Un momento del concierto de la Fundación Columbus este miércoles en el Auditorio Kursaal. FOTOS GORKA ESTRADA
Crítica del Concierto de Fundación Colombus

Un expresivo canto a la esperanza

María José Cano

San Sebastián

Jueves, 14 de septiembre 2023, 02:00

La música sirve para mucho más que para deleitar los oídos. Además de ser alimento para el alma, puede ser consuelo para personas que se ... encuentran en momentos difíciles e incluso crear la esperanza de conseguir mejorar su calidad de vida. La Fundación Columbus ha apostado por el poder de la música poniendo en marcha el festival RenHacer con el fin de recaudar fondos para realizar un ensayo clínico de vanguardia en Gipuzkoa para la enfermedad rara SPG50. Y este proyecto se materializó este miércoles en un concierto benéfico centrado en una obra más que adecuada para una causa tan importante, la 'Segunda' de Mahler, en la interpretación de dos de los conjuntos más importantes del territorio, el Orfeón Donostiarra y la Euskadiko Orkestra, además de las solistas Miren Urbieta-Vega y María José Montiel.

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El maestro valenciano Ramón Tebar fue el encargado de dirigir una partitura que tiene un gran mensaje en su interior, el de la resurrección, o lo que es lo mismo, dejar morir una etapa para vivir con fuerzas renovadas. Algo a lo que aspiran los pacientes de enfermedades raras y a lo que iniciativas como la de este miércoles pueden, sin duda, ayudar mucho, apoyando la investigación. Tebar supo plasmar la angustia que impregna el 'Allegro maestoso' inicial, en el que Mahler representa la vida como un complicado combate contra la muerte. Pudimos captar la contraposición del grupo de temas unificados por un ritmo de marcha fúnebre con el que tocan los violines, sugiriendo un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Fue un adecuado juego de contrastes, muy apropiado para este movimiento.

Concierto de Fundación Colombus

  • Intérpretes: Miren Urbieta-Vega, soprano; María José Montiel, mezzosoprano; Orfeón Donostiarra; Euskadiko Orkestra.

  • Director: Ramón Tebar.

  • Programa: 'Sinfonía nº 2, Resurrección' de Mahler.

  • Lugar: Auditorio Kursaal.

Bien distinta y convincente fue la atmósfera creada en el 'Andante moderato', elegante y feliz. La Euskadiko Orkestra sedujo con la calidez de sus cuerdas en todas sus dinámicas, demostrando, una vez más, su importante nivel. Tal y como cabía esperar, el podio dotó de un carácter muy diferente al 'Scherzo', que reproduce una canción en tono humorístico del propio Mahler. El estallido de desesperación o 'grito de muerte' un tanto fantasmal que explota al final del movimiento resultó expresivo, sin exageraciones ni sorpresas. Hay que esperar al cuarto movimiento, 'Urlicht' para escuchar por primera vez en esta sinfonía la voz, que Mahler reserva a la mezzosoprano. María José Montiel fue la encargada de realizar la súplica para la salvación eterna al Creador y lo hizo con un importante control vocal y una enorme sensibilidad.

Y por fin llegó el 'Finale', ideal para comprobar la calidad del viento de la Euskadiko Orkestra en sus solos y en el coral con el motivo del 'Dies Irae', toda una lección este miércoles de afinación y hermosa sonoridad. Resultó impactante la marcha de los muertos que se dirigen al Juicio Final hasta la entrada del coro, ese Orfeón Donostiarra que ha conquistado a los más grandes maestros con su canto: «¡Resucitarás, sí, resucitarás, o polvo mío, tras breve descanso!», en una atmósfera de estática serenidad. La soprano Miren Urbieta-Vega brilló tanto en su entrada, como en su dúo con Montiel. Dominó todos los registros, regaló una emisión constante de hermoso timbre y resultó tremendamente expresiva. El impactante coro final, desde la entrada en 'pianissimo' hasta el conclusivo clímax, redondeó la expresiva velada, construida de esperanza.

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