Vicente del Bosque: «El fútbol ha cambiado, pero la esencia sigue siendo la misma»
El exseleccionador, Górriz, Satrústegui, Gajate y López Ufarte charlan del pasado y del presente
El Centro Cultural Amaia de Irun se vistió ayer de gala para recibir a un quinteto de exfutbolistas de lujo que departieron largo ... y tendido sobre el fútbol de ayer y de hoy. Se juntaron cuatro exjugadores de la Real Sociedad campeona, Alberto Górriz, Agustín Gajate, Roberto López Ufarte y Jesús Mari Satrústegui, que flanquearon a Vicente del Bosque. El terreno de juego no estaba embarrado, como siempre se recuerda al viejo Atocha, y movieron la pelota sin darse la cera que se repartían en aquellos duelos entre los realistas y el Real Madrid.
Y es que aunque el salmantino es mayor que todos ellos, los cinco coincidieron sobre los terrenos de juego en aquellas dos campañas seguidas en las que la Real se convirtió en el mejor equipo de la Liga. Del Bosque recordaba que «no eran partidos entre la Real y el Real Madrid, eran partidos de nosotros contra ellos. Por entonces eran mejores, fueron grandes rivales a los que ni tocábamos en el campo».
No tiene mala memoria el exseleccionador, ya que en los cuatro enfrentamientos ligueros de las temporadas 80-81 y 81-82, la Real Sociedad salió victoriosa en dos ocasiones, un duelo acabó en empate y solo uno lo ganaron los merengues. Partido de mal recuerdo para ex del Madrid, ya que a pesar del 1-0 en el Bernabéu, fue expulsado por doble amarilla.
Del Bosque no olvida aquellos encuentros, y aunque ya no ejerce de entrenador, sabe perfectamente lo que le podría dar cada uno de sus contertulios sobre el terreno de juego. «Habría que hacer lo que fuera para poner a los cuatro como titulares. Roberto tenía una técnica exquisita y algo que se ha perdido hoy como el regate. Satrustegui era un gran rematador, pero no solo eso, era un delantero que jugaba tanto dentro como fuera del área. Y de Górriz y de Gajate qué decir, dos personas con un gran sentido de lo que es un equipo y mucha sensatez en el juego».
Satrústegui recordó su relación con el salmantino y comentó que «hicimos buenas migas en la selección. De aquella época recuerdo que éramos un equipo que fue madurando, que jugamos juntos varios años y acabamos ganando al Real Madrid, que era un todopoderoso».
De la contra a la transición
El fútbol de los 80, el que vivieron los cinco participantes en la charla de ayer, ha cambiado mucho respecto al que vemos hoy en día. «Es diferente hasta el idioma con el que se habla. Antes todos sabíamos lo que era una contra, pero ahora son transiciones. Antes teníamos canteras y ahora parece que todo son academias. Hasta el físico de los jugadores no tiene que ver, el fútbol era de pelo largo y, como mucho, bigote, pero ahora casi todos van tatuados y se ven muchas barbas, que antes nadie llevaba. El fútbol es cada vez más complicado y ha cambiado mucho, pero la esencia sigue siendo la misma», dijo Del Bosque.
López Ufarte tomó la palabra para apuntar que «siempre digo que los futbolistas de ahora son mejores, pero luego me contradigo porque no encuentro futbolistas como Górriz, Satrus o Zamora. Si hablo de mi experiencia, os contaría que a mí siempre me marcaban al hombre, entonces te ibas de un jugador y ya está. En ese sentido era más fácil».
«Yo estoy con Vicente», significó Satrústegui. «La esencia del fútbol no ha cambiado, pero veo las botas que tiene mi chaval y son como plumas. Las nuestras pesaban muchísimo, igual que el balón. Sí que es diferente, por ejemplo, la preparación física. Nosotros íbamos corriendo de Lasarte a Orio o subíamos al monte con pesas. Así estamos todos cascados de la espalda y las rodillas».
El máximo goleador de la historia de la Real Sociedad, con 162 tantos, escuchó luego al que más partidos ha jugado. El de los 599 encuentros explicó que «otro de los cambios que veo es en la alimentación. Recuerdo que cuando me notaba falto de energía iba donde el médico para que me recomendara algo y me decía que fuera donde mi madre a que me hiciera unas alubias. Y para celebrar los cumpleaños de los compañeros nos íbamos al bar después de entrenar a comer calamares y tomar una cerveza. Esto ahora está mucho más controlado, los jugadores desayunan y comen en Zubieta».
Toda esta transformación la ha vivido en primera persona Agustín Gajate, que dirige al Infantil de Honor de la Real Sociedad. «Los métodos de trabajo han variado mucho. Cuando nosotros éramos niños, nos echaban un balón y a correr. Ahora todo se trabaja con una metodología y se preparan los entrenamientos con tiempo de antelación. Los chavales están mucho mejor preparados físicamente».
Antes de cambiar de tema, 'El pequeño diablo' se volvió a llevar el micrófono a la boca para apuntar que «también han cambiado los campos. Cuando yo empecé a jugar en el Real Unión, había veces que me hundía en el Stadium Gal del barro que había». No quiso perder la ocasión Satrústegui para recordar lo que solía pasar en Atocha. «Muchos rivales nos decían a ver qué había pasado, que estaba todo embarrado. Les decíamos que había llovido mucho, pero la verdad es que no se había parado de regar el campo».
Sin millonarios
Ninguno se queja, pero lo cierto es que el fútbol de los ochenta no dejaba millonarios. Gajate contó que «sigo viviendo del fútbol y lo hago en el fútbol formación. He podido ir subiendo escalones en la cantera de la Real Sociedad, pero no he querido».
«Nuestra trayectoria nos ha abierto puertas. Yo tengo mi trabajo, soy visitador médico, y cuando vas a un sitio y te conocen, es todo mucho más fácil», explicó Górriz, a lo que Del Bosque añadió que «los cinco que estamos aquí hemos tenido un sentido de pertenencia que no se pagaba con dinero».
Fue Satrústegui el que remató el tema con una frase que resume la calidad humana de estos personajes. «Cualquiera que hoy en día juegue diez años en Primera, tiene la vida solucionada, pero antes no era así. Entonces no se ganaba tanto, pero teníamos la ilusión de jugar en la Real y ganar títulos. Ahora ganan más, pero nuestra satisfacción era mayor».
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