«Si el político y su asesor ven que con foto con vacas son portada, harán más»
El autor presenta hoy en Donostia 'Queridos niños', novela en la que destripa las campañas con humor y critica cómo viven ahora la información políticos, medios y ciudadanos David Trueba Escritor y director de cine
David Trueba no pierde el hilo. Mientras hablamos por teléfono atiende a quien le está haciendo una pequeña reparación en casa y abre la puerta ... a una visita inesperada, pero el escritor y director de cine nacido en Madrid en 1969 hilvana bien su reflexión sobre los malos tiempos que corren para la política, para el periodismo y para la sociedad en general, «porque el ciudadano es, al fin y al cabo, igual de responsable de la superficialización de la comunicación y la política».
De eso habla su última novela, 'Queridos niños', una crónica desde dentro de una campaña electoral, contada con un sarcasmo que se ha visto superado por la propia realidad, como se ve estos días en Castilla y León. Una candidata en campaña por España y el relato de uno de sus asesores vertebran la historia. Trueba presenta su libro hoy en la casa de cultura Ernest Lluch en Donostia (19.00, invitaciones en principio agotadas) de la mano de Donostia Kultura y en conversación con Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca.
– Hace solo unos meses estuvo en la propia Ernest Lluch presentando la exposición de fotos de su amigo el entrenador Ernesto Valverde, y es habitual del Festival de Cine. Le 'tira' mucha esta ciudad...
– Pues aún me gustaría ir más. Y siempre es por buenos motivos.
«Acierta Yolanda Díaz al criticar desde dentro la política actual, que solo piensa en el corto plazo de las próximas elecciones»
– Esta vez viene con 'Queridos niños', su última novela. Se presentó por algunos como una sátira de la política y las campañas electorales, pero queda pálida al lado de la realidad.
– Desde que salió la novela están ocurriendo cosas que parecen parte del libro, como la polémica por las macrogranjas, las filtraciones de la Junta de Andalucía, la votación de la reforma laboral... Al principio los lectores pensaban que era una sátira «en defensa propia», pero luego se dan cuenta que es más realidad de lo que creen. A su pesar.
– He leído su libro mientras seguía la campaña castellanoleonesa y a veces mezclaba las dos historias como una misma cosa.
– Me lo dice mucha gente: que tras leer el libro ven las campañas de otra forma, sabiendo que hay unas cabezas pensantes detrás y que lo que parece accidental no es tan accidental. En política las cosas pocas veces ocurren por casualidad: si un político entra en una misa de exaltación franquista no es por equivocación, sino para colocar algunos mensajes subliminales ante algunos públicos. Suelo decir en broma que mi novela es un manual para quienes deben sobrevivir a campañas electorales, que somos todos: la sociedad en su conjunto consumimos esas estrategias de seducción que nos parecen tan zafias. También los medios deberían hacer una reflexión sobre el eco que dan a esas estrategias: si el político y su asesor ven que con la foto de las vacas salen en portada, harán más fotos con vacas. Quieren impacto y presencia.
«Políticos y medios piensan que si el 70% de la población se informa por titulares en el móvil, habrá que dar titulares al móvil»
– Su novela es crítica con la política que se hace ahora y también con los medios.
– Sí, e insisto: con la sociedad en su conjunto. Mi crítica se expande a protagonistas y receptores.
– Recordemos que la protagonista es una candidata a la presidencia que a ojos del lector podría ser de un arco político entre Ciudadanos y el PP...
– Bueno, yo no quería encuadrarla en ninguna sigla existente. Tengo la ambición de que el libro dure más que una coyuntura política.
– Y el coprotagonista ý narrador es un asesor que parece de vuelta de todo y tiene un punto cínico.
– Sí, un hombre que ya ha puesto distancia con la gente, los valores, los ideales. No tiene ningún lazo sentimental, es como una 'pistola de alquiler' a sueldo de los políticos, un gremio que vemos que se ha expandido, gente a la que le da igual trabajar para un político o por otro, profesionales de la mercadotecnia. Antes en las campañas el discurso era ideológico, en función de valores, y ahora se trata de ganar.
«En 'La sagrada familia' he querido contar la historia de Jordi Pujol y cómo la familia condicionó su final como político»
– ¿Por qué le intereso este tema?
– Porque vivimos en una campaña electoral permanente y cada elección local o autonómica se lee en clave nacional. Un candidato regional en Castilla y León o Andalucía dice que «a quien me enfrento es a Sánchez». Eso es agotador. Y se ha contagiado al elector, que vota en la misma clave.
– Se quejaba el domingo la vicepresidenta Yolanda Díaz en La Sexta de esa política que vivimos, solo pendiente de la inmediata cita electoral.
– Y era muy interesante. Bienvenidas sean las críticas a la política que vivimos hechas desde dentro, por una política en activa. Hasta ahora es la ultraderecha la que critica «a los políticos». Lo importante es hacer un buen diagnóstico de lo que ocurre y en vez de dejarte llevar y sumarte a los errores, poner condiciones para enmendarlos. Si cumple con ese diagnóstico y es coherente, la gente lo agradecerá. Y si no, se lo restregará. Los medios no pueden dejar que sea el Trump de turno el que lidere las críticas a la comunicación: podían superar su corporativismo y profundizar en sus análisis e informaciones sin hacer seguidismo a las redes sociales.
La serie sobre Pujol
– Una anécdota menor: en la gira de su novela es en la recatada Donostia donde surge una prostituta transexual.
– (Risas). La estructura de la novela es como una gira, pero como ocurre en las propias campañas, se corren kilómetros sin profundizar en cada sede. Vivimos la época de la superficialidad. Si el 70% de la población se informa por titulares en el móvil, para llegar a ese 70% de la población habrá que generar titulares en el móvil. Esa es la filosofía. El libro critica a políticos, periodistas y consumidores: hay para todos.
– A la vez que publicaba este libro ultimaba su serie documental sobre las familia de Jordi Pujol, 'La sagrada familia', aún pendiente de estreno.
– Es una cuestión de burocracias. La dará Discovery Channel, plataforma que se prepara para emitir, y no sabemos bien la fecha. Está acabada y a la espera. Es una serie que se basa en el patriarca, Jordi Pujol, y en la importancia de la familia en el destino final del político. La he intentado hacer como si me vistiera con una chaqueta británica, con distancia, no dejando primar las opiniones previas sobre los testimonios. Al final hubo como una degradación general por la pérdida de control de la situación.
De la música y el fútbol a la política con un ojo 'bajo la superficie'
'Queridos niños' salió hace unos meses, pero David Trueba apenas pudo hacer entonces promoción porque se encontraba ultimando 'Querida familia', su serie sobre la saga de Jordi Pujol. «Ahora me alegro de este 'desfase'. Mucha gente ha leído ya el libro y es mejor comentarlo con quien lo conoce», dice. En junio estuvo en el mismo Ernest Lluch, donde hoy comenta su libro, presentando la exposición de fotos de su amigo Ernesto Valverde. Trueba no es muy futbolero pero sí amigo de gentes del balón, de Pep Guardiola al propio Valverde pasando por Miguel Pardeza, el exjugador del Zaragoza. En 'Saber perder' se adentró en el fútbol, en 'Tierra de campos' en la música y con 'Queridos niños' en la política, «tratando siempre de mirar bajo de la superficie».
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