Yone Vitoria, junto a la proa de la nao 'San Juan' en la factoría Albaola. IÑIGO ARIZMENDI
Responsable de las visitas guiadas a la nao 'San Juan'

Yone Vitoria: «Hay mucha curiosidad por saber cómo convivía y se entretenía la tripulación»

La responsable de las visitas guiadas a la nao señala que la iniciativa «era algo que el público nos venía pidiendo»

Alberto Moyano

San Sebastián

Sábado, 16 de agosto 2025, 00:12

Con más de dos años de experiencia en Albaola a sus espaldas, la donostiarra Yone Vitoria es ahora la responsable de las visitas guiadas al ... interior de la nao. «'Me he quedado sin palabras', nos dijo Jesús Calleja cuando vio el interior de la nao. Y mira que es difícil dejar a Calleja sin palabras…», recuerda Vitoria, que reconoce que se ha demostrado que la iniciativa responde a una demanda del público.

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–¿Esperaba que la propuesta de visitar el interior de la nao tuviera una acogida tan buena o le ha cogido de sorpresa?

– Era una idea que teníamos desde hace tiempo y, además, algo que el público nos venía pidiendo. Sabíamos que iba a gustar porque la mayoría de los patrocinadores y colaboradores de Albaola, en alguna de sus visitas, ya habían entrado dentro, y siempre se quedaban boquiabiertos… o bueno, con la boca cerrada también… como dijo Jesús Calleja cuando entró por primera vez a la nao: «Me he quedado sin palabras». Y mira que es difícil dejar a Calleja sin palabras… Pero hasta que lo lanzas no sabes cómo va a responder la gente: si el horario es el adecuado, si el precio encaja… Ahora sabemos que había muchas ganas y que el público ha respondido de maravilla. Estamos muy contentos.

– ¿Qué impulsa, a su juicio, a las personas que se apuntan a la visita guiada a la nao?

– Muchos visitantes son 'amigos del San Juan' y llevan siguiendo su construcción desde 2014, viniendo cada cierto tiempo para ver cómo avanzaba. Lo han visto crecer pieza a pieza, y esta visita al interior es como el colofón perfecto para seguir siendo testigos de un hecho histórico. Es lógico que cualquiera quiera aprovechar esta oportunidad: probablemente sea la única vez en la vida que se pueda vivir algo así. Y luego está la experiencia en sí: estar dentro de la nao impresiona… el olor a madera, la belleza de las formas, la arquitectura… es realmente muy especial.

– ¿Suelen mantener una actitud receptiva o interrumpen a la guía para preguntar e interesarse por algunas cuestiones?

– Son muy receptivos, pero también muy participativos. Lo habitual es que surjan preguntas durante la visita, lo que demuestra que el público se siente implicado y fascinado por lo que está viendo. Por lo general esperan a que la guía finalice cada explicación, aunque en ocasiones el entusiasmo hace que planteen preguntas antes de acabar..

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– ¿Qué aspectos suscitan mayor interés?

– Hay varios. Uno de ellos es descubrir cómo convivían los marineros a bordo, durmiendo todos en un mismo espacio aunque fuese por turnos, lo que ayuda a imaginar la vida diaria en un ballenero del siglo XVI. También llama mucho la atención la reestructuración de la cubierta para poder alojar las txalupas y comprender cómo se organizaba todo para que encajaran a bordo. Por último, el funcionamiento del timón y la forma en que se maniobraba un barco de estas dimensiones fascina a quienes intentan visualizar las travesías de hace 500 años.

Los visitantes del navío

«Muchos lo han visto crecer pieza a pieza, y esta visita es el colofón perfecto para seguir siendo testigos de un hecho histórico»

Visita didáctica

«Procuramos que el lenguaje sea claro y comprensible para todo el mundo, sin perder el rigor histórico ni técnico»

– ¿Supongo que como guía deberá adecuar el lenguaje para no incurrir en términos excesivamente técnicos que la mayoría no manejamos?

– Exactamente. Procuramos que el lenguaje sea claro y comprensible para todo el mundo, sin perder el rigor histórico ni técnico. Lo importante es que cualquier visitante, tenga o no conocimientos previos, pueda seguir el relato y disfrutarlo. De hecho, el discurso se ha diseñado así desde el principio: pensado para todos los públicos y enriquecido con anécdotas que sabemos que despiertan interés. Algunos de estos temas han surgido precisamente de las preguntas más frecuentes en las visitas guiadas: hay mucha curiosidad, por ejemplo, por saber dónde estaban los baños o cómo se entretenía la tripulación durante la travesía. Nos ha llevado tiempo elaborar este guion —porque hay muchísimo que contar—, pero creemos que hemos logrado un equilibrio perfecto entre los aspectos técnicos, la Historia y las curiosidades más atractivas.

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– ¿Son diferentes los visitantes extranjeros y los locales?

– En cuanto a las visitas al interior de la nao, no observamos diferencias significativas; depende más de la personalidad de cada persona que de su nacionalidad. Sin embargo, es cierto que en los primeros años, durante las visitas guiadas habituales —las que hemos realizado desde nuestra apertura hasta ahora—, el público francés mostraba un mayor conocimiento sobre el patrimonio marítimo y una sensibilidad más marcada hacia su conservación. No obstante, hoy en día percibimos que esa sensibilidad y ese conocimiento se han equilibrado con el público local. Es un cambio muy significativo y un reflejo de que estamos logrando que la gente vuelva la mirada hacia el mar y se interese cada vez más por nuestra historia marítima.

– ¿Debería ampliarse quizás la duración de la visita?

– De momento creemos que media hora es un formato muy adecuado para todos los públicos, ya que ofrece una visión completa sin resultar demasiado denso. Para quienes quieran profundizar más, siempre existe la opción de combinar esta experiencia con la visita general a Albaola, que amplía y enriquece el recorrido.

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