Fallece Ozzy Osbourne, líder de Black Sabbath e icono del heavy metal

El mundo del rock se ha teñido de luto con la muerte de Ozzy Osbourne, el legendario vocalista de Black Sabbath, quien falleció este martes a los 76 años, rodeado por su familia, según informaron los portavoces oficiales. Su esposa Sharon y sus hijos – Jack, Kelly, Aimee y Louis – firmaron un comunicado donde expresaban que «con más tristeza de la que las palabras pueden expresar, anunciamos que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estuvo rodeado de amor. Pedimos que respeten nuestra privacidad en estos momentos».

La pérdida del autodenominado 'Príncipe de las Tinieblas' conmociona a varias generaciones de fans que crecieron con su voz, sus excesos, su inconfundible presencia escénica y ese extraño magnetismo que convertía cada caída en un renacimiento. Ozzy Osbourne sufría párkinson desde hace varios años y arrastraba también complicaciones por lesiones derivadas de una caída en 2019, que le obligó a cancelar numerosas giras. Sin embargo, su muerte ha sido un golpe inesperado. Apenas hace dos semanas se había reunido con Black Sabbath para un concierto de despedida que muchos pensaban que sería solo una pausa, no un adiós definitivo.

En sus memorias, tituladas 'I am Ozzy (Confieso que he bebido), el propio Osbourne' arrancaba con una cita de su padre que resume, con brutal honestidad, el espíritu de toda su vida: «Siempre pensó que haría algo grande: 'Tengo una corazonada contigo, John Osbourne, o acabas haciendo algo especial o acabas en la cárcel'. Y llevaba razón el viejo: antes de cumplir los 18 ya estaba en la cárcel». Lo extraordinario es que también llevaba razón en lo otro: Ozzy acabaría haciendo algo verdaderamente especial, al punto de convertirse en una de las mayores leyendas del rock y figura clave en la historia del heavy metal.

Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham el 3 de diciembre de 1948, cofundó Black Sabbath en 1968 junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward. Juntos definieron un nuevo sonido crudo, oscuro y visceral que daría nacimiento a todo un género. Temas como Paranoid, Iron Man, War Pigs, Sweet Leaf, Black Sabbath o Children of the Grave no solo marcaron la cultura musical de los 70, sino que sembraron la semilla de lo que décadas después serían bandas como Metallica, Slayer, Pantera o Tool.

Tras su salida de la banda en 1979 por problemas de adicción, Ozzy alcanzó un éxito aún mayor como solista bajo el liderazgo de su esposa y manager, Sharon Arden. Con hits como 'Crazy Train' y 'Changes', y álbumes emblemáticos como Blizzard of Ozz, vendió más de 100 millones de discos, tanto en solitario como con Sabbath.

Aunque su vida estuvo marcada por controversias -el icónico incidente del murciélago en vivo y su lucha pública contra las drogas- Ozzy se mantuvo como figura emblemática del rock y la cultura pop. También se convirtió en un personaje mediático gracias al reality 'The Osbournes', en el que compartía su excéntrico día a día con su familia. Para muchos, ese show fue la primera ventana a la vida del músico más allá del escenario: vulnerable, despistado, divertido, entrañable y completamente único.

Durante su extensa carrera, Osbourne ha sido incluido en el Salón de la Fama de la Música del Reino Unido y en el Salón de la Fama del Rock and Roll de Estados Unidos, en dos ocasiones en ambos, con Black Sabbath y como solista. También tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood desde 2002, así como en Broad Street, Birmingham, un Ivor Novello y cinco premios Grammy, además de 12 nominaciones. Ha recibido además otros galardones a lo largo de su carrera, como el premio Godlike Genius de NME y el premio Living Legend de Classic Rock.

Solo hace dos semanas, el pasado 5 de julio, Ozzy volvió a subir al escenario con Black Sabbath en 'Back to the Beginning', un concierto en Villa Park (Birmingham) que tras 57 años simbolizó el final de su carrera. Sentado en un trono decorado con murciélagos debido a los efectos de su enfermedad de Parkinson diagnosticada en 2019, ofreció un emotivo y poderoso show que reunió a 45.000 personas y recaudó 140 millones de libras para obras benéficas.

A este concierto de despedida acudieron invitados estelares como Metallica, Guns N' Roses, Pantera, Slayer, Tool, Alice in Chains, Halestorm, Lamb of God, Anthrax o Mastodon. 'Back to the Beginning' marcó no solo su retiro de los escenarios, sino también el cierre de la era de Black Sabbath, con riff tras riff cargado de historia y tributo.

Pese a la escasa voz con la que entonó junto a su banda ese temazo que es 'Paranoid', y pese a que las piernas le temblaran tanto que tuvo que mantenerse sentado en un trono todo el tiempo que estuvo sobre el escenario, nadie esperaba este final tan abrupto a los 76 años. Los más escépticos dudaban incluso de que fuera una retirada definitiva.

Pero Ozzy, como su padre, tenía algo de visionario cuando pronunció aquella frase con la que anunció el concierto del sábado 5 de julio: «Es mi último bis. Última oportunidad para dar las gracias a mis fans por apoyarme siempre y estar ahí. No puedo expresarlo con palabras, pero me siento muy emocionado y bendecido».

La noticia de su muerte provocó una oleada de tributos en redes sociales y declaraciones de artistas de todo el espectro musical. Metallica, la banda que cerró el homenaje en Birmingham, publicó en X una antigua foto con Lars Ulrich abrazando a Ozzy y el emoji de un corazón roto. James Hetfield ya había dicho, sin rodeos: «Sin Sabbath no existiría Metallica». Jack White, de The White Stripes, escribió: «Él lo hizo». Ronnie Wood, de los Rolling Stones: «Estoy muy triste al conocer la noticia de la muerte de Ozzy, qué dulce concierto de despedida tuvimos». Elton John: «Es tan triste escuchar la noticia. Era un gran amigo y un pionero que aseguró su lugar en el panteón de los dioses del rock, una verdadera leyenda y una de las personas más divertidas que he conocido».

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