Ane siempre ha sido un modelo para mí. Tengo 27 años y cuando era pequeña mi referente era lo que veía a mi alrededor. Los ... chicos tienen muchos en la televisión en todos los deportes, pero nosotras no. Y, junto a mis padres, Ane ha sido quien me permitió poder soñar con el mundo del deporte. Como Joane Somarriba en su momento, tener a una ciclista vasca como Ane es clave para quienes vienen por detrás.
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Cuando empecé a competir en el Laboral Kutxa, para mí ver a Ane en el pelotón era increíble. Le admiraba. Hace tres o cuatro años fuimos a correr el Giro de la Emilia, en Italia, y al terminar la carrera nos cruzamos camino del autobús y se paró a hablar conmigo. Fue la mayor alegría que me podía llevar. Lo viví así porque era un referente.
Después, enterarme de que iba a venir a nuestro equipo fue un sueño. Estos dos años han sido muy bonitos con ella. Ha traído muchísimas cosas y todas buenas. Nos ha transmitido toda su experiencia. A todas, pero sobre todo a las ciclistas vascas. Su experiencia, su sabiduría y su alegría. Siempre está de buen humor. Yo, por el contrario, soy nerviosa. Tener a una compañera como ella en el autobús antes de las carreras transmitiendo todo eso me ha permitido aprender muchísimo.
En lo humano también nos ha aportado mucho. El deporte son altibajos y nos ha demostrado cómo hay que hacer frente a los momentos malos. Me quedé sorprendida por cómo afrontó su situación del año pasado, sin perder el humor y dándolo todo cada vez que se subía a la bici. Hemos aprendido de ella en todos los aspectos, tanto en el rendimiento como en lo personal.
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Es una pena enorme, pero si ha sentido que era el momento de cerrar esta etapa estoy segura de que será lo mejor para ella. Las compañeras le deseamos lo mejor y esperamos tenerle cerca, porque todavía tenemos mucho que aprender de Ane.
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