La mejor interpretación sigue dividida
Ex aequo. Desde que el Zinemaldia unificó en 2021 las categorías femenina y masculina de la Concha de Plata, el jurado ha repartido el premio entre dos protagonistas en cuatro de las cinco ediciones
La clausura de 2020 normalizó los aplausos en diferido. Entonces ni la actriz georgiana Ia Sukhitashvili (Concha de Plata a la Mejor Actriz) ni el ... elenco masculino de 'Druk / Another Round' (conjuntamente, Concha de Plata al Mejor Actor) subieron al escenario a recoger sus premios. Lo hicieron por vídeo. No fue la única curiosidad. Aquella fue la última edición en que se premió por separado la mejor interpretación masculina y femenina del certamen.
En 2021, el Festival decidió unificar dicha Concha de Plata e instauró dos premios neutros: Mejor Interpretación Protagonista y Mejor Interpretación de Reparto. «El género es una construcción social que deja de ser un criterio de distinción», defendió entonces José Luis Rebordinos, director del certamen. Pero el nuevo sistema ha quedado algo difuminado estos años por la reiteración de premios ex aequo, divididos entre dos actores, dos actrices y, en dos de las cinco ocasiones, un actor y una actriz. El reglamento permite repartir el premio de Interpretación Protagonista. Y lo que antes era excepcional en los últimos años se ha convertido en habitual.
Haciendo un repaso por los últimos reconocimientos, en 2021 ganaron dos mujeres: Jessica Chastain y Flora Ofelia Hofmann. En 2022, las Conchas de Plata se las llevaron un hombre y una mujer: Paul Kircher y Carla Quílez. En 2023, fue para dos hombres: Marcelo Subiotto y Tatsuya Fuji. Solo en 2024 se llevó íntegramente el reconocimiento Patricia López Arnaiz por 'Los destellos'. Esa edición, Pierre Lottin fue Concha de Plata a la Mejor Interpretación de Reparto. Pero en esta 73 edición, la Concha se ha vuelto a dividir en dos, un hombre, Jose Ramon Soroiz, y una mujer, la actriz china Zhao Xiaohong.
«Es un hecho que el esquema se ha repetido en los últimos años», admite Rebordinos, que no participa en esa decisión que compete al jurado oficial. Pero a pesar de estos palmarés, sigue defendiendo la decisión tomada en 2021 como parte de un compromiso con los tiempos actuales. Insiste en que el jurado es autónomo y tiene libertad para conceder el galardón como considere. Y recuerda el detonante del cambio: «En 2019, una persona del equipo de una película nos hizo saber que no se identificaba con ningún género y que, de ganar, no saldría a recoger el premio en ninguna de las categorías». Esa realidad llevó a repensar el premio y a unificar la Concha de Plata por interpretación, siguien la estela de la Berlinale.
Mujer cada vez más visible
Aunque el cambio también ha revelado sus límites. De momento, no se ha premiado a ninguna persona no binaria ni se han visibilizado interpretaciones fuera del marco tradicional. La neutralidad, más que romper el binomio, lo ha replicado: «Entendí la polémica entonces», reconoce Rebordinos. «Hay quien dijo que la mujer perdería reconocimiento, cuando cada vez es más visible la presencia de mujeres en el audiovisual y estamos siendo testigos de ello».
No obstante, hay quien todavía mantiene las categorías tradicionales. «El director de un importante festival me dijo que seguían premiando a Mejor actor y actriz porque eso garantizaba más rostros glamurosos». Frente a esa lógica, «cada uno sabrá lo que hace, pero hay que saber también a quién se está dejando fuera», reconoce el director.
Más allá del género, el cambio abrió el debate de los premios que se dan. «Eliminamos género y ganamos, sin pretenderlo, un premio a interpretación de reparto. Tenemos fotografía, guion... pero no música, por ejemplo. ¿Por qué unos sí y otros no?», plantea como futuros galardones posibles.
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