«Lo que vives te cambia, pero no quiere decir que el personaje te haya comido»

– ¿Qué tal la vida en Barcelona?

– En Barcelona llevo como tres años y medio ya, me gusta mucho vivir allí. No me quiero quedar para siempre pero estoy muy a gusto.

– Será toda una sorpresa ver que su nuevo disco saldrá en CD y en vinilo pero también... ¡en cassette!

– Está volviendo, es verdad. Hay mucha gente que está sacando cosas en cassette y a mí me gusta porque parece que ya es casi un objeto de coleccionista, así como vintage.

– Se le nota un cambio, tanto musical como de actitud. ¿Cómo es la Amaia que despega en esta nueva etapa?

– He evolucionado como persona, ya no soy la misma que hace unos años. Y la música va en paralelo a mí crecimiento. Entonces la imagen que transmito es como yo me siento y lo que me representa ahora mismo.

– El nuevo single 'Bienvenidos al show' refleja bien esa metamorfosis, de la tímida pianista a la artista que se defiende con la electrónica.

– Quise salir de mi zona de confort y ahora ya se ha convertido en una nueva zona de confort. Me he dejado llevar bastante y encajar las piezas del puzzle ha sido un proceso bastante natural. Para cada canción hemos estado buscando referencias que me gustaban. Lo hemos producido con Christian Quirante (conocido como Alizzz) y el sonido es una pasada, también la producción es mucho más sofisticada y más madura. Me encanta cómo suena todo el disco.

– El título tampoco tiene medias tintas. ¿En qué momentos no ha sabido quién es?

– Ha sido una especie de búsqueda que, además, no tiene por qué terminar nunca porque en la vida uno va cambiando. Todos tenemos temporadas en las que nos sentimos perdidos y eso no creo que tenga que ver con la edad. Hay veces que llegas a lugares que te asustan, pero que no tienen por qué ser malos, de hecho, te llevan a reflexionar y eso está guay. Aunque la mayoría de las canciones están escritas en segunda persona, el disco es una conversación conmigo misma en la que me intento convencer de cosas o reafirmarme en otras.

– Ganar OT, cantar en Eurovisión y en los Goya... ¿Cómo se digiere todo eso en tan poco tiempo?

– Ha sido bastante locura. Pero ahora que ya han pasado cuatro años, lo veo con distancia y lo tengo más asimilado. Sí es verdad que, hasta hace poco, no era así, he necesitado mucho tiempo para asentar todo lo que pasó.

– Sorprendió a muchos cuando dijo que iba a terapia. Habrá quien crea que, teniendo una vida privilegiada, uno no puede sentirse mal.

– Ir a terapia es algo normal, es como ir al médico o al fisioterapeuta cuando tienes que hacer rehabilitación. Es una forma de cuidarse.

– ¿Puede ser que, a veces, el personaje se coma a la persona?

– Podría ocurrir pero es todo tan relativo... Las cosas que vives te hacen ser de otra forma, pero eso no quiere decir que el personaje te haya comido. Igual hay a quienes sí les pasa, pero cambiar no siempre tiene que ser a algo peor.

– Cuando su excompañera Nerea Rodríguez rompió con la discográfica Universal Music, dijo «no me gusta lo de 'más vale malo conocido que bueno por conocer'». ¿Tan difícil es la vida en una gran 'major'?

– No lo sé, depende un poco de la relación que se tenga con la discográfica y cada persona tiene sus movidas. Yo solo puedo hablar de mi experiencia y por ahora es buena, aunque no llevo tanto tiempo en la industria como para saber responder a esto.

– ¿Y nunca se le ha pasado por la cabeza tomarse un tiempo?

– Sí que pienso que la vida da muchísimas vueltas, pero solo tengo 23 años y toda una vida por delante así que no sé lo que va a pasar. Estoy contenta con mi equipo y con todo lo que me rodea. Ahora tengo muchas ganas de girar y que el primer concierto sea en Donosti también será muy especial.

– ¿Habrá alguna sorpresa?

– ¡Pues todo el disco! Porque cuando vayamos allí a tocar aún no habrá salido (se publica el 13 de mayo), así que qué mejor sorpresa que esa. Será una escucha inédita.

– De momento, se ha convertido en 'hija adoptiva' de la ciudad japonesa de Yamaguchi por haberle dedicado una canción al parque homónimo de Pamplona. Parece el efecto mariposa.

– Es increíble, estoy flipando y me ha hecho muchísima ilusión. Me han puesto una placa y todo, ¡es muy fuerte! Tengo muchas ganas de ir allí a cantar, me encantaría.