El navegador no soporta este reproductor de Video.
Estribillos para un verano: ¿cuál es el secreto de una canción pegadiza?
El arte y la ciencia detrás de los grandes éxitos musicales de esta temporada están en el 'earworm', un fenómeno provocado por melodías fáciles, ritmos repetitivos y un 'algo' que «nadie sabe lo que es pero es lo único que importa»
¿Quién no ha cantado alguna vez el ¿Por qué tarareamos las canciones de Eurovisión cuando apenas hemos escuchado unos segundos en el telediario? ¿Cómo es posible que recuerde el himno de tal o cual partido político? Canciones del verano, 'hits' del año, los éxitos de la radiofórmula… un fenómeno que intriga por igual a oyentes, músicos e investigadores y al que pocos encuentran una explicación. Es esa habilidad 'mágica' que algunos estribillos tienen para imprimirse en nuestros cerebros y convertir canciones cotidianas en mantras musicales irresistibles.
Y si hay un concepto que consiga englobar todo ello en apenas tres minutos, ese es el de la canción del verano. Odas al chiringuito como 'Opá, yo viazé un corrá', de El Koala (2006); sonatas discotequeras como 'Los micrófonos', de Tata Golosa (2007); bailables latinos como el 'Ai se eu te pego', de Michel Teló (2012); y clásicos inmortales como 'Aserejé', 'El tiburón' o 'La bomba', son solo algunos de los títulos que han alcanzado el Olimpo musical del periodo estival. ¿Cuál alcanzará ese trono en este 2024?
¿Cómo es una canción pegadiza?
En los aspectos puramente musicales, hay varios factores que pueden hacer que una canción no se nos despegue del oído.
Es simple, fácil de recordar y de cantar, es decir, en un rango de notas accesible y que se repitan con frecuencia. Las melodías que se repiten y tienen un rango de notas limitado tienden a ser más accesibles y fáciles de recordar.
Armonía
La progresión de acordes más utilizada en el pop es una concreta que se va repitiendo. Es una secuencia que usan la mayor parte de las canciones de pop/rock porque es muy fácil y familiar al oído. Lo que cambia es la melodía y la letra que cada artista utilice, pero la base (armonía) es esa.
Constante y sin cambios de tempo, acompañado por golpes de bombo que generen una base sólida.
La repetición es crucial para que algo nos resulte familiar y para ello la estructura estrofa-estribillo es la más efectiva.
Voces y coros
Utilizar varias melodías superpuestas o combinar capas de voces genera un atractivo adicional que ayuda a enriquecer la canción.
Ingrediente secreto
Llámalo energía, gancho o la fórmula de la Coca-Cola… Llámalo 'x'. Como decía Sabina: «una canción, para ser buena, debe tener una buena letra, una buena música y algo más que nadie sabe lo que es pero que al final es lo único que importa».
¿Radiofórmula? La fórmula matemática
La revista británica NME considera que para que una canción se convierta en 'hit' deben intervenir cinco componentes: la sorpresa, la predictibilidad, la repetición rítmica, la potencia melódica y la receptividad del oyente. Y con ello han elaborado una fórmula que podría definirse como: receptividad + (predictibilidad - sorpresa) + potencia melódica + (repetición rítmica x 1,5) = temazo pegadizo.
¿Canciones que cumplan esta fórmula?
Desde el 'YMCA' de Village People, a 'Uptown Funk' de Bruno Mars, 'The Final Countdown' de Europe o 'We Will Rock You' de Queen… pero también el 'Jingle Bells' o el viral surcoreano 'Gangnam Style'. Y si nos apegamos a nuestras fronteras, no podemos dejar de acordarnos de la 'Barbacoa' de Georgie Dann, el 'Aserejé', la 'Macarena' o el 'Waka waka' de Shakira.
Pero si hay una que pueda considerarse la reina de la radiofórmula, la corona recae en las Spice Girls y su 'Wannabe' de 1996: apenas bastan con 2,29 segundos para que la mente reconozca la canción, según un estudio del Manchester's Museum of Science and Industry en el que propusieron durante un año a 12.000 personas participar en un juego de memoria musical llamado 'Hooked on Music'. El podio junto al quinteto de las 'Girl Power' lo completaban el 'Mambo No. 5' (2,48 segundos) y 'Eye of the Tiger' (2,51 segundos).