Maillot amarillo con los amigos a los 12 años

Juanma Garate tenía 16 años cuando el Tour salió de Donostia en 1992. Lo vivió como espectador y ahora, 31 años después, lo hará desde dentro, al volante del coche del Education First. El irundarra está encantado con que el Tour vuelva a salir de Euskadi.

«Es un acontecimiento tan grande que es escenario de reivindicaciones. No solo el Tour, cualquier evento popular. Pero al margen de esto, para mí es algo muy bonito, sobre todo en este momento de mi vida. De niño me aficioné al ciclismo viendo en Jaizkibel la Clásica y el Tour. En el barrio, un amigo tenía un maillot amarillo que era de su padre. Cuando teníamos 12 años, solíamos hacer carreras entre nosotros con diferentes recorridos y el que ganaba se ponía aquel maillot amarillo, que era auténtico del Tour. Éramos un grupo de siete u ocho amigos. Veíamos la Clásica en Jaizkibel», relata Garate.

Del Tour de 1992 recuerda que «fue lo más. Yo fui a Donostia a ver el prólogo. Tengo una foto que me hizo un amigo con Indurain. En la época no había selfis, compramos una cámara de usar y tirar. Hacerme una foto con Indurain era como estar con un extraterrestre. Al día siguiente fuimos a ver la etapa a Jaizkibel. Fue muy especial».

Reconoce que le ilusiona que «el Tour vuelva a estar en casa después de 31 años. Yo me hice ciclista por estas carreras. Desde 1992 primero fue corredor amateur, pasé a profesionales, corrí el Tour, me retiré y ahora soy director de un equipo que tiene un ciclista para intentar luchar por la victoria (se refiere a Carapaz)».

Garate cree que a muchas personas les va asombrar la enormidad del Tour. «La gente no sabe lo que es, se van a sorprender. Estamos muy acostumbrados a ver carreras ciclistas, como la Vuelta al Bidasoa, la Prueba San Pedro, marchas cicloturistas, la Vuelta al País Vasco, las carreras de todos los fines de semana, la Vuelta a España... Pero esto va a ser una Vuelta a España multiplicado por tres».

El exciclista irundarra detalla que «va a sorprender por los cortes de tráfico que implica, que causarán molestias, y por el espectáculo tan potente que es. Habrá problemas en las carreteras, pero por otro lado es un acontecimiento que se produce una vez cada treinta años».

Garate logró en el Tour de 2009 una de las seis victorias que se anotó en su trayectoria profesional, campo al que llegó tras destacar sobremanera en el campo aficionado con el equipo Iberdrola. Dio el salto en Italia, de la mano del Lampre, y su ciclismo siempre tuvo influencias de aquellos años iniciales en la cultura transalpina. No era un camino extraño por entonces, ya que también lo siguieron otros como Iñigo Chaurreau (Polti), Jon Odriozola (Gewiss) o Igor Astarloa (Mercatone). No fueron los únicos.

El irundarra es hoy el director del EF, equipo al que saca chispas con nombres como Cort Nielsen, Carapaz, Bettiol, Powless o Ben Healy.