«Ilusión, y hasta la cima de Jaizkibel»
Un pelotón del Club Ciclista Irunés, que agrupa a los corredores de la bahía de Txingudi, examina el punto clave de lajornada demañana en el Tour
Algunos son más pequeños que las bicis que llevan. Manillar y sillín, pegados al cuadro y, aun así, muy lejos del suelo si hay que ... poner pie a tierra. Detalles sin importancia para un ciclista. Porque no es lo mismo andar en bici que ser ciclista, y aquí hay un pelotón de ciclistas. Son 45. El Club Ciclista Irunés es una de las escuelas importantes de Gipuzkoa, junto a otras como Beasain, Donostia, Bergara, Andoain... Sus chavales y chavalas aceptan la invitación de este diario para recorrer el punto clave de la etapa de mañana. Portan indumentaria del Tour cedida por Fórum Garbera.
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La imagen de los más pequeños arropados por sus entrenadores en las rampas que suben desde Hondarribia a Guadalupe son de una belleza inigualable. Los mejores valores del deporte están ahí, trabajo desinteresado, amor por la educación y pasión por el ciclismo. «Están muy ilusionados con la llegada del Tour y cuando les propusimos subir Jaizkibel para reconocer la etapa se apuntaron casi todos. El resto se quedó con pena de no poder venir. Y querían subir hasta arriba, pero no les dejamos a los más pequeños, solo hasta Guadalupe», explica el presidente, Dani Gómez, que como sucede en todos los clubs además de la gestión ejerce de entrenador, chófer y lo que toque.
Aiuri Fernández, Lander Caballero, Ander Jiménez, Iker Elizazu, Daniel Díaz, Telmo Aguirre. Iban Villafranca, Eydan Calvo, Marco Díaz, Anna Mischenko, Lier Arregi, Uxue Caballero, Asier Guerrero, Gorka Gómez, Beñat Paz, Oihan Nausia, Ademe Barbado, Unai Ginzo, Mateo Alvarado, Matthis Jouajou, Iker Oyarbide, Oihan Arbelaiz, Enara Albisu, Haizea Albisu, Sustrai Lauzirika, Ian Jiménez, Aimar Sánchez y Amets Ortega son los benjamines, alevines e infantiles. El equipo cadete lo forman Iker Villasante, Joan Cardona, Erik Kintana, Peru Garro, Julen Mendiberri, Beñat Etxaniz, Ekain Galeano, Aiur Ugartemendia, Iker Ginzo, Unax Madariaga, Beñat Ausin y Enaitz Blanco. Los júniors son Vald Rares, Heren Suárez e Ian Gómez, mientras que también pertenecen al club pero están cedidas al Yogures Goenaga de Donostialdea Elena Cuenca, Irati Mitxelena, Naiara Espinosa y Daría Mischenko.
Para que un club así funcione, es imprescibible la aportación de numerosos técnicos: Naiara Blanco y Andoitz Villafranca (benjamines), Aiur Eraso y Óscar Ginzo (alevines), Manueltxo Viñas (infantiles), Mikel Bermejo, Toni Villasante e Iñaki Etxaniz (cadetes) y Xabi Beloki y Dani Gómez (júniors).
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Referentes y redes sociales
El presidente destaca que «se ha producido un incremento de entre 30 y 35 niños y niñas en dos años. Lo achaco a dos factores: el movimiento en torno al ciclismo que ha habido en Irun, con la Itzulia, la Vuelta a España, el Bidasoa y otras pruebas, y las redes. Hemos movido el ciclismo en redes y funciona, los chavales se relacionan y responden».
Este incremento contrasta con las dificultades que sufre el ciclismo de base. «Nos gustaría organizar carreras de cadetes y juveniles, pero no podemos. No tenemos permiso para tocar carreteras principales ni la muga, por lo que no hay forma de hacer carreras. Organizamos el Premio San Pedro, pero porque se hace a través de Madrid y porque tiene mucha historia. Hacemos una prueba para los txikis con el Paseo de Colón cerrado. Para entrenar, les llevamos a la carretera de Bera, pero solo se puede ir hasta Endarlatsa porque hicieron la nueva sobre la vieja y no hay alternativas».
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El Irunés acoge a ciclistas de Txingudi, de Irun, Hondarribia y Hendaia. «La escuela es la base de la pirámide», reivindica Dani Gómez. Algunos casi no llegan a los pedales, pero no duelen las piernas. Pedalean por la ruta del Tour. Como Pogacar hoy.
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