La Agenda Portátil

Que vivan los bares (y un último vals en el Altxerri)

Regresamos como nuevos del 'puente' en Arnedillo. El balneario combina su tono tradicional con los avances técnicos: sus aguas revitalizan, su cocina es estupenda y el paisaje que le rodea, excepcional. Que vivan los destinos exóticos, pero que viva también Arnedillo, exóticamente riojano, a un par de horas de casa. La Rioja nunca defrauda.

Llenazo en el Victoria Eugenia en la Gala del Pintxo. Eso de una gran gala en torno al pintxo parece una de esas excentricidades donostiarras, pero el resultado es un emotivo homenaje a los grandes bares de siempre, a la tasca como lugar de encuentro. El Instituto del Pintxo promueve una guía que distingue a los bares que miman la calidad del pintxo y del local, y en la gala se entregan los galardones del año, al tiempo que se homenajea a nuestros clásicos. Aplaudimos a los eternos del Paco Bueno, de La Espiga, del Vallés o del Goiz Argi, que suben a la escena como si fueran los Bette Davis de la banderilla. Luego pasamos de la teoría a la práctica: en el mismo escenario del teatro y en su foyer algunos de los grandes bares de Donostia y Gipuzkoa sirven sus pintxos. En esta página rendimos culto muchas veces a museos y ciudades, a libros o paisajes, pero cíclicamente vuelve el homenaje al bar como patria. Vivan los bares que nos hacen felices.

En Aula DV recibimos a David de Jorge, cronista/cocinero que presenta su libro 'En un paraguayo cabe el Amazonas'. Amigos, lectores y admiradores nos juntamos en el Aquarium para escuchar la otra cara de Robin Food: David aparca por un rato su personaje gamberro y cuenta sus aprendizajes en Cannes o con Michel Guérard, su devoción por Hilario Arbelaitz, Pedro Subijana y, por supuesto, Martín Besarategui, pero también sus pasiones literarias, artísticas y musicales, del gran Rafael Munoa a Pat Metheny, de Rafael Chirbes a Santiago Auserón, de Delibes y Álvaro Cunqueiro a Frank Sinatra, y por sus padres, y por aquel día que se conocieron en un crucero hace casi 60 años. Es la prehistoria de David, contada con 'su Eli', compañera de vida, en primera fila.

Yo quiero ir a ver a Diego Vasallo en el Victoria Eugenia, pero Joti Díaz me secuestra y me lleva al hotel Monte Igeldo a la copa navideña de San Sebastian Turismo, que reúne a todo el sector. Siento devoción por ese hotel, que también conserva su aire clásico y donde tan contentos pasamos un fin de semana en pandemia. El sector del turismo, denostado ahora en algunos medios, se reivindica como fuente de ingresos para Gipuzkoa. La palabra mágica es, claro, la «sostenibilidad»: que el turismo, en el ADN de la ciudad desde hace casi dos siglos, conviva con la calidad de vida de los indígenas. No solo es el desafío para Donostia, sino para ciudades de medio mundo. Por eso brindamos mientras el temporal azotaba la bahía, ahí abajo, siempre mágica.

En la galería Altxerri se inaugura la que tristemente será última exposición de su historia, protagonizada precisamente por Rakel Ubago, una de las fundadoras, arquitecta que acondicionó el local y propietaria. En la sala se junta toda una Donostia cultural, la que fue moderna en el tiempo de la Transición y ahora vive con sorpresa cómo la ciudad pierde carácter. Luego Iñaki Salvador ofrece su último concierto de jazz en este local acompañado por Gonzalo Tejada y Aitor Bravo. Empieza con un particular 'gracias a la vida' que suena especial en este 'último vals'. (Aún quedan algunos conciertos antes del cierre, como el de mi admirado Giorgio Bassmatti). Ya he escrito mucho de la desgracia que supone el cierre del Altxerri. En su adiós también brindamos; por los buenos ratos pasados y sobre todo por el deseo de que a este local mítico llegue un relevo que aporte.

Dice Mikel Erentxun que siempre le pone especialmente nervioso actuar en su ciudad, y más en ese Victoria Eugenia que ha sido testigo de sus casi 40 años de carrera. Mañana domingo es la cita. Erentxun es otro clásico, con tantos años de música como el Altxerri, pero él no 'cierra': tiene cuerda para rato. Como prueba, su último disco.

mezquiaga@diariovasco.com