Andris Nelsons
La Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig ocupa la recta final de la Quincena con dos conciertos liderados por una de las batutas más destacadas
Considerado el sucesor directo de Simon Rattle en la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, el maestro letón, director habitual de la Filarmónica de ... Berlín y de grandes conjuntos americanos, recala en Donostia con la agrupación de la que es titular desde 2018, la Gewandhausorchester Leipzig.
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– Lleva siete años como principal responsable artístico de esta orquesta. ¿Cuáles diría que son sus señas de identidad?
– La Gewandhausorchester cuenta con una increíble tradición que refleja el gran patrimonio cultural de la propia ciudad. Leipzig ha sido escenario de muchos estrenos importantes de obras de compositores como Bach, que fue 'Thomaskantor' -director y encargado de la educación musical y la interpretación del histórico coro Thomaerchor en Leipzig-, Mendelssohn, director principal de esta orquesta, Schumann, que también vivió en la ciudad, Beethoven o Bruckner, por nombrar solo algunos. Estos compositores han influido, sin duda, en el mundo sonoro de la orquesta.
– ¿Qué destacaría de ella?
– Este pedigrí del que le hablaba, combinado con un apetito cada vez más notorio por la innovación y una energía juvenil fantástica, es lo que convierte a la Gewandhausorchester en una agrupación brillante y dinámica. Me atrevo a decir que su mundo sonoro es único. Por una parte, tiene una delicada sensibilidad, y, por otra, una inmensa capacidad de desarrollar ricos timbres oscuros. Estas características confieren a su sonido una profundidad emocional que es propia y exclusiva de esta orquesta.
– Con anterioridad usted fue principal responsable de la Boston Symphony Orchestra. ¿Qué diferencias ha visto entre esta orquesta y la de Leipzig?
– Cada orquesta es diferente y tiene su propia historia, única, que determina su sonido y su funcionamiento. La Sinfónica de Boston suele considerarse influenciada por las tradiciones francesa, eslava y germánica, pero también se siente muy cómoda con el repertorio estadounidense del siglo XX y la música contemporánea.
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– Más allá de las características propias de cada orquesta, ¿hay diferencias entre las europeas y las americanas?
– Por supuesto, existen ciertas diferencias en la forma de trabajar y en las técnicas musicales que diferencian a las orquestas europeas de las estadounidenses, pero, en última instancia, creo que cada orquesta tiene su propia identidad y sus propias cualidades, que deben cultivarse y preservarse con sumo cuidado, ya que el objetivo final de toda orquesta es experimentar y compartir las obras maestras de los compositores con el público.
– ¿Qué es lo que más valora en una orquesta?
– Valoro mucho la transparencia y la colaboración de sus integrantes. Una orquesta es un microcosmos de muchas personas con diferentes orígenes e ideas, pero a la hora de trabajar juntos creo que es importante ser generoso y empático con los demás compañeros. Una orquesta es, en definitiva, una combinación de trabajo en equipo y excelencia individual. En este sentido tengo mucha suerte de que mis dos orquestas, la Gewandhausorchester Leipzig y la Boston Symphony Orchestra, estén formadas no solo por músicos de talla mundial, sino también por personas maravillosas que encarnan el espíritu de la creación musical colectiva en cada ensayo y en cada concierto.
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– En su opinión, ¿qué cualidades debe tener un buen director de orquesta? ¿Tienen que ser las mismas cuando es titular que cuando acude como invitado?
– Ser director principal de una orquesta conlleva muchas responsabilidades, entre ellas la dirección artística de la orquesta, la programación, el cuidado de la cultura sonora de la formación y el apoyo a los músicos individuales, por lo que hay algunas cualidades que son muy específicas de ese cargo. Pero, en general, diría que un buen director debe ser abierto, paciente, pero también claro y seguro a la hora de comunicar sus ideas a los músicos que conforman la orquesta.
– Ofrece dos conciertos en San Sebastián. En el primero interpretarán una obra del compositor estonio Arvo Pärt, el 'Concierto para violín' de Dvorak con Isabelle Faust y la 'Sinfonía nº 2' de Sibelius. ¿Qué destacaría?
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– Los dos programas que ofrecemos en la Quincena Musical son excelentes formas de mostrar la versatilidad de la Gewandhausorchester Leipzig. En este primer concierto el público podrá escuchar la segunda sinfonía de Sibelius, que me parece una obra musical preciosa y conmovedora, junto con la magnífica 'In Memoriam Benjamin Britten 'de Arvo Pärt, que es un emotivo homenaje a otro brillante compositor. Las dos obras encajan a la perfección con la sensibilidad sonora de la orquesta. Creo que es un concierto que el público va a disfrutar mucho.
– Y mañana interpretan la 'Sinfonía nº 5' de Mendelssohn y el 'Réquiem alemán' de Brahms con el Orfeón Donostiarra.
– Es un programa muy adecuado para nosotros. La orquesta, su historia y su universo sonoro están tan estrechamente vinculados a Mendelssohn que siempre es fantástico poder mostrar en una gira la estrecha relación que tiene la agrupación alemana con su música. También tengo muchas ganas de interpretar, junto con el Orfeón Donostiarra, el 'Réquiem alemán' de Brahms, que fue estrenado en Leipzig por la Gewandhausorchester y que demostrará la amplitud y riqueza del sonido de la orquesta.– Los dos programas que ofrecemos en la Quincena Musical son excelentes formas de mostrar la versatilidad de la Gewandhausorchester Leipzig. En este primer concierto el público podrá escuchar la segunda sinfonía de Sibelius, que me parece una obra musical preciosa y conmovedora, junto con la magnífica 'In Memoriam Benjamin Britten 'de Arvo Pärt, que es un emotivo homenaje a otro brillante compositor. Las dos obras encajan a la perfección con la sensibilidad sonora de la orquesta. Creo que es un concierto que el público va a disfrutar mucho.
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