Susana Soto, directora de San Telmo, en el claustro del museo donostiarra. Arizmendi
Susana Soto | Directora de San Telmo

«En el museo no nos vale exhibir, buscamos reflexión y conocimiento»

Este mes se cumplen diez años desde la inauguración oficial de la rehabilitación y ampliación del edificio

Domingo, 14 de marzo 2021, 08:20

El 31 de marzo de 2011 se inauguró oficialmente el 'nuevo' Museo San Telmo, con el antiguo convento totalmente remozado y una ampliación protagonizada por ... un moderno edificio pegado a la ladera del monte Urgull. Su directora, Susana Soto, repasa cómo han transcurrido estos diez años.

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- ¿Qué balance hace de esta década?

- Estoy totalmente satisfecha de estos diez años. El museo venía de años de incertidumbre en su definición, que si museo vasco, de la ciudad... y también apareció Tabakalera. El modelo que se eligió se ha consolidado. Diría que hemos superado a lo que entonces aspirábamos. Se ha convertido en un centro muy vital y al servicio de toda la comunidad. Hemos establecido estrechos lazos con centros como el Prado, Valladolid, el CCCB, Lázaro Galdiano y con extranjeros como el Museo de Burdeos, el de Ginebra... relaciones que oxigenan nuestra propia oferta y que van a ir a más.

«No somos una pinacoteca, pero tenemos una colección y participamos activamente en la creación artística contemporánea»

arte

- ¿Ha conseguido el objetivo de ser un museo de la sociedad, para la sociedad y sobre la sociedad?

- En parte. Para la sociedad sin ninguna duda. Trabajamos con muchas entidades como Aranzadi, Ankulegi, UPV/EHU, Cristina Enea, muchas ONG... En todos los ámbitos en los que hemos trabajado lo hemos hecho con quienes ya estaban incidiendo en ellos. Nos hemos puesto a su servicio y por eso hemos penetrado en la sociedad y eso se nota en la vida diaria del museo. También hemos armado bien el discurso. Hasta hace diez años estaba distribuido por disciplinas, parecía casi un almacén. Ahora las colecciones nos permiten representar la historia. El público extranjero es el que más valora ese aspecto porque cuando entran en San Telmo probablemente ignoran todo sobre la cultura vasca y a las dos horas, tras recorrerlo, su acercamiento al mundo social y cultural vasco es más cercano. ¿Qué no hemos conseguido? Aspirábamos a que fuera para todo el País Vasco, como de referencia, dentro del ámbito de los museos de la sociedad y de la recuperación de nuestro pasado... y no sé si se nos visualiza así. Nos falta llegar a ser ese referente. Tiene que quedar claro que no somos una pinacoteca, pero aún siendo un museo de la sociedad tenemos que estar en el panorama del arte vasco. No hemos renunciado a ese papel y participamos activamente en la creación artística contemporánea, además tenemos una colección a la que sería absurdo renunciar.

«La exposición fue casi modélica. Mostró nuestra identidad. Combinaba nuestros fondos con lo singular de la sociedad»

'heriotza. ante la muerte'

- ¿De estos diez años que exposición destacaría?

- 'Heriotza. Ante la muerte' de 2019 fue casi módelica de lo que debe hacer un museo de la sociedad. Nos ha permitido mostrar nuestra indentidad. Partir de lo propio, es decir de nuestros fondos -creación, arqueología, etnografía- y de la singularidad de la sociedad a la que da servicio porque la cultura vasca ha generado un patrimonio muy importante relacionado con la muerte, además mostraba lo que ha pasado en otros entornos en relación con este tema y a la vez tiene otro componente, la contemporaneidad. No nos vale con enseñar como se ritualizaba antes la muerte sino también cómo nos enfrentamos ahora: qué pasa con la eutanasia, cómo se busca la inmortalidad. Además, se crearon materiales propios que ahora se utilizan por ejemplo, en las escuelas, y se generaron actividades, como jornadas, que se mantienen. Proyectos de este calibre tienen una gestación muy larga y se hacen poco a poco.

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- Ha hablado de singularidad. ¿San Telmo ha conseguido ser un museo singular?

- Creo que sí. Primero porque tiene más de cien años y ha perpevivido. Es singular en sus colecciones y en sus objetivos al platearse que la sociedad es su elemento fundamental. Somos un centro cultural. No nos vale exhibir, buscamos la reflexión y el pensamiento, facilitar el acceso al conocimiento. No hemos inventado nada. El referente es el Museo de las civilizaciones de Quebec.

- ¿Han tenido el respaldo decidido de las instituciones?

- Para bien y para mal somos un museo municipal. El Ayuntamiento nunca ha dudado de su apoyo y esto nos da fortaleza. No duda, al revés ha apostado por este modelo enraizado en la sociedad. Después está la Diputación, con un elemento fundamental que es Gordailua, que también cumple una década, que es el proyecto más estratégico de los últimos años del patrimonio mueble. La conservación y restauración requiere equipamientos muy caros y hacer un trabajo cooperativo es muy rentable. También nos ha llevado a compartir una política de adquisiciones, con un reparto de roles. Antes hubo casos en los que llegábamos a pelear por la misma pieza. Diputación se centra más en la conservación y nosotros en la difusión. Ahí está la exposición del león de Arrikrutz que en verano estará en Altamira. El Gobierno Vasco nos da su apoyo a través de subvenciones.

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- ¿Los donostiarras conocen el museo?

- Probablemente pase en todas las partes, pero los donostiarras entran al museo cuando vienen con alguien de fuera. Saben que hay cosas de interés, pero en su vida cotiana no vienen. Lo tienen como un valor, pero su frecuentación es menor que la percepción que tienen de él. Pero es una sensación, no lo digo con datos concretos. Sí fue una buena opción incluir las exposiciones temporales, que han sido muy nvariadas. Creo que hay mucha gente que ha venido a verlas, pero no conoce la permanente. Son un tirón muy importante.

«Estamos preparando un proyecto sobre la presencia de la mujer en las colecciones y en las exposiciones del museo»

género

- ¿Qué proyectos futuros tienen?

- A corto plazo, en verano tenemos Elcano. Mil metros cuadrados de una exposición que viene del Archivo de las Indias. Es un superproyecto, al que hemos incorporado algunas piezas y estará vinculada a otra muestra más pequeña en el Itxas Museo. Para finales de este año estamos trabajando en un proyecto expositivo junto a la UPV/EHU, concretamente Haizea Barcenilla y Garazi Asla. Una de las claves fundamentales es analizar las colecciones de San Telmo y ver qué representación hay de mujeres, y lo mismo con las exposiciones que hemos hecho. Están surgiendo también artistas mujeres que no están en ningún museo y el trabajo está siendo muy complejo para localizar obra contactando con familiares. Además, está condicionando también nuestras adquisiciones para ir cubriendo agujeros que hay en las colecciones. Y eso que para lo que había en el entorno, en San Telmo había una representación bastante importante. También estamos revisando todo lo que hay en Gordailua para incluir piezas de ahí en el proyecto.

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«Ser socio solo cuesta 15 euros y supone crear un vínculo»

Con una media de 135.000 visitantes, de los que unos 110.000 acuden a una de las exposiciones y el resto a alguna de las actividades organizadas, ahora el reto es incrementar el número de socios.

- ¿Cuántos socios tiene?

- Alrededor de 1.300. Tener un base fidelizada es importante.

- ¿Son pocos?

- Respecto a las visitas sí. Y la verdad, no sabemos ya cómo animar a la gente a que se haga socia. Solo cuesta 15 euros al año, cuando la entrada de una exposición supone un desembolso de 6 euros. Este año, ya que estábamos trabajando con público local, hemos hecho una campaña muy fuerte y se han apuntado más de 300 personas.

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- Al tener los martes gratuitos igual no compensa.

- Ser socio es mucho más, es crear un vínculo con el museo, apoyarlo. Pero es recíproco porque cada vez tienen más ventajas e incluso proponemos ventajas para ellos. En actividades que sabemos que interesan mucho les priorizamos. Hay algunas que se han llenado solo con socios y no han pasado al público general o han quedado muy pocas entradas. Por ejemplo, nada más abrir tras el confinamiento podían venir a visitar el museo antes del horario habitual. Muchos se dieron cuenta que merecía la pena. Ahora, el día antes de la inauguración de una exposición se abre solo para ellos. También hay visitas guiadas especiales. Es satisfactorio ver que los socios son muy activos.

- ¿Van a hacer alguna acción más para atraerlos?

- Ahora que el museo está consolidado, el siguiente paso estará orientado a que tengan más facilidad para dar su opinión, como ya lo hemos hecho con entidades o algunas ONG. Tenemos que ser más permeables y trabajar con ese colectivo fiel.

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