El nerviosismo con la aparición del viento de costado en la parte final de la etapa dio un poco de emoción a un día tranquilo ... pero sobre todo enseño la unión y fortaleza del equipo del líder y la desorganización del equipo de Almeida.
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Incomprensible la actitud del equipo UAE en el esprint bonificado de Salamanca, donde Vingegaard sumó cuatro segundos sin apenas oposición.
Es un ejemplo más de lo que digo del equipo de Almeida, si no está Pogacar no corren como equipo, cuando estamos hablando de la importancia de los segundos en el desenlace final de esta vuelta, no se entiende como Almeida y sobre todo su equipo no peleen en ese esprin bonificado para como mínimo no dejar coger más ventaja al líder, demuestra una falta de concentración inaudita de un equipo que no puede competir de esta manera.
Llevamos diciendo varios días la importancia de los segundos bonificados e incluso del valor de los diez segundos que Almeida metió a Vingegaard en la contrarreloj de Valladolid. Hablamos de que el desenlace de esta Vuelta puede decidirse por pequeños diferencias y es por eso que no se entiende este regalo al líder tan gratuito.
Si me pasase algo así como director seguro que no sería un día muy agradable para estar conmigo. En el esprint final y con un Alpecin calculando perfectamente las distancias se vuelve a imponer el más fuerte. Philipsen ha sabido pasar estos días y consigue otro triunfo que seguramente habrá que sumar al de mañana en el Paseo de la Castellana.
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Hoy última oportunidad para desbancar a Vingegaard, la llegada a la bola del mundo tiene la suficiente entidad como para que haya importantes diferencias, pero UAE deberá correr como no han corrido en toda la Vuelta a España como equipo, si quieren inquietar al danés que con casi toda probabilidad, sellará su triunfo final en la cima madrileña.
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