El 'huracán' Iggy Pop viene desencadenado

Tiene 75 años pero sigue siendo el joven rebelde del rock. Y quienes le han visto esta gira dicen que está en plena forma: sigue contorneándose en escena 'torso nudo', se mezcla con el público y hasta se echa en brazos de los espectadores, como hizo en alguna de sus citas danesas. Iggy Pop es una leyenda y hace tiempo que agotó el taquillaje para su concierto de mañana en el Kursaal.

Y era un desafío: sus entradas salieron al precio más caro en las 57 ediciones de historia del Jazzaldia, a 80 euros la butaca. Hasta ahora el precio más elevadohabía sido para la actuación del músico John Zorn en el Kursaal, mucho menos «comercial», aunque con seguidores quizás aún más apasionados.

Este jueves se pusieron en taquilla algunas localidades más para Iggy, después de ajustar las necesidades de los equipos de sónido del músico norteamericano. Esta semana pasó por el festival de Niza y las crónicas hablan de huracán. En San Sebastián será en el entorno más tranquilo del auditorio, con el público sentado, pero todo puede ocurrir: Pop va por libre. Promete ser uno de los conciertos más comentados de esta edición. De aquí seguirá por gira por España, con escalas en Madrid y el festival de Porta Ferrada en Girona. Entre ola de calor y ola de calor, la tormenta Iggy Pop.

Para conciertos comentados, el de Simple Minds en La Zurriola. Fue un reencuentro feliz con la playa. La organización cifró este jueves en 42.000 el número de espectadores, en un «de menos a más» que alcanzó su punto culminante hacia las once de la noche, al terminar. Los Simple Minds estuvieron profesionales en escena, con cordiales saludos al final. Y nada más acabar sus técnicos se avalanzaron a desmontarlo todo: el día siguiente actuaban en Francia y tenían el tiempo justo para viajar, llegar a destino y montarlo todo de nuevo. Trabajaban los operarios con tal ímpetu que los rectores del Jazzaldia optaron por invitar a salir por la playa, y no por el espigón, a los asistentes al 'hospitality' de Keler situado junto al escenario.

Son las giras de verano, aprovechadas al máximo. El gran Mulatu Astatke, de 78 años, llegó este jueves también justo a Donostia después de haber actuado la víspera en Almuñécar. No parecía cansado: dio su concierto anoche en la playa donostiarra y este viernes a las 10.00 recibe su premio ante los periodistas en el Victoria Eugenia antes de coger otro avión rumbo a su siguiente destino. El galardón Donostiako Jazzaldia se lo entregará finalmente su director, Miguel Martín.

En una programación tan frondosa no olvidemos que este viernes llega el estreno de la Plaza de la Trinidad con la noche japonesa protagonizada por Miho Hazama, con la big band de alumnos y exalumnos de Musikene, y la gran Hiromi. Recordemos que tras la pandemia la 'Trini' tendrá un aforo de 1.500 espectadores, con todas las localidades numeradas. Y que los conciertos serán grabados para su posterior emisión por La2 de TVE y ETB. A primera hora de la tarde las artistas japonesas realizarán su prueba de sonido, que será la puesta a punto de esa plaza que es el alma de este festival.

También este jueves se estrenó el Kursaal, con Calexico, y este viernes llega a los cubos Gregory Porter, por el que este festival tiene adoración: el público, que llena sus conciertos, y la organización. «Es riguroso, puntual, amable, brillante...», dicen del californiano, que acaba de cumplir 50 años.

Una virtud del Jazzaldia es que buena parte de sus conciertos son gratuitos. Este jueves la música salió al encuentro de los espectadores en múltiples escenarios. Garbera se estrenó como 'auditorio', con un concierto de la Broken Brothers Brass Band, y la dirección del centro comercial hasta invitó a una copa a algunos de sus amigos para celebrar esta incorporación a la programación del festival.

Los clientes del mercado de San Martín también se encuentran con música a la hora del brunch, que es la hora de las compras, y se abre otro de esos puntos prodigiosos del Jazzzaldia: el llamado Nauticool, entre el Náutico y el muelle. Cada noche, a las 21.00, hasta el lunes, habrá música a la hora del atardecer, como en el famoso Café del Mar de Ibiza pero en versión donostiarra.

Y este viernes, a las 23.30 en la playa, Carolina Durante. Aunque esa es otra historia: vienen como «sustitutos»... pero prometen caña.

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