«Lo importante de este concierto es ayudar a recaudar fondos para investigar enfermedades raras»

– ¿Cómo definiría la intervención de la soprano en la 'Segunda' de Mahler?

– Es una intervención mágica y fugaz, pero brillante, como si una de las voces del coro se alzara y se atreviera a pronunciarse más fuerte. Es breve y muy al final de la obra, con lo que pasa mucho tiempo hasta que cantas y eso aumenta la tensión y los nervios. Pero es una sinfonía preciosa y vivirla desde dentro es todo un lujo.

– Canta junto al Orfeón Donostiarra y la Euskadiko Orkestra. ¿Se siente más cómoda cuando actúa junto a agrupaciones cercanas, como en este caso?

– Actuar junto a conjuntos de casa es algo que siempre hace ilusión y me gusta, porque tengo amigos tanto en el coro como en la orquesta y me siento muy querida. Pero también hay un plus de exigencia, porque al ser la de casa, parece que tienes que demostrar un poquito más y hacerlo muy, muy bien. No obstante, lo más importante de este concierto, lo que más feliz me hace, es poder ayudar a recaudar fondos para seguir investigando enfermedades raras. En este caso, el dinero se destinará a un ensayo clínico de vanguardia en Gipuzkoa para la enfermedad rara SPG50.

– Hace poco más de un año cantó la 'Segunda' de Mahler con otros intérpretes y la Orquesta Sinfónica de Bilbao. ¿En qué medida influye para una solista la orquesta, el coro y el director?

– Somos parte de un todo y cada parte influye en el resultado final. Quizás, a nivel interpretativo, el director es el que más nos influye, porque es quien decide los tempos, dinámicas, balances... pero también influye el sonido y el ambiente que tiene cada orquesta y cada coro.

– ¿Cómo es, en general, la voz en Mahler?

– Mahler destaca por utilizar un ámbito muy amplio en la voz, es decir, no se limita a la parte aguda o a la grave de cada tipo de voz, sino que utiliza un amplio registro, con lo que hay que tener facilidad y homogeneidad para cantar notas centrales, graves o agudas en muy corto espacio de tiempo. También requiere cierta anchura de voz, un buen 'legato' y volumen para hacer frente a sus orquestaciones.

– Acaba de intervenir también como solista en la Quincena en la 'Octava' de Mahler. ¿Es algo casual o ve su voz especialmente adecuada para la música de este compositor?

– Sí creo que mi voz se adecua especialmente bien a la música de Mahler, como a la de Strauss o Puccini.

– Continúa dando una importancia especial en su carrera a la zarzuela, así como a la música vasca, esta última también en recitales con piano. ¿Por qué?

– Porque me gusta y me siento especialmente unida al cancionero vasco. Hay algo en el euskera, que es mi idioma materno, y en las melodías vascas que me atrae y me hace sentir bien. Además, creo que como músico tengo la responsabilidad de difundir todo ese legado que los compositores de nuestra tierra han dejado y siguen dejando. Me gusta investigar y descubrir obras que no conocía. Con la zarzuela el camino ha sido distinto. Conocía alguna cosa a través de mi familia, pero tenía muchos prejuicios y no me identificaba con el género hasta que lo descubrí de verdad y ya no pude parar... ¡me encanta interpretar zarzuela!

– ¿Debe una soprano abordar todo tipo de géneros?

– Creo que es una cuestión de gustos. Hay gente que es feliz interpretando siempre los mismos roles de ópera y además tiene la suerte de poder hacerlo si lo hace verdaderamente bien. Pero en mi caso, me gusta compaginar diferentes géneros y formatos de música. Adoro hacer ópera, me encanta interpretar zarzuela, me divierte mucho hacer recitales más íntimos o música de cámara en formato pequeño y ¡me chifla hacer música sinfónico-coral! Soy feliz haciendo música.

– Estudió en el Conservatorio Francisco Escudero de Donostia, después en Musikene y ha sido profesora de canto en el Conservatorio Jesús Guridi de Gasteiz. ¿Cómo ve la educación musical en el País Vasco?

– La enseñanza ha cambiado mucho y el profesorado está mejor preparado, pero vivimos en la era de lo inmediato, de lo visual, de la poca constancia y poco compromiso y eso hace que las enseñanzas artísticas no estén de moda. Para conseguir tocar bien un instrumento, dedicarte a la música o a la danza, hace falta disciplina, perseverancia, tenacidad..., pero sobre todo, motivación, que es el motor de todo. Esa es la difícil tarea del profesorado actual, crear esa motivación.

– Es madre de un niño pequeño. ¿Es posible compaginar una carrera musical con la vida familiar?

– ¡Claro que es posible! Al igual que hay padres y madres que madrugan muchísimo para ir a trabajar y no pueden llevar a su hijo al colegio, hay otros que no pueden ir a buscarlos por la tarde, o profesiones en las que se hacen guardias nocturnas... y todo el mundo consigue organizarse. En mi profesión sufro largas ausencias cuando trabajo fuera de casa, pero cuando estoy en casa puedo llevar, recoger, desayunar, comer y cenar con mi hijo. Todo tiene sus pros y sus contras. La clave, es una buena coordinación entre mi marido, que también es músico, y yo, además de la felicidad que te otorga el poder dedicarte a lo que te gusta.