Anduaga y Mark Elder (en el centro) en uno de los ensayos en Valencia.

La otra cita de Anduaga: entre Nueva York y Viena... Donostia

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Domingo, 3 de agosto 2025, 02:00

Cumplió en junio 30 años y cada temporada consolida su prestigio como uno de los tenores internacionales más destacados en una generación que viene a ... rejunevecer la ópera y abrir la lírica a nuevos públicos. El tenor donostiarra Xabier Anduaga suma nuevos hitos y es ya uno de los principales 'embajadores' de la cultura nacida en Gipuzkoa. Porque Anduaga terminó su formación en el exterior, principalmente en Italia, pero siempre remarca que es fruto de la cantera del Orfeón Donostiarra, con el que volverá a cantar mañana en el Kursaal en una cita cargada de simbolismos.

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En marzo Anduaga logró en la meca de la lírica de Viena sus ya famosos 18 minutos de aplausos en una luminosa representación de 'L'elisir d'amore', y acaba de triunfar en el Liceu de Barcelona y el Real de Madrid con una 'Traviata' cantada con la norteamericana Nadine Sierra, otra joven estandarte de los nuevos tiempos de la lírica con la que comparte numerosos éxitos en una 'pareja artística' que es ya referente para los aficionados. Con ella volverá en octubre al Metropolitan de Nueva York para interpretar 'La sonnambula' con dirección musical de Riccardo Frizza y artística de Rolando Villazón, en otro momento que se augura estelar para la carrera del artista donostiarra.

En ese exigente calendario llegan dos citas con el 'glamour' de casa. Anduaga vuelve a actuar en su ciudad tres años después de su última actuación, también en la Quincena y también en el Kursaal, aquella representación de 2022 que forma ya parte de la pequeña historia del festival porque el público obligó con sus aplausos al tenor a repetir la interpretación de una de las más conocidas arias de 'La fille du regiment' de Donizetti. Anduaga estará mañana en el auditorio y repetirá el día 12 en el Victoria Eugenia, entonces en recital con piano, en dos citas que son sobre el papel dos de los grandes acontecimientos de esta edición. Es un regreso artístico, no vital: el tenor sigue teniendo su casa en San Sebastián con su mujer y profesora, Elena Barbé, y su pequeño hijo Leo, de un año, aunque los tres viajen por el mundo en largas temporadas. «Intentamos que se sienta como en casa allí donde vamos, porque a todos los sitios vamos los tres», dice. Mañana le espera el 'Stabat Mater', esa obra de Rossini que condensa las emociones en una hora «donde no sobra una nota». Entre Viena y Nueva York, Donostia.

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