Nausica Sánchez: «El compromiso de Chillida con los derechos humanos se palpa en su obra»

- ¿Es concebible en 2019 un museo sin su programa educativo?

- Yo creo que no. El museo está muy relacionado con la educación y pienso que es una de sus labores. Hablamos de educación expandida, más allá de la formal que se imparte en los centros. El museo ofrece la oportunidad de que complementen su currículum con la visita. Además, la manera de aprender es completamente distinta a través de la experiencia.

- En Chillida Leku está enfocada a profundizar en la vida y en la obra del artista. En este caso, ¿son inseparables?

- Al final intentamos relacionar cada obra con momentos de su vida porque cada escultura pertenece a una época y hay que contextualizarla en un momento preciso de la vida del artista.

- Y este acercamiento, ¿debe ser exclusivamente a través del entendimiento?

- Yo creo que no. Chillida decía que el arte se aprende, pero no se puede enseñar y ése es el punto de partida de todo el programa educativo. Intentamos que la gente experimente y tenga una relación directa con la obra. Nos hemos basado en una metodología muy centrada en los sentidos: que toquen las obras, que entren en las esculturas... Queremos que sientan la obra de otra manera. Y a partir de ahí, que sean los participantes en el programa los que formulen las preguntas. ¿Cómo llegó Chillida a crear? A través de las preguntas.

-¿Hasta qué punto se encuentran con gente que, no obstante, insiste en que no entiende la obra?

- Eso puede pasar y muchas veces son las propias limitaciones de cada uno. A los niños no les pasa, ni siquiera se lo plantean. Tenemos más problemas con los profesores que con los alumnos.

- Es que da la sensación de que si alguien conecta con las esculturas son los niños...

- Ellos no tienen las limitaciones que podemos tener nosotros: ven la obra y van directamente hacia ella, la exploran y la viven.

- ¿Son los que mejor la comprenden?

- Yo creo que sí.

- Quizás habría que enfocar el programa educativo a los adultos. Todavía hay gente que dice: «Yo sólo veo cuatro hierros retorcidos».

- De hecho el programa educativo tiene una parte muy importante dedicada a los adultos y por primera vez, ofreceremos 'Universo Chillida: charla y café', un ciclo de conferencias no al uso, sino más a base de charlas distendidas y paseos. Si algo tiene la obra de Chillida es que es muy transversal: se puede llegar a ella desde la física, la filosofía, la matemática... Él mismo decía que le resultaba mucho más cómodo hablar con científicos que con artistas.

- ¿Y los profesores? ¿Llegan desorientados?

- Bueno, están cambiando las cosas y la gente viene aquí conociendo ya a Chillida. Ya está dentro del currículum lectivo y todo resulta mucho más fácil.

- ¿En qué momento del recorrido por el museo percibe que el visitante ya ha conectado con la obra?

- Eso depende de las edades, pero por ejemplo, los de Primaria y Secundaria al principio están dispersos, hay que centrarles, pero luego partimos de las preguntas para que puedan entender a Chillida desde sus propias experiencias y conocimientos. Ahí entran. Si la visita dura una hora, a la mitad los niños y las niñas están dentro. Lo notas en que de repente empiezan a preguntar.

- ¿Hasta qué punto se recurre a los colegios para conseguir 'visitantes cautivos'? Al final, los alumnos vienen obligados...

- Los niños son los visitantes del futuro, hay que crear ese público para que de mayores sigan queriendo venir.

- Pero sirven para nutrir las cifras de venta de entradas...

- Bueno, yo creo que es importante que vengan a visitar el museo. El arte es fundamental dentro de la educación. Nosotros, desde luego, no lo hacemos para nutrir cifras, sino por la necesidad de que el arte esté presente en el sistema educativo. Educar en Chillida es educar en valores, como el respeto al medio ambiente, al patrimonio, es transversal... También trabajamos en grupo el aprender a escucharse. El trabajo que hacemos los museos desde el departamento de Educación es muy vocacional.

- ¿Cambia el comportamiento con los adolescentes?

- Vienen muchísimos grupos de Secundaria y Bachillerato, y vemos que las preguntas de Chillida son universales, también se las hacen los adolescentes.

- ¿Hay que hacer equilibrios para que lo didáctico no devore al aspecto lúdico de su obra?

- Estamos intentando que a través de lo lúdico se llegue a la científico Proponemos una aproximación desde el juego y el disfrute que llegue hasta el conocimiento. Obviamente, desde la rigurosidad y la seriedad, no es un parque de atracciones. Nuestra intención es mostrar cómo acercarse al arte desde el respeto.

- Durante el mes de noviembre se celebrareá una una mesa redonda sobre 'El Peine del Viento'. ¿Descubriremos algo nuevo sobre esta obra?

- Nos guardamos una pequeña carta, pero la idea es clausurar la exposición que hay ahora, en el que hemos mostrado documentos inéditos. La idea es hablar de la importancia del archivo para mostrar que fue una obra realizada entre muchas personas.

- Se publicará el mes que viene el tercer volumen del Catálogo Razonado. ¿Cuándo aparecerá el cuarto y último?

- No tenemos fechas, pero calculamos que en 2020 ó 2021, aproximadamente. Es complejo porque es un trabajo muy científico que pide mucho rigor.

- ¿De qué manera modifica o completa el Archivo del Museo la imagen de Chillida?

- Cuando hablamos de Archivo, hay que tener en cuenta que es muy complejo: el visual -con todo el material grabado por Susana Chillida-, el fotográfico, los recortes de prensa, los manuscritos... Cuando presentamos el libro de 'Escritos de Chillida', Nacho Fernández, que escribió el prólogo, decía que tenía vocación de «rumiante» porque se ve que hay papeles en los que escribía la misma frase cambiando una palabra o una coma. Era muy perfeccionista. También tenemos manuscritos dedicados a amigos y a otros artistas.

- ¿Nos revela un Eduardo Chillida nuevo? Quiero decir si el Chillida nuevo era un gran desconocido.

- Nos va a dar pie a profundizar más en lo que ya conocemos. Todas las correspondencias que tuvo con personalidades siempre permiten descubrir algo nuevo.

- ¿Qué es lo que más le ha sorprendido a usted?

- Toda la relación con Estados Unidos, que desconocía. Por ejemplo, cuando se colocó en Houston la escultura 'Abesti Gogora V' (1966) hablaron con un astrónomo para que la luz del sol entrase exactamente a hora concreta en el centro de la obra, que no está colocada de manera casual. Eduardo no fue a la inauguración porque estaba enfermo, pero fue Pili (Belzunce). Siempre descubrimos joyitas.

- ¿Tienen el propósito de destruir los esterotipos en torno al artista?

- Por supuesto. Al final, la gente tiene ideas preconcebidas y tenemos que dejar la puerta abierta a que la gente conozca a Chillida en su totalidad. Lo que define a Chillida es que es ilimitado porque lo puedes abordar desde múltiples disciplinas y otros tantos proyectos. Siempre que nos ponemos a investigar salen cosas nuevas.

- No faltó en su vida el compromiso cívico y político.

- Con la exposición en la Sala Kubo Kutxa del Kursaal hicimos un esfuerzo muy grande en sacar a la luz su vertiente más social porque siempre fue una persona muy coherente y se ve en su discurso. Ponía los derechos humanos por encima de todo y ese compromiso fuerte se palpa en toda su obra. Espero volver a sacar ese tipo de temas.

- Se puede seguir la historia de los movimientos sociales del País Vasco a través de sus obras.

- Eso es, desde las Gestoras pro Amnistía hasta la lucha por una universidad vasca.