Teatro

Crítica de 'El candidato': Galartza da una lección

En 'El candidato' tenemos al lehendakari a punto de tomar posesión de su cargo, pero un invalidante picor de nariz le asalta cada vez que ensaya el discurso. Hasta aquí las similitudes. La comedia de Madaula se centra más en las peripecias cómicas de la situación, aunque también hay espacio para ver la trastienda del hombre poderoso. En este caso su infancia y una familia donde el cariño existe, pero se expresa más bien poco.

La pieza funciona de maravilla, con precisión en sus chistes, un ritmo intenso y un texto que saca chispas de una situación que tampoco da para mucho. Es una comedia bien escrita que, en este caso, tiene la gran ayuda de contar con un actor como Iker Galartza. Su personaje del poderoso político, que en el fondo es un pobre hombre, simplemente lo borda. Galartza es uno de los mejores actores cómicos del teatro español. Curtido en mil batallas televisivas ('Vaya semanita') y teatrales, tiene esa escasa virtud de rellenar sus personajes de una humanidad cercana y una fragilidad del hombre corriente que, inmediatamente, conecta con el público. Gracias a él esta comedia es una delicia.

A su lado está Zuhaitz Gurrutxaga, exfutbolista y hoy actor. Él mismo reconoce que no se siente «actor, actor», pero creo que si se olvidara de eso puede dar mucho juego. Protegido por su compañero hace un personaje titubeante, pero resuelve bien la aventura.