El documental de Gregorio Ordóñez reivindica la memoria como faro de la democracia en el Zinemaldia
El pase en los cines Príncipe de 'Gregorio Ordóñez, el asesinato que despertó la rebelión contra ETA', ha emocionado a los asistentes, que han alargado el coloquio posterior más de media hora
A. Moyano
Miércoles, 24 de septiembre 2025, 17:14
Avanzar hacia el futuro sin olvidar nuestro pasado y, sobre todo, sin privar a las nuevas generaciones de una memoria que también les pertenece y a la que tienen derecho. Una memoria que se resume en el interrogante aún sin respuesta y que se repitió dentro de la sala 3 de los cines Príncipe y también, a la salida del cine: «¿Cómo pudimos vivir así?» Ese deber de memoria ha sido el mensaje que ha sobrevolado este miércoles tarde en la proyección del documental producido por DV 'Gregorio Ordóñez, el asesinato que despertó la rebelión contra ETA'. En presencia de la viuda del político popular, Ana Iríbar, y de su hermana, Consuelo Ordóñez, el pase ha concluido con una larga ovación del público asistente.
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Y durante el prolongado turno de preguntas esa reivindicación de la memoria ha sido precisamente la principal petición del público y también el compromiso del periódico. «Esta es una historia sobre el terrorismo, pero en realidad es una historia humana, sobre una mujer a la que mataron el marido, un hijo al que dejaron sin padre y una hermana que perdió a su hermano», ha dicho el director del periódico y codirector del documental, David Taberna, acompañado en la presentación por Arantxa Aldaz y Javier Roldán, correalizadores del filme, incluido fuera de concurso en la sección Zinemira del Festival de Cine.
En un acto que se ha convertido en una evocación de aquellos años que «hoy parece imposible que viviéramos así», el documental reivindica el pasado pero para hablar del presente y, sobre todo del futuro. De unas nuevas generaciones que, en palabras de Taberna, «no nos creerían si les contáramos cómo vivimos aquellos años».
Testimonios
Con un metraje de cuarenta minutos, 'Gregorio Ordóñez, el asesinato que despertó la rebelión contra ETA', recoge los testimonios de Ana Iríbar, de su hijo Javier y Consuelo, hermana de Gregorio Ordóñez, de compañeros de formación política, pero también de los periodistas Alberto Surio, Iñigo Urrutia y Mitxel Ezquiaga. El resultado es el retrato de un político movido por «una fe inquebrantable en la capacidad de reacción de los ciudadanos», según ha recalcado Iríbar. «Nosotras no somos las extraordinarias, el extraordinario fue Gregorio Ordóñez. Ojalá sea el referente que se merece esta sociedad vasca», ha dicho la viuda de un hombre, que fue asesinado con tan sólo 36 años y con un bebé de corta edad. «Debe ser rescatado para las nuevas generaciones», ha asegurado Iríbar, sobre alguien a quien definió como «valiente, honrado y trabajador». Consuelo Ordóñez, por su parte, destacó la importancia de un documental «que va a quedar ahí para siempre» y ha añadido: «Fue muy fácil cambiar con un tiro en la nuca una Historia que hubiera sido distinta. Gregorio era consciente de que estaba cambiando la sociedad».
Los responsables de El Diario Vasco, junto con una amplia representación del Grupo Vocento, con su presidente, Ignacio Ybarra, y su consejero delegado, Manuel Mirat, al frente, han asistido al pase del documental estrenado el pasado 23 de enero, en esos mismos cines Príncipe coincidiendo con el 30 aniversario del asesinato del político del PP. También han asisitido representantes institucionales del Gobierno Vasco, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento, que colaboran con el documental junto a Gogora, y de políticos del PNV, PSE, Podemos y de la propia formación popular. El acto se ha celebrado a escasos 300 metros de la calle 31 de Agosto en la que fue tiroteado «por la espalda», y donde desde 2020 una placa junto al bar La Cepa recuerda al concejal que «pudo haber sido alcalde» de la ciudad.
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Un intenso coloquio
Sin embargo, el protagonismo de la proyección ha correspondido a la ciudadanía, encarnada en los doscientos espectadores que compraron sus entradas y que la ha ejercido al término de la proyección, intervinieron durante más de media hora de coloquio. Han sido numerosos los espectadores que han pedido la palabra para interpelar tanto a los directores del documental como a la viuda y la hermana de Ordóñez o, simplemente, para relatar alguna anécdota relacionada por quien fuera teniente del alcalde de Donostia.
De esa charla ha surgido una segunda idea, que a la luz de los tiempos actuales adopta formas preocupantes: el desconocimiento entre los jóvenes de aquella etapa, una ignorancia que algunos espectadores atribuyeron al silencio de una sociedad «traumatizada» que, tras décadas de violencia, se ha dedicado a vivir «la normalidad», aquel concepto tan anhelado durante medio siglo.
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A esa necesaria transmisión de la memoria se ha referido el presidente de El Diario Vasco, José María Bergareche, cuando ha instado a los responsables políticos a incluir el documental como parte del material lectivo en las escuelas vascas y españolas. Su petición se ha enmarcado en un acto que, aunque emotivo, ha estado dominado por la reflexión.
Emotiva ha sido la intervención de Eneko Goia, que recordó cómo en 1995, a sus 24 años, fue una de las miles de personas que guardó cola en los jardines de Alderdi Eder para acceder a la capilla ardiente de Ordóñez, instalada en el Salón de plenos del Ayuntamiento. Ytambién lo fue la que Jorge Mota, concejal y juntero del PP, y hermano del funcionario de prisiones asesinado por ETA Ángel Mota, dedicó a «las otras 852 familias de víctimas», cuyas vidas darían para «otros 852 documentales como éste», dijo el político del PP, que tuvo una mención para «las 94 personas asesinadas en San Sebastián». En este punto, el director del periódico ha recordado el trabajo que cada día y cada semana realiza DV, que «tiene clarísimo que ha estado, está y estará del lado de las víctimas para que algo parecido no vuelva a ocurrir».
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