Retazos de optimismo

Con una mujer en el podio, el violinista Vadim Gluzman como solista y la 'Renana' de Schumann en el programa, el concierto de la Euskadiko Orkestra apuntaba al optimismo, pero lo cierto es que éste solo se dio en algunos aspectos. Pudimos ser optimistas con el trabajo de Gluzman, con la precisión lograda entre éste y el conjunto en Prokofiev, con la labor de la orquesta y con algunos pasajes de Schumann, pero poco más.

Fueron momentos para el optimismo los protagonizados por un Vadim Gluzman tan seguro como poderoso en dinámicas, con un evidente dominio del arco y un vibrato siempre adecuado al estilo. Encontró una buena aliada en Gemma New, quien condujo correctamente a una orquesta que regaló una magnífica interpretación, especialmente en el 'Andante assai' central, con hermosas frases elaboradas por los solistas de la agrupación. El 'Allegro ben marcato' final contó con la precisión esperada.

La interpretación de la Sinfonía de Schumann, una 'Renana' en la que el compositor se muestra claramente optimista, fue, sin embargo, un tanto irregular. Faltó una mayor definición de las líneas melódicas, así como un balance entre los distintos planos sonoros, lo que repercutió en una incuestionable ausencia de claridad en el discurso. A ello se unieron los evidentes errores de precisión en los acordes del 'Feierlich' o la moderación en las dinámicas, por lo que el optimismo que regala el compositor en esta obra se quedó en retazos.