Eneritz Dueso, Miren Narbaiza, Idoia Hernández y Olatz Salvador, cuatro de las siete integrantes de la directiva de Musikari. usoz

Musikari se renueva para tratar de sacar al sector «de la alegalidad y la precariedad»

La nueva junta directiva, integrada por siete mujeres con un peso específico importante en el panorama de la música vasca, ha presentado las principales líneas de actuación al frente de la asociación que representa a los músicos de Euskal Herria

Jueves, 29 de octubre 2020, 13:22

Siete mujeres, siete músicas, se han puesto al frente de Musikari-Músicos de Euskal Herria con la intención de renovar la asociación y «comenzar ... una nueva etapa en este año en el que la música y la cultura en general han sido duramente golpeadas». Las siete -Eneritz Dueso (presidenta), Idoia Hernández (secretaria), Lide Hernando (tesorera) y las vocales Izaro Andrés, Olatz Salvador, Miren Narbaiza y Garazi Esnaola- integraron la única candidatura que se presentó a las elecciones convocadas para renovar la Junta Directiva de Musikari, «porque creímos que era una vía adecuada para hacer algo», y su propuesta fue avalada por los asociados.

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A la presentación que ha tenido lugar este jueves en San Sebastián, sin embargo, solo han podido acudir cuatro -Idoia Hernández, Eneritz Dueso, Olatz Salvador y Miren Narbaiza-, porque las tres restantes estaban trabajando en sus 'otras' profesiones. «Eso da una idea de cuál es nuestra situación», han afirmado en una rueda de prensa coral que ha respondido al modo de funcionamiento «horizontal y abierto» que quieren para la nueva Junta Directiva de Musikari y para la asociación en su conjunto.

«El sector no está regulado, no hay un convenio, lo que hace que mucha gente funcione de manera alegal y precaria»

Musikari cuenta en la actualidad con 310 socios y socias, pero han invitado a sumarse a la misma a todas las personas del sector, «porque tenemos asumido que cada uno va por su lado, pero es muy importante hacer red». También de cara al exterior se han mostrado partidarias de abrirse y de estrechar relaciones con otros colectivos, agentes culturales e instituciones, algo que parece especialmente importante teniendo en cuenta que, por lo que han afirmado, el desconocimiento acerca de la realidad y la situación del sector es mayúsculo incluso entre quienes toman decisiones que les afectan directamente, como las convocatorias de ayudas, tanto ordinarias como extraordinarias. En ese sentido, han afirmado que «la labor de interlocución y las reivindicaciones el favor de la dignidad de los músicos que se hacen desde la asociación son imprescindibles en estos momentos«.

Un Plan de Reconstrucción

Tal como vienen haciendo desde el inicio de la pandemia todos los agentes culturales, han reconocido el enorme impacto que está teniendo la situación en la música, aunque en este caso «lo que ha hecho es poner de manifiesto y agravar la precariedad en la que ya nos encontrábamos desde hace muchos años». El origen de la iniciativa que ha llevado a estas sietes músicas a tomar las riendas de la asociación estuvo, además de en unas jornadas de mujeres músicas que tuvieron lugar en febrero, en las reflexiones que compartieron durante el confinamiento.

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Han admitido que «se trata de un colectivo muy heterogéneo» y que, por lo tanto, la casuística es muy variada, pero hay circunstancias que afectan a todos, como el hecho de que «el sector no esté regulado, que no haya un convenio, lo que supone que mucha gente funcione de manera alegal, y la mayoría se quede fuera de las ayudas», o que «las normas que rigen la contratación estén obsoletas».

Ante esa situación, uno de los objetivos que Musikari comparte con las restantes asociaciones que forman la federación estatal Unión de Músicos Profesionales (UMP) es ir avanzando en la configuración del Estatuto del Artista que pueda ayudar a superar la situación de indefinición en la que se encuentran en la actualidad muchos profesionales de la cultura. De manera más inmediata, previsiblemente en las próximas semanas, la UMP presentará un Plan de Reconstrucción del Sector Musical que tiene un triple objetivo: fomentar la actividad económica en el sector; ofrecer protección social y mejorar la situación económica de los músicos y reconocer «el valor esencial que la cultura, en general, y la música en particular tiene en la vida de los ciudadanos», más allá del valor económico.

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