José Ángel Echeverria, Teresa Zulaica, José Barroso y Manuel Cabrera, durante la presentación de los libros, ayer en el Aquarium. Iñigo Royo

El epistolario de Aita Donostia desvela la ópera 'Larraldeko Lorea' que compuso

La obra se incluye en uno de los cuatro libros que se han publicado con las cartas que intercambió con ilustres músicos e intelectuales de su época

Itziar Altuna

San Sebastián

Lunes, 17 de junio 2024, 22:17

José Gonzalo Zulaika Arregi, Aita Donostia, (San Sebastián 1886-1956) ha sido uno de los compositores, musicólogos y organistas vascos más destacados del siglo XX. ... Su extensa obra incluye canciones populares, música de cámara, de órgano, profana, religiosa, coral y también para representaciones teatrales. Sin embargo, hasta la fecha se desconocía que también había escrito una ópera. Se trata de la obra 'Un drama lírico empezado: Larraldeko Lorea', que ahora ve la luz en el libro epistolario del mismo nombre que acaba de publicarse, editado por su sobrina, Teresa Zulaica, y el filólogo José Barroso. «Es algo muy curioso, porque se recupera una obra que está pidiendo a gritos que se pueda interpretar», señala Barroso.

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Esta ópera se ha descubierto gracias al epistolario que mantuvo Aita Donostia con Arturo Campion, en el que hablan de hacer una ópera «nacional vasca» pero que al final «no se terminó, está solo el primer acto», explica el editor. La historia está ambientada en los años posteriores a la revolución francesa. La protagonista es una chica de Sara, religiosa ella, que tiene que pasar la muga para venir a comulgar y casarse, pero no lo consigue porque es apresada. «Es una partitura muy bucólica, con mucha implicación política y que defiende la religión», resume el crítico musical Manuel Cabrera, quien ya ha podido estudiar la obra. «La faceta lírica de Aita Donostia era algo absolutamente desconocido», recuerda, por eso él también aboga por que se haga todo lo posible para representarla, «o si no interpretarla en versión concierto».

Partitura de la ópera 'Larraldeko Lorea', publicada en uno de los libros.

El Aquarium donostiarra fue el escenario elegido para presentar éste y otros tres ejemplares epistolarios, que reúnen parte del legado de Aita Donostia, un lega- do que Teresa Zulaica lleva 70 años cuidando y ordenando. A su muerte, su archivo personal se quedó en el Colegio de Lecároz y en el año 2002-2003 se trasladó a su actual ubicación en el Archivo Histórico Provincial de Capuchinos de Pamplona. Uno de los temores de Aita Donostia fue que su obra desapareciera, pero «el padre Riezu le dijo que no se preocupara, y por eso creó el archivo», recuerda Teresa Zulaica.

Diez años de investigación

Su sobrina también ha trabajado para «salvar y dar a conocer» la obra del ilustre musicólogo. Durante todos estos años se ha dedicado a transcribir su música y su prosa, que se han publicado en distintos volúmenes. El último proyecto ha consistido en reunir y editar el epistolario de Aita Donostia, un trabajo que se ha prolongado durante diez años y para el que ha contado con la colaboración de José Barroso. A través de estos cuatro ejemplares «recuperamos perfiles del Padre Donostia», señala el editor, «conocemos cómo era a través de las cartas que escribe él, pero también cómo lo describen los amigos epistolares y cómo él los describe a ellos».

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Uno de ellos, titulado 'Al unísono estamos', recopila las cartas escritas entre Aita Donostia y el también musicólogo, escritor y músico catalán Felipe Pedrell. «Manuel de Falla y Aita Donostia fueron discípulos suyos, por lo que estas cartas entre ellos tienen mucho valor en tanto que es la comunicación entre maestro y discípulo».

«Todavía hay epistolarios que no se han editado. Tengo material como para publicar un quinto ejemplar»

Teresa Zulaeta

Sobrina y editora

«A través de las cartas de Aita Donostia conocemos cómo era él, pero también cómo lo describen sus amigos epistolares»

José Barroso

Editor

«La faceta lírica de Aita Donostia era algo desconocido, por eso merece la pena representar esta ópera»

Manuel Cabrera

Crítico musical

Otro de los ejemplares recoge la correspondencia con la mecenas Mme. Julia Lion, a la que Aita Donostia conoció en París. «Ella tenía un 'petit salon' donde acudían los músicos más importantes de la época, Ravel, Erik Satie, Manuel de Falla, Federico Mompou... En esas tertulias hay una efervescencia cultural y musical muy grande y entre los dos se forma una amistad constante, epistolar».

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El último ejemplar es una antología donde aparecen musicólogos, músicos, escritores e intelectuales franceses de la época, «un tesoro, porque se han recuperado personajes que estaban en contacto con el Padre Donostia», indica Barroso. Junto a las cartas, el editor ha incluido muchas anotaciones a pie de página, que ayudan a situar a los personajes que aparecen y el contexto histórico. Por eso los define como ediciones «interpretativas», donde «se dan herramientas al lector para que pueda entender lo que hay en las cartas».

Tal y como admitió Teresa Zulaica, todavía hay epistolarios que no se han editado. «Tengo material como para publicar otro libro», señaló «y con eso terminaré con toda la obra de Aita Donostia».

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