Si hay algo que se espera cuando se escucha música orquestal del Clasicismo es que llegue a nuestros oídos con claridad, que sea como un ... cristal transparente tras el que se puede ver todo al detalle. Obviamente esa nitidez se hace más patente cuando se cuenta con un conjunto pequeño, aunque ello exige de un altísimo nivel a los instrumentistas, que deben ser grandísimos solistas a la vez que auténticos maestros de la música de cámara.
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Orquesta de Cámara de Baviera
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Intérpretes Orquesta Filarmónica de Cámara de Baviera; Judith Jáuregui, piano.
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Director Gabriel Adorján.
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Programa Sinfonía en re mayor K. 196+121' y ' Sinfonía nº 29 en la mayor K. 201/186', de Mozart y 'Concierto para piano y orquesta en re mayor, HOB.XVIII/11', de Haydn.
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Fecha 20-10-24.
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Lugar Kursaal
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Asistencia 900 personas.
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Propinas 'Mazurka op. 17, nº 4',de Chopin por Jáuregui y 'Pequeña música nocturna', de Mozart.
A la Orquesta de Baviera no le supuso mucho esfuerzo ayer transmitir esa pureza sonora, a la par que una importante energía, con solo 17 músicos -concertino-director incluido- en sus lecturas frescas, elocuentes y adecuadas en estilo de dos sinfonías de Mozart. El conjunto sorprendió, además, ofreciendo fuera de programa el posible estreno en España de una pieza del mismo compositor descubierta recientemente, un caramelo de un muy joven Mozart. Entre estas obras la pianista Judith Jáuregui se erigió en la protagonista del 'Concierto en re mayor' de Haydn, en el que ofreció seguridad rítmica, pulcritud y dominio del pedal, consiguiendo un sonido arropado sin perder la necesaria claridad. La donostiarra regaló limpieza, hermoso color, trabajada articulación y una evidente complicidad con Gabriel Adorján, que se fusionó con sus compañeros de la orquesta formando un solo instrumento. Jáuregui, emocionada, brindó un expresivo Chopin como propina.
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