Sonidos de madera, piedra y viento
La txalaparta múltiple de Oreka TX y el clarinete del bayonés Michel Portal y su New Quintet llenaron la plaza de la Trinidad de músicas tan cercanas como universales
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El acomodo a la nueva-vieja plaza de la Trinidad se hizo en un santiamén. Si la primera jornada ya fue de conquista y ... reivindicación, ayer se confirmó el orgullo general de ver navegando el barco con esa majestuosidad y con toda esa capacidad de disfrute brindada a un público que no solo se ha adaptado a las circunstancias rápidamente, sino que ha puesto el hombro (y la mascarilla) para que todo salga adelante de la mejor manera posible.
Porque el inicio del Jazzaldia ha tenido algo de jornada de lucha soterrada, expresada con sonrisas bajo las mascarillas. Venceremos. Un Miguel Martín emocionado dijo desde el escenario que la plaza de la Trinidad nunca ha estado en peligro, que había que hacer conciertos en ella como fuera. Y así se ha hecho. Los músicos no cabían en sí de gozo de verse de nuevo en un escenario y lo volcaron dando lo mejor de sí mismos. Y el público se encargó de que si la cifra del aforo era menos de la mitad de lo habitual, la respuesta en aplausos y vítores sonara a recinto al completo.
Así la primera noche acabó entre ritmos latinos exultantes y con la maestría de Chano Domínguez para ir moviéndose sutilmente del flamenco a lo oriental, de la música clásica de raíz española a las esencias de Nueva Orleans, sin dejar de hacer pie en el jazz. Luchando por la música en directo, a pesar de los tiempos ingratos, con todas las músicas.
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El ritmo de metrónomo de Oreka TX se visualiza con la forma casi deportiva de tocar por parte de Harkaitz y Mikel
Michel Portal se unió a Oreka TX en el bis, a pesar de que nunca habían tocado juntos y no ensayaron la pieza
Emoción flotante
Anoche continuó esa emoción que flota en la plaza de la Trinidad convertida ya en bastión del 'sí se puede' de los espectáculos de la era de la pandemia. Y se repitieron esas placenteras sensaciones con creadores cercanos pero de miras culturales universales, como Oreka TX, y el bayonés Michel Portal, virtuoso del clarinete entre otros instrumentos, junto a su New Quintet.
Oreka TX lleva más de dos décadas diseminando por el mundo el sonido y la técnica de la txalaparta y mostrando la tradición para ir construyendo sobre ella los resultados de toda una investigación en sonidos y materiales, en ritmos y contrarritmos de juegos infinitos y magnéticos, y derivando desde el folclore hacia géneros muy contemporáneos. En su nuevo espectáculo, 'Koklea', resumen parte de lo trabajado en los últimos años y vuelven a crecer con los resultados que han volcado en su nuevo disco del mismo título.
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Oreka TX, en 'La Trini'
Los creadores de Oreka TX, Harkaitz Martínez de San Vicente y Mikel Ugarte, desplegaron desde el primer momento el abanico de sonoridades de las txalapartas de madera, piedra y bambú, secundados por las percusiones de Iñigo Egia, las dulces cuerdas del bouzouki y los instrumentos de viento de Mixel Ducau, que protagonizó algunos de los momentos más líricos, y también más intensos, con la alboka y el clarinete.
El ritmo de las txalapartas se visualiza inmediatamente en la forma casi deportiva de tocar de Harkaitz y Mikel, que lograron un primer momento de euforia entre el público con el adelanto de su último disco, 'Amuria', saltando del combo de metal al de madera, y lanzándose a por los troncos colgados. Los metales más suaves aportan un encantador sonido cercano al vibráfono y la marimba y así la música de Oreka TX se deja llevar por ecos lejanos de culturas exóticas, tanto como por la propia. También se apoyaron en pregrabados de voces y efectos.
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Hubo tiempo para la anécdota: Harkaitz contó que Mixel Ducau tocó en la primera edición del Jazzaldia. Tras la deliciosa 'Tango para ballenas', el quinteto no quiso abandonar el escenario sin tener como invitado a Michel Portal con el saxo, como adelanto de su propia actuación que tuvo lugar a continuación. Nunca habían tocado juntos y no ensayaron esos cinco minutos improvisados que salieron bordados y el público despidió en pie.
Lección de maestros
Michel Portal, 84 años, está hecho un portento. La agilidad física y sopladora que mostró con su colección de clarinetes fue extraordinaria de principio a fin, con un gusto, una delicadeza y una intensidad encomiables, con un resultado atractivo y contemporáneo. Y en perfecta conjunción, dejando espacio a la improvisación, con unos músicos no menos destacables: Bojan Z brillante al Fender Rhodes, Nils Wogram maridando con el trombón, y una sección rítmica de lujo, Bruno Chevillon y Jeff Ballard. Lección de maestros con la mayor humildad.
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