Hay vida más allá del jazz flamenco
Vicotoria Eugenia ·
Modesto con el micrófono e introvertido al piano, comenzó con una delicada melodía a medio camino entre el jazz y la música contemporáneaTener a un Moisés Sánchez al piano es un seguro de vida. El viernes había estado acompañando a Verónica Ferreiro y a Javier Sánchez sobre ... las mismas tablas que ayer acogieron su 'Soliloquio' a piano solo y, aunque el ciclo JazzEñe ya parezca quedársele pequeño, todo alrededor estaba a su gusto. «Me encanta jugar con el sonido del piano que se produce aquí sin amplificación y con vuestro respetuoso silencio», admitió el madrileño.
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Modesto con el micrófono e introvertido al piano, comenzó con una delicada melodía a medio camino entre el jazz y la música contemporánea. Desató su poderío rítmico en 'Un ligero despertar', tema con evocaciones lejanas a Avishai Cohen que combinaba con interludios casi románticos. Se desenvolvió en improvisaciones muy pentatónicas y percusivas bañadas, sin embargo, por un abundante pedal.
Moisés Sánchez / Daahoud Salim
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Intérpretes : Moisés Sánchez (piano). Daahoud Salim (piano), Bruno Calvo (trompeta), Pablo Martínez (trombón), Hendrik Müller (contrabajo), SunMi Hong (batería)
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Lugar: Teatro Victoria Eugenia
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Asistencia: 540 espectadores
Ya había dicho en rueda de prensa que quería romper con aquello de que el jazz que se hace en España solo tiende al flamenco. Así que probó algunos colores latinos en 'Eclipse', en cuyo solo bajó por un sinnúmero de escalas disminuidas que resolvían hacia el blues y en el que aludió en un par de ocasiones al 'Giant Steps' de Coltrane. Sin tiempo para más, ofreció su interesante arreglo de 'In A Sentimental Mood'. Lejos de la clásica balada, rearmonizó una melodía a la que procuró respetar, mientras todo a su alrededor cambiaba, convirtiendo a Ellington en un 'bluesman' del siglo XXI.
Daahoud y sus 'Messengers'
'Bon Appétit!' deseó Salim y su quinteto comenzó a interpretar un tema muy 'hardboppero' que bebía de Art Blakey & The Jazz Messengers, pero también del legendario dúo de Clifford Brown y Max Roach cuyo disco juntos (para más casualidades) incluye un clásico titulado 'Daahoud'.
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El otro Daahoud, el que se sentaba al piano con los pies descalzos dirigió un recital que fue de más a menos y en el que destacaron especialmente la presencia de la trompeta y el trombón en las entretenidas melodías y en sus inspirados solos. Precisamente, este último, se atrevió con un cante flamenco antes de esmerarse en una improvisación rápida pero muy limpia con la vara. Salim resultó algo anárquico en la construcción de su discurso que, aunque de gran intensidad y vigor, fraseaba con cierto desorden.
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