El Kursaal acogió ayer el primero de los conciertos que conforman el nuevo ciclo que ha puesto en marcha el Orfeón Donostiarra, con una obra ... que el coro domina: 'Un Réquiem alemán' de Brahms, en la denominada versión de Londres, realizada por el propio compositor, y en la que prescinde de orquesta y la sustituye por piano a cuatro manos, manteniendo a los dos solistas -soprano y barítono- y el coro. Si bien no poder escuchar a la orquesta en esta imponente obra puede restarle atractivo en algunos aspectos, permite, sin embargo, disfrutar de otra manera del trabajo coral e incluso de las voces solistas, que ayer convencieron. Tanto la soprano Miren Urbieta-Vega, en su 'Ihr habt nun Traurigkeit' como el barítono Jon Imanol Etxabe en sus inter venciones en 'Herr, lehre doch mich' y en el complejo sexto movimiento, 'Denn wir haben hie keine bleibende Statt', regalaron una línea de canto clara y expresiva, con un importante control del vibrato y una más que correcta dicción. En esta misma parte fue también en la que más brillaron los dos magníficos pianistas, que fueron un seguro y expresivo soporte instrumental a la obra.
Ciclo de conciertos clásicos del Orfeón Donostiarra
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Intérpretes: Orfeón Donostiarra; Teodora Oprisor y Jon Urdapilleta, piano; Miren Urbieta-Vega, soprano; Jon Imanol Etxabe, barítono.
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Director: José Antonio Sainz Alfaro.
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Programa: 'Ein Deutsches Requiem, op. 45' (Un Réquiem alemán') de Brahms en versión para coro y piano a cuatro manos.
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Fecha: 17-1-21. Lugar: Auditorio Kursaal.
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Asistencia: 400 personas (entradas agotadas).
Poco hay que decir de un Orfeón con un color y una capacidad dinámica que parecen estar hechos para esta partitura. Fue siempre expresivo en sus efectistas matices, con los que consiguió la emoción en una versión a la que le faltó una mayor fuerza espiritual para comunicar toda la trascendencia de esta obra plagada de humanismo.
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