Nunca ocurrirá, con lo que entramos en un terreno muy cinematográfico, el de la fantasía. Si tuviéramos un Festival sobrado de dinero, si Rebordinos no ... llevara quince años cuadrando el presupuesto con sudores (esta será su penúltima vez), si pudiéramos tirar con alegría de talonario, ¿cómo sería el Zinemaldia?
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Acaso no mucho mejor que el que ya es, quizás quitando algunos detalles llamativos apenas se notaría, tal vez sólo en la presencia de esas estrellas con tarifas que aquí no se les dan. Donostia cubre gastos pero el criterio es no pagar dinero a nadie por venir.
Durante la edición número 73 que tenemos encima, Arnold Scharzenegger no vendrá a San Sebastián pero sí a Málaga, como «invitado de honor» de la San Diego Comic-Con Málaga, uno de esos eventos levantados a golpe de talonario. Dicen que sus honorarios son escandalosos. Y claro que estaría bien contar con el icono pop de 'Terminator' en el Kursaal, pero, según a cambio de qué, igual no nos haría tanta ilusión. Sayonara, baby.
Cuando no se es el Real Madrid de los festivales, hay mejores y peores temporadas. La anterior edición, con Kate Blanchett y Johnny Depp, más Tilda Swinton, Bellucci, Bardem, Pamela Anderson y Andrew Garfield, resultó redonda por el lado estelar. Este año parece que volvamos a una edición 'normal' en cuanto a glamour. Quitando el bombazo de Jennifer Lawrence, apenas nos alegrarán el ojillo Colin Farrell, que era asignatura pendiente, Renate Reinsve ('La peor persona del mundo') y Harris Dickinson como actor joven. La gran Juliette Binoche es casi una asidua al Festival, Matt Dillon no levanta las pasiones de antaño y Paul Dano es excelente actor pero acaso no especialmente popular.
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Los gustos de cada cual, más una posible sorpresa pendiente, subirán o bajarán el 'glamourmetro'. Pero quién tiene tiempo para mirar a las estrellas cuando nos espera zambullirnos en 254 películas, 63 estrenos mundiales.
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