El Bera Bera no necesita que nadie le saque a bailar

Ganar el choque supone igualar a las malagueñas en la clasificación general. Además, la victoria del Elche –siguiente rival en visitar el Gasca– supone un triple empate en lo alto de la tabla. Más de uno en la grada no entendió por qué se lamentó tanto Anne Erauskin de haber fallado su último penalti con el tiempo cumplido. El partido estaba más que sentenciado y la victoria se quedaba en casa, pero ese último gol hubiera supuesto ganarle el average al máximo rival. La de Ermua lo sabía, anotó tres antes, y Karsten, que volvió de lesión, otro. Este último hubiera sido la guinda de un pastel que, aún así, supo a gloria.

El Bera Bera necesitaba recuperar esa intensidad defensiva tan característica de las donostiarras que se había descafeinado en los últimos encuentros, y lo demostró desde los primeros compases. Con carácter, fuertes atrás, a las de Bidebieta les costó demasiado empezar a anotar. Fueron cinco lanzamientos fallados, con una gran Castellanos blindando la portería malagueña y un 0-3 para empezar.

El ermuarra paró el tiempo y en la reanudación, tras la pausa, Arrojeria estrenó a las suyas (1-3, min.8). Pero el Málaga empezó a encontrar espacios en la defensa local y empezó a escaparse ampliando la ventaja. En el ecuador de la primera mitad, las de Suso Gallardo dominaban en el marcador, 3-8. El Bera Bera lo seguía intentando, pero la falta de acierto penalizó hasta entonces demasiado a las donostiarras.

Ahí empezaron a reaccionar. Tchaptchet, Hernández y Erauskin animaron a las suyas a bailar. Gallardo paró el compás. En un paso ensayado, el balón se fue contra la barrera, y en el rechace un buen disparo de Arderius llegó a las manos de Alice Silva. Karsten marcó para poner a las suyas a dos. La defensa propició que en el siguiente ataque Gavilán marcara. Pero faltaba una argentina aún. Le llegó el turno a Cavo, que se encargó de igualar el encuentro. El partido se fue al descanso tras una buena reacción ofensiva de las donostiarras y el 9-10 en el luminoso.

Tras el paso por vestuarios empezó el espectáculo. Lyndie Tchaptchet estuvo de sobresaliente. La navarra consiguió adelantar a las suyas por primera vez en el partido y su intensidad fue ampliando la ventaja. También Fernandes y su samba subieron el ritmo al anotar tres tantos seguidos. Y de ahí todo fueron giros y piruetas hasta el final.

Con la victoria encarrilada, el average estaba en juego, y en los banquillos se sabía. Cada gol, perdida o parada se celebraba sabiendo lo mucho que estaba en juego. Con el tiempo cumplido y el 25-21, Erauskin tuvo la última oportunidad. Aunque el penalti no entró, la victoria por supuesto se celebró, y con las bufandas al aire volvió a sonar la Marcha de San Sebastián. Bagera!