Alaphilippe celebra el triunfo que no fue: «No funcionaba la radio, pensaba que había ganado»

Julien Alaphilippe (Tudor) se ha llevado una gran decepción este domingo en la meta de Carcassonne. El francés, parte de la fuga durante la etapa, se ha visto ganador en meta, tras imponerse en el sprint a Van Aert. Ha levantado los puños, señal de victoria, para sorpresa del belga. Lo que no sabía el vencedor de cuatro etapas en la Itzulia y ganador de la Clásica San Sebastián de 2018, entre otras muchas victorias, era que Wellens (UAE) había llegado hacía casi dos minutos y que Campenaerts (Visma) había entrado también ya en meta.

«Logré recuperar mi hombro. Luché, tenía buenas piernas. La radio no funcionaba después de la caída. Como un idiota, corrí para intentar ganar y pensaba que había ganado. La moral está alta», ha declarado decepcionado al término de la etapa instantes después de darse cuenta de que no era el ganador.

Y es que nada más empezar, el corredor francés se ha visto inmerso en una caída que le ha dañado el hombro. Se le ha salido, se lo ha recolocado él mismo y se las ha ingeniado para terminar tercero en la etapa.

No es la primera vez que le sucede algo similar a Julien Alaphilippe. En 2020, en la Lieja-Bastoña-Lieja, se vio ganador antes de tiempo, soltó las manos del manillar para celebrar el triunfo, pero Roglic se le coló por delante en el sprint.

Este lunes, segundo y último día de descanso antes de que el martes el pelotón encare los Alpes. El propio martes llega uno de los platos fuertes de la ronda gala, con la etapa con final en el Mont Ventoux. 15,7 kilómetros al 8,8% de media tras 140 kilómetros prácticamente llanos.