Miguel Ángel Muñoz, sonriente presentando su corto tras escribir en el libro de firmas de DV. Iñigo Royo
El autógrafo de...

Miguel Ángel Muñoz: «Aquí firmé mi primer autógrafo y por la Behobia me hice runner»

El actor madrileño, que guarda un especial vínculo con Donosita, firma para el libro de DV y presenta su nuevo corto 'Antes de las seis'

Iker Elduayen

San Sebastián

Sábado, 27 de septiembre 2025, 00:09

Se baja del coche y ya tiene a varios admiradores esperando. Miguel Ángel Muñoz (Madrid, 1983) es recibido por numerosos aficionados que se acercan a ... pedirle fotos, antes de la premier del cortometraje que presenta. El actor posa y agradece las muestras de cariño, pero le sigue llenando firmar un autógrafo. De hecho, no olvida que fue aquí, en el Zinemaldia de 1995, donde firmó el primero.

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– ¿Es verdad que firmó aquí, en Donostia, su primer autógrafo?

– Exactamente. Fue en este Festival hace ya 32 años. Vine a presentar mi primera película, 'El palomo cojo' –en Sección Oficial en 1995–. Tenía que contarlo porque fue muy especial.

– Sin embargo, ahora la gente lo que le pide son fotos. ¿Cómo lleva eso?

– Sí, lo vivo desde pequeño. Pero la gente me trata con mucho cariño y lo agradezco. Siempre pienso: ¿cómo lo llevaré el día que no ocurra? No es algo que alimente mi ego, pero reconozco que hace ilusión cuando la gente te mira con buenos ojos.

– ¿Qué es lo que más le atrae del formato corto?

– Bueno, tiene una libertad que no siempre encuentras en el largometraje. Hay mucha ilusión, sobre todo cuando el director es nuevo. En un corto hay pasión, porque suelen ser los primeros pasos de personas que sueñan con ser cineastas. Y esa energía se contagia.

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– ¿Cómo definiría este corto en tan solo tres palabras?

– ¿Solo tres? Divertido, estresante y muy fresco. Se llama 'Antes de las seis'.

«Para El Diario Vasco, desde el SSIFF con frío pero ¡feliz! Hace muchos años presentaba aquí mi primera película y hoy he recordado mi primer autógrafo aquí cuando tenía 11 años y presentaba 'El palomo cojo'», escribe el actor.

– ¿Qué suele hacer antes de las seis?

– Depende. Si te refieres a antes de las seis de la mañana, dormir. A veces también pasarlo bien (risas). Si es antes de las seis de la tarde… ya he hecho dos millones setecientas cincuenta y nueve mil cosas. Soy muy práctico.

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– ¿Dónde se siente mejor: en un plató o en un festival?

– En un rodaje. Ya sea haciendo cine o televisión. Incluso en el escenario, en el teatro. En un festival estás unos días al año, pero en los rodajes estás todos los días. Aunque he crecido viniendo a festivales, mi hábitat natural está en el trabajo diario.

– ¿Ha cumplido las expectativas que tenía cuando empezó queriendo ser actor?

– Para nada. Pero hace años que ya no tengo expectativas. Cuando eres joven quieres hacer muchas cosas, pero con el tiempo aprendes que no todo depende de lo que uno quiere, sino de lo que tiene que ser. Aceptar eso te hace más feliz. Si no, corres el riesgo de vivir con frustración.

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– Le quedan cosas por hacer, entonces...

– Muchas cosas. Pero una en especial que aún tengo pendiente es dirigir una película de ficción. Acabo de terminar otro documental después de '100 días con la Tata', se llama 'La última vuelta', y estoy deseando compartirlo. Espero que lleguen muchas más historias que contar desde la dirección.

– ¿Le gusta más dirigir o actuar?

– Ambas por igual. Dirigir era algo que sabía que acabaría haciendo, porque siempre he sido un actor muy inquieto. Las dos veces que he dirigido ha sido por necesidad personal: sentí que tenía algo que contar.

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– Veo que en Donostia ya se siente como pez en el agua.

– Sí, es la ciudad más importante de mi vida profesional. Ya te he contado que aquí estuve con mi primera peli y recuerdo todo, el Hotel María Cristina lleno de fotógrafos haciéndole fotos a Susan Sarandon. Eso me impactó muchísimo. Desde entonces he venido muchas veces, y además, en lo personal, le tengo mucho cariño. Aquí corrí mi primera carrera importante, la Behobia, en 2015. A partir de ahí vinieron la maratón de Nueva York, Boston, Chicago… Todo empezó aquí.

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