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La Behobia-San Sebastián sopla 100 velas
Mañana se cumple un siglo de la primera edición de esta carrera popular. El 30 de marzo de 1919, Juan Muguerza fue el ganador frente al hotel María Cristina; solo catorce corredores llegaron a meta
Estaban a punto de dar las 10.15 horas del 30 de marzo de 1919. Gabriel María Lafitte ya estaba preparado frente a la Isla de los Faisanes, en Irun, para dar el pistoletazo de salida a la primera edición de la Behobia-San Sebastián. Literalmente, además. El presidente de la Federación Atlética Guipuzcoana por aquel entonces y quien también había sido alcalde donostiarra un par de años antes empuñó la pistola, disparó y se dio inicio a una carrera que mañana soplará cien velas. La Behobia, que sigue muy viva, será centenaria a las 10.15 de este sábado.
Siempre bajo la organización del CD Fortuna, esta multitudinaria prueba a día de hoy ha vivido de todo a lo largo de estos cien años. Por aquel entonces, cuando justo justo se veían carreras de cinco o diez kilómetros, unos 'locos' tuvieron la idea de organizar una carrera con un recorrido en línea de veinte kilómetros. Bendita locura la que tuvieron... Lejos de los más de 30.000 participantes de hoy en día, 36 hombres se inscribieron aquel año en el Lion d'Or, la cafetería de los bajos del teatro Victoria Eugenia, con la intención de correr el 30 de marzo, aunque hasta el último día, debido a la mala meteorología, no se supo si se acabaría celebrando.
Salieron 22 atletas, acompañados por ciclistas auxiliares, con Juan Muguerza como vencedor junto al hotel María Cristina de Donostia, donde miles de espectadores no quisieron perderse cómo el elgoibartarra, que hoy da nombre al cross de su localidad, se convertía en el primer hombre en escribir su nombre en el palmarés. 1h17:50 fue el tiempo que invirtió Muguerza, treinta segundos menos que Macazaga, que hasta Gaintzurizketa comandaba la carrera.
'Juanito', en la primera edición del Campeonato de España disputada dos años antes, logró nada más y nada menos que dos medallas de oro a pesar de solo tener 17 años: en 1.500 y 5.000. Ganó el 'milqui' de forma consecutiva hasta 1921 y en la distancia larga solo falló en 1920, año en el que fue olímpico en Amberes.
14 atletas en meta
Solo 14 corredores llegaron a Donostia en la Behobia del 30 de marzo de 1919. Hace cien años, la subida a Gaintzurizketa también servía para que los grandes favoritos pusieran tierra de por medio con sus principales rivales, aunque por aquel entonces se enfrentaban a ella calzando alpargatas...
Los cambios de distancia y recorrido han sido habituales en la Behobia-San Sebastián. Aunque siempre se ha partido de la villa fronteriza y se ha llegado a la capital guipuzcoana, la salida y meta han variado a lo largo de los años.
De hecho, ya en la segunda edición se dejó a un lado la Isla de los Faisanes para fijar como inicio de la carrera el cruce del puente fronterizo, 200 metros más abajo que el año del estreno. La meta se situó en los terrenos del campo de Atocha, donde también se disputaban Campeonatos de España de atletismo.
Cambio en la fecha
También han variado las fechas. Tras la disputa de la primera edición en marzo, la segunda tuvo lugar el 25 de abril. 38 valientes volvieron a colocarse a las ordenes de Lafitte en Behobia. El galo Henri Dalière, del Biarritz Olympique, fue el más rápido (1h12:55), mejorando en casi cinco minutos el crono de Muguerza trece meses antes.
El 24 de abril de 1921 se esperaba la tercera edición, pero las lluvias que no cesaban obligaron a la organización a suspender la carrera, que finalmente se desarrollo el 15 de mayo. Solo 15 atletas participaron, a pesar de que ya por aquel entonces los premios, a pesar de no poder ser económicos, eran muy jugosos, incluso para los que pasaban en primer lugar por diferentes puntos kilómetricos. Desde paraguas hasta figuras de bronce... Dalière volvió a llevarse el gato al agua en Atotxa, aunque a 27 segundos del registro del año anterior.
Y de nuevo en mayo, ya de 1922, Serafín Ulecia –representante del club organizador– se coronó en una cuarta edición en la que solo 12 corredores alcanzaron la meta. Muy atentos siguieron aquella prueba los aficionados que, mientras se desarrollaba la carrera, seguían en directo en Atocha el partido de fútbol entre el Real Unión y el Fortuna y eran informados de lo que ocurría durante los veinte kilómetros.
Serafín Ulecia repitió en 1923, Juan Manuel Azpiroz ganó en 1924 con llegada en la avenida del Gran Kursaal, frente al casino, y con Federico Rubio marchando y llamando la atención de los espectadores.
Un ganador del Athletic
Con una participación muy baja que no llegaba ni a los veinte atletas, el 20 de abril de 1925 solo trece tomaron la salida. El errenteriarra Acebal, del mismo modo que años después hizo la sudafricana Zola Budd, corrió gran parte de la Behobia-San Sebastián descalzo porque, al parecer, le molestaba el calzado. Fue segundo en Atocha –la meta regresó al campo de fútbol dos años después–, solo por detrás de Enrique Salbidegoitia, corredor que representaba al Athletic Club de Bilbao, con secciónes por aquel entonces.
Sorprende que, con un club como la Real Sociedad corriendo en casa, ganara antes un atleta del conjunto rival. Dionisio Carreras, delReal Zaragoza, fue en 1926 el último ganador de la primera etapa de una carrera que no volvería hasta una década después.
En marzo de 1936, se recuperó la prueba, aunque fue por relevos. Seis equipos de cuatro corredores participaron, completando cinco kilómetros cada atleta. El triunfo fue para el Euzko Gaztedi Kiroltzalea de Zarautz. Sin embargo, la guerra hizo que no fuera hasta 1941 cuando se volviera a celebrar, manteniendo el formato de relevos. Se volvió a correr en 1942 y llegó un nuevo parón hasta 1949. Hasta la Behobia moderna, a la que se llegó en 1979, solo se disputaron dos más: en 1951 y en 1963.
La Real domina el palmarés en el relevo
Quién sabe si llegará el día en el que la Behobia se dispute nuevamente por relevos. Fue en la segunda etapa de la carrera, entre los años 1936 y 1963 (seis ediciones), cuando se llegó a disputar con cuatro ateltas por equipo. Cada uno de ellos corría cinco kilómetros. Tras el triunfo en 1936 del Zarautzko Eusko Gaztedi, en 1941 y 1942 el triunfo fue para el cuarteto de la Real Sociedad, que poco a poco ganaba peso en el mundo del atletismo, también en pruebas de fondo. Solo el club txuri-urdin ha ganado en dos ocasiones. Después llegaron las victorias del C.A.M. Bordeaux, el A.S. Montferrandaise y del Jaizkibel 'A', que tiene el récord con 1h01:26.
Llegan las mujeres y el 'boom'
El 11 de noviembre de 1979, un año y un mes después de la primera edición del maratón donostiarra que congregó a 2.573 participantes, 1.021 fueron los que se citaron en la salida de Irun. El running había crecido. Aquel año también sirvió para que las mujeres pasaran de poder animar desde las aceras a correr por el asfalto, del mismo modo que ya hacían los hombres desde 1919. La Behobia-San Sebastián cogió el testigo del maratón. Renació una carrera que desde entonces se ha mostrado imparable y que, aunque ahora no bata año tras año el récord de inscritos, sigue viendo cómo son más de 30.000 los que se apuntan.
De la mano de Pancho Gómez, el gran impulsor, por las carreteras guipuzcoanos se vio a gente de todas las edades –incluidos tres niños de solo ocho años–, con Begoña Zuñiga y José Miguel Irazu como vencedores. El crecimiento fue progresivo.
La gran María Luisa Irizar, la reina de la carrera, logró la primera de sus siete txapelas en 1980.Seis años después, se superaron los 3.000 inscritos. En 1988, los 4.000. En 1996, los 10.000. Por aquel entonces, Juan Mari y Peio Garín, Diego García, Alberto Juzdado –récord con 59:19; el femenino es de Trihas Gebre con 1h08:07 en 2011– y compañía ya sabían lo que era triunfar en Donostia. En 2010, se alcanzaron los 20.000 inscritos. En 2014, los 30.000.
Esa historia de éxito con altibajos, como el propio recorrido, cumplirá mañana 100 años.
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