espigares, al que el técnico azpeitiarra dio la alternativa en liga.

Sin lograr profundizar, los unionistas acapararon la posesión al inicio. Las ocasiones fueron para los riojanos, que inquietaron a Irazusta aprovechando dos despistes locales. El usurbildarra detuvo primero el libre directo de Borja y poco después el mano a mano con Unzueta, que probó fortuna algo escorado.

La primera gran aproximación del Real Unión se originó en las botas de Kijera, a la media hora. Gagua recogió el pase del hernaniarra y resolvió la jugada con un zurdazo que se marchó alto. Justo antes del paso por vestuarios, Agirre, a la altura del punto de penalti, no estuvo rápido para armar el disparo tras una buena jugada colectiva.

La segunda mitad no pudo comenzar mejor para los intereses del cuadro irundarra, que logró adelantarse por mediación de Nacho, al que este curso se le caen los golazos de los bolsillos. El extremo se orientó la pelota hacia dentro con el primer toque y con el segundo conectó un zurriagazo que se coló por el palo largo de la portería de Azón.

Los de casa, muy cansados en la recta final, dieron un paso atrás después del 1-0 y la escuadra de Raúl Llona empezó a rondar la igualada con asiduidad.

Tanto fue el cántaro a la fuente, que se acabó rompiendo en el minuto 88. El cabezazo de Silvente, a centro de Monroy, silenció a un Stadium Gal que ya se frotaba las manos con la tercera victoria de la temporada.