Miren Iza | Cantante de Tulsa
«Hay algo que no terminamos de aceptar: que la mujer no está al servicio del deseo»'Amadora' es un disco y obra teatral con el que la artista hondarribiarra habla del dolor femenino y luna reivindicación de la generación de su madre
Viene dando que hablar este 'Amadora' en su estreno doble. Porque lo que ha facturado la hondarribiarra Miren Iza como Tulsa y que ya es ... su séptimo disco de estudio, también ha tomado forma de espectáculo teatral. Un montaje híbrido junto a la dramaturga María Velasco que ha disfrutado el público de los teatros del Canal de Madrid y de El Escorial, antes incluso de que tuviera su discográfico. Así que empecemos por ahí.
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– ¿Qué tal la experiencia con el teatro? ¿Era su primera vez?
– Pues la verdad es que no, en realidad esto viene de muy atrás. Fíjate que antes de meterme a estudiar el MIR (es psiquiatra) hice un año de teatro en una escuela en Getxo y yo creo que ahí ya había una pulsión. Luego en 2019 tuve la oportunidad de sustituir a María Rodés en una obra del CDN (Centro Dramático Nacional) y, desde la mirada más adulta, me picó mucho la curiosidad. Esa experiencia es la que ha hecho que no me pareciera tan marciano hacer una prolongación escénica del disco.
– Son varias mujeres las que están sobre el escenario.
– Sí, pero yo no hago de Amadora, soy como una especie de espacio mental dentro del personaje. Amadora está encarnada por tres actrices: Socorro Anadón, Carmen Mayordomo y Celia Bermejo, que son colosos... ¡Podrían soportar una civilización entera! Al terminar me sentía tan tranquila... y creo que tenía que ver con que ellas lo estaban sosteniendo todo. Además, la puesta en marcha de la obra ha sido fundamentalmente de María Velasco.
– Socorro Anadón es además la protagonista de la portada del single 'No quiero hacer historia', que estuvo acompañado de la polémica por la censura de su pecho desnudo. ¿Le escoció aquello?
– Me imaginaba que en Instagram sí iba a censurarse porque sabía que tenían esa política, pero en Spotify no me lo esperaba. La censura a día de hoy es un poco extraña porque lo que hacen es no aceptarte el contenido que intentas colgar, te lo rechazan y luego te envían una lista de posibles motivos... y ahí está el del pezón femenino. Es muy lamentable... ¿qué te voy a decir? Al final te das cuenta de que el pezón femenino no sexualizado es lo que incomoda y casi te da más motivos para seguir proponiendo cosas de este tipo en escena. Ahí hay algo que no terminamos de aceptar: que la mujer no está al servicio del deseo.
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PORTADA DEL SINGLE«Me imaginaba que iba a censurarse. Es muy lamentable... El pezón femenino no sexualizado es lo que incomoda»
– En las canciones habla de la maternidad, del dolor, de cuidar al cuidador, del edadismo... ¿Qué representa una Amadora?
– Es una palabra que tenía guardada en muchas libretas (ríe) y que aparecía en diferentes formas. Pero esa palabra que estaba ahí un poco vacía de contenido, ahora se ha llenado de muchas mujeres que se preguntan qué parte de su vida tiene que ver con decisiones que han tomado a partir de un deseo propio y cuál con el deseo ajeno que ha marcado su trayectoria. Ahí entra una conversación con las madres, con las amigas, con la pareja... Todo a partir de un dolor muy difícil de aliviar.
«Una chica me decía: 'Estoy deseando mandarle el disco a mi madre, creo que le puede ayudar'. Eso me parece mágico»
– ¿Y qué dolor es ese?
– Pues es el dolor del cuerpo. Un dolor físico pero no localizado, masivo y que llega de los músculos hasta el pelo; que tiene un común denominador: es una queja ahogada que no articula el lenguaje y que acaba saliendo en forma de dolor. Es muy frecuente en las mujeres, lo que contamos no es ninguna historia excepcional, ni dramática de abuso o de trauma.
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– Un dolor que verá habitualmente en consulta.
– Sí, lo veo en consulta y también fuera de ella. He querido sacarlo de la consulta porque me parece que el ámbito médico puede hacer poquito por este dolor. Nunca se lleva al ámbito social y cultural que es donde creo que tiene que ocurrir esa gran transformación con la que se deje de relacionar el eterno femenino con la abnegación, la santidad, la disponibilidad... todo acompañado con la anulación del malestar. Eso, en el ámbito médico, se medicaliza con analgésicos, antidepresivos y con esa peregrinación por diferentes servicios que frustra a todos los implicados.
– Con lo que las canciones son la herramienta que puede sustituir al fármaco.
– Bueno, ojalá. Pero el dolor es una oportunidad. Mira, el otro día me entrevistaba una chica y me decía: «Estoy deseando mandarle el disco a mi madre, creo que a ella le puede ayudar». Eso me parece mágico, da un sentido a todo lo que haces. La comunicación se trata de que haya otro al otro lado.
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– Hace poco más de un año hablábamos del lanzamiento de su anterior disco, 'Ese éxtasis'. ¿Cómo le ha ido en este tiempo?
– Recuerdo cuando toqué en Dabadaba que me volví a Madrid con un Covid y fue en esa reclusión cuando leí todo lo de María Velasco (ríe) y a partir de ahí me atreví a contactarle por Instagram. Así que el motor de este disco lo sitúo mucho en ese viaje a Donosti. Ha sido muy intensivo, que en un año y medio hayamos hecho una obra de teatro y un disco es insólito para mí, porque normalmente soy más lenta.
«Volverá lo físico, de hecho es que aunque con poco oxígeno siempre se ha mantenido. Y como oyentes lo agradeceremos»
– ¿A María Velasco no la conocía de nada?
– No, me recomendó leerla la periodista Marta García Miranda y tuve una resonancia muy fuerte con ella. Es una escritura muy atrevida, muy punki y con mucho humor. De hecho, tenemos una anécdota que es que en uno de sus textos hay un informe psiquiátrico y lo leía una y otra vez y pensaba... ¿Lo habré escrito yo? A ese grado de fusión llegué con lo que estaba leyendo.
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– ¿Y para cuándo veremos a Amadora en su tierra?
– Pues es que está todo sin concretar, tanto la obra de teatro como los conciertos. No hay nada cerrado así que no puedo adelantar nada, pero está bien. Si hay gira, genial, y si no la hay, pues también. Es todo muy efímero y sin estrategia, que es una forma de trabajar que me funcion, sobre todo para quitar presión. Una cuestión práctica.
– De momento el disco no está en formato físico, pero hace días dijo que creía que las plataformas de streaming iban a explotar. ¿Hay alternativa?
– La alternativa es volver a lo físico, de hecho es que nunca se ha ido por eso no es tan difícil reactivarlo. Aunque con poco oxígeno siempre se ha mantenido. Como oyentes yo creo que lo vamos a agradecer porque volveremos a eso de ponerte un disco y acabarlo con calma, sin caer en esa avalancha loca de información. Leí un artículo de Nando Cruz sobre el almacenamiento digital que decía que tampoco había espacio digital para las canciones, es decir, todo eso ocupa espacio realmente. Me hizo pensar que quizá sí hayamos llegado a un fin de ciclo.
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