Música al ritmo del tiempo y del público
Terrazas ·
El homenaje a Amy Winehouse, la sobriedad del blues de Yagüe y la vibrante fusión local de Los Diversos cerraron la última jornada del certamen musicalEl cielo donostiarra amaneció con alma de blues: plomo sobre las cabezas, una suave llovizna y claros sorpresivos, como coros en falsete. Un cielo que ... improvisaba, como si el clima hubiera decidido musicalizar la última jornada del Jazzaldia. Por suerte, dio tregua. Y la ciudad —como de costumbre— volvió a salir, agradecida, a ocupar asientos y acercarse a los escenarios. Porque el Jazzaldia no es solo un festival: es una ceremonia popular donde los ritmos jazzísticos congregan generaciones distintas con un único fin: que la música amaine las fieras.
Publicidad
Bajo un cielo todavía incierto llegó el homenaje a Amy Winehouse con su banda original. The Amy Winehouse Band, con sus integrantes originales –entre ellos su bajista y director musical, Dale Davis—, subió al Fnac Gunea al mediodía. La voz de Bronte Shande no busca imitar, sino evocar sin disfraz. Sostiene con emoción, con respeto, con una entrega que no necesita maquillaje. 'Rehab', 'Back to Black', 'Love Is a Losing Game'… cada tema fue una presencia convocada sin artificio. El público, sorprendido por la sobriedad del gesto, respondió con un silencio atento y aplausos que supieron contener la nostalgia frente a un tributo nostálgico, una celebración al legado de una leyenda cuya estela perdura.
Voces propias
Ya por la tarde, el Frigo Gunea regresó al alma profunda del blues. La voz de Itziar Yagüe se alzó con suavidad, no para gritar, sino para contar. Paul San Martín la acompañó al piano, con la elegancia serena de quien conoce bien el terreno que pisa. Juntos rindieron homenaje a muchas de las pioneras del blues y el jazz, reivindicando especialmente la figura de Bessie Smith desde el respeto y la sobriedad, pero sin imposturas. Las canciones fluyeron con la intención de seguir contando cosas nuevas. El público —sentado, atento, sereno— respondió con silencios cómplices y aplausos de los que abrigan.
Los escenarios de Frigo y Fnac en el Kursaal dieron forma a una despedida coral, diversa y cargada de sensibilidad musical
Cuando el sol ya había tomado posiciones firmes, irrumpieron Los Diversos. Su nombre no engaña. Su música es una geografía sin fronteras: una fiesta varieté que funde jazz con raíces vascas, funk con txalaparta, clásicos reinterpretados y composiciones propias. Un mosaico sonoro que confirma por qué la escena local vive un momento de esplendor. Simón Ezquiaga, Álvaro Polo, Jon Ander, Xabier Solano, Rafael Ruiz de Garibay, Nora Rodiño, Alberto Pérez, Beñat López y Yamel Romero prometían diversión, y la ofrecieron. El público se entregó: aplaudió, bailó, incluso cantó con ellos. Un concierto que actuó como puente entre diversidades y sensibilidades. Una demostración viva de que el Jazzaldia no solo importa a quienes vienen de fuera, sino también a quienes nacen y resuenan en su Donostia natal.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión